Por Sergio Levinsky desde Qatar
No hay tregua posible a pocos días de un Mundial. Pensábamos volar tranquilos desde Barcelona a Doha, acomodarnos al saber, resignados, que no coincidiríamos con el partido de la selección argentina en Emiratos Árabes por esos avatares del calendario, y todo parecía indicar tranquilidad a días del debut albiceleste, cuando de repente, todo cambió.
Tras esperar a un apreciado colega peruano llegado en otro vuelo nos aprestábamos a viajar hacia el centro desde un superpoblado aeropuerto, en días que recibe mucho más de lo que despide, y con carteles por doquier a la espera de personajes ligados al Mundial, para poder instalarnos en el hotel cuando nos llegó la información de que no sólo la selección argentina había liquidado con facilidad a Emiratos Árabes Unidos por 5-0 sino que al rato, ante los micrófonos, El director técnico Lionel Scaloni admitió que estudia posibles cambios en la lista de 26 jugadores al no estar convencido del estado físico de algunos de ellos.
Scaloni sorprendió mucho al especular con esta posibilidad, porque el reglamento dice que puede aceptarse cambios hasta 24 horas antes del debut mundialista, pero el motivo tiene que ser una lesión o enfermedad, que no parece ser el caso de ninguno de sus jugadores.
El DT se refirió específicamente a los que ni siquiera fueron al banco de suplentes por no encontrarse bien en lo físico, como Nicolás Tagliafico, Cristian Romero y Nicolás González, jugadores que formaron parte de todo el ciclo y que resulta muy extraño que ahora puedan siquiera estar en la picota, y mucho menos, que terminaran saliendo, pero, además, ¿reemplazados por quiénes?
Si a Manuel Lanzini le tocó salir de la lista días antes del Mundial de Rusia en 2018, su caso se parece más al de Giovani Lo Celso que a estos de ahora, pero en todo caso, el DT comienza a aceptar lo que tantas veces hemos advertido en nuestras columnas pasadas, acerca de que el no haber jugado muchos partidos puede ser clave para esta selección.
En una reciente entrevista, Robert Martínez, el entrenador catalán de Bélgica, comentaba que luego de ver el estado de algunos de sus futbolistas, pero especialmente el de su gran goleador, el potente delantero del Inter Romelu Lukaku, decidió dividir el Mundial en dos etapas, la de grupos y la final, y que el nueve comience a ingresar en los octavos de final. A muchos equipos les ocurren cosas parecidas.
Mientras esta especulación gana terreno, comenzamos a entender el choque cultural con un país de cultura tan diversa. La comida, diferente en su conformación a base de arroz, legumbres, especias y picantes (recomendamos aclarar en el pedido a los camareros), una exacerbada burocracia y una sorprendente tarjeta Hayya Card (una especie de visa mundialista para entrar desde el exterior) que permite no sólo viajar gratis sino cargarse un chip en el teléfono celular, internet incluido, sin erogar ni un centavo.
Pero será recién mañana, cuando repongamos energías entregados a los brazos de Morfeo, cuando tomaremos más fuerte contacto con lo que será nuestro contexto durante más de un mes, esperando por la llegada de nuestros queridos compañeros Roberto Suárez y Fabián Galdi. Hasta entonces.