Argentina y Croacia se vuelven a enfrentar mañana, luego de cuatro años y medio, cuando los balcánicos se impusieron 3-0 en Rusia, aunque las circunstancias son bastante diferentes. Ahora es en un partido de eliminación directa y nada menos que para dilucidar cuál de los dos se clasificarán para la final del domingo en el mismo estadio en el que se enfrentarán, en Lusail.
Se trata de dos equipos muy parecidos en su poder mental. Croacia es un conjunto duro como una roca, con una capacidad notable de resiliencia, como se pudo notar en la fase final de este Mundial al levantar dos resultados en contra ante Japón en octavos de final y ante Brasil (ésta, mucho más compleja por recibir un gol en el suplementario) en cuartos. En ambos casos, liquidó a sus rivales en los penales y se encuentra ahora a un solo partido de repetir lo hecho en 2018, cuando llegó a la final y fue derrotado por Francia (incluso, podría repetirse el rival), dirigido por Néstor Pitana.
Sin embargo, su juego no es tan parecido en cuanto al sistema táctico, respecto del equipo que jugó hace cuatro años en Rusia. Aquél era un poco más florido, todavía con Iván Rakitic (ahora retirado de la selección por sus propia decisión), en una misma línea junto al gran Luka Modric, y con Ante Rebic e Iván Perisic con muchísimo virtuosismo a la hora de la elaboración y es por eso que su muy capaz entrenador, Zlatko Dalic, se había decidido por un 4-1-4-1, con Marcelo Brozovic (Inter) por detrás de ellos como único volante y con el gran goleador Mario Mandzukic como único punta.
De aquel equipo, ya no quedan más que cuatro jugadores, el central Dejan Lovren (Zenit), y los citados Brozovic, Modric y Perisic, aunque Dalic tuvo que armar una estructura diferente debido a tantos cambios, con un 4-3-3 cuyos tres puntas (Kramaric, del Hoffenheim, Mario Pasalic del Atalanta y Perisic) pueden bajar a volantear y a Modric, el eje por el que pasa todo el fútbol del equipo, está siempre acompañado por Brozovic y por Mateo Kovacevic (Chelsea).
Con una sólida defensa y un arquero como Livakovic, la figura de Modric, a sus 37 años, pasa a ser fundamental. Es el líder absoluto del equipo por calidad y trayectoria, pero su desgaste físico puede ser un factor clave. No por casualidad, Dalic lo reemplazó durante los noventa minutos ante Japón en octavos, arriesgando no contar con su gran figura pensando en que pueda reestablecerse y poder participar, si hiciera falta, en los ciento veinte minutos ante Brasil y le salió bien la jugada, porque sin correr demasiado, el excelente volante del Real Madrid se las arregló `para aparecer en todas las fotos del campo y cada tanto, meter algún estiletazo que dolió mucho a los sudamericanos, hasta terminar desquiciándolos.
Entonces, la gran pregunta es si Modric necesitó salir del partido ante Japón para llegar a estar en el enfrentamiento completo ante Brasil, si se podrá recuperar del tal forma para estar otra vez en un partido que acaso dure otra vez ciento veinte minutos ante Argentina.
El otro gran tema con Modric es cómo bloquearlo. No tiene la dinámica de Frenkie De Jong, a quien Rodrigo de Paul rodeó un buen rato hasta desdibujarlo, pero sí la picardía e inteligencia para colocarse, recibir y tocar corto casi siempre, y largo cada tanto. Todo indica que De Paul tendría con él una tarea parecida.
La otra cuestión pasa por lo mental. Los dos equipos revirtieron sus partidos tras pasar malas situaciones y la fortaleza mental será fundamental para poder llegar a la máxima instancia.
Si bien siempre se carece de información concreta del equipo argentino (Lionel Scaloni recién hablará en la conferencia de prensa de esta tarde aunque es casi imposible que confirme el equipo), existe otra vez la chance de que en el caso de que no juegue Ángel Di María, si mantiene la sobrecarga muscular, vuelva a ingresar Lisandro Martínez como quinto defensor, mientras que obligadamente, Nicolás Tagliafico reemplazará al suspendido Marcos Acuña.
Por último, un concepto clave: Croacia no es Países Bajos. Se parece más a un equipo sudamericano de Europa, con una defensa fuerte y de mucho carácter, y volsntes de más porte aunque no por eso vayan a llover tantos centros.
Para ganar habrá que tener mucha paciencia y tomar consciencia de que no se puede ceder un milímetro en cuanto a fortaleza mental. No hay que dejar de lado que los croatas han pasado por todas y saben rehacerse. Por eso, no hay que dejarlos y más que nunca, hay que mantener claras las convicciones,.