Por Roberto Follari, Especial para Jornada
Cuando esto escribimos, Israel acaba de bombardear Teherán. La gastada apelación al “derecho a la respuesta” permite al gobierno de derechas israelí bombardear -en el mismo momento y a la vez- a Gaza, el Líbano e Irán, en un nivel de agresión sin precedentes. Estados Unidos, obviamente apoya las acciones. El equilibrio mundial depende de un hilo: Irán había cuidado no dañar civiles en su ataque, en que no hubo más que un muerto: fue sólo sobre bases militares. En esa ocasión se mostró que el país pérsico posee misiles hipersónicos, que pueden atravesar la famosa barrera aérea israelí. Ya parece tarde para exigir cordura, cuando ningún organismo internacional ha puesto orden. Con el alineamiento ruso junto a Irán podríamos estar en las puertas de una peligrosísima Tercer guerra planetaria. Ojalá nos equivoquemos.
Mientras, la violencia social y política empieza a adquirir presencia en la Argentina. Lo vimos en la declaración presidencial sobre “enterrar en un ataúd al kirchnerismo con Cristina Fernández dentro”: insólita apelación a la barbarie, que halló sólo una tímida oposición en dispersas declaraciones. Hasta ahora, las oposiciones no parecen capaces de estar a la altura del desafío implicado en los modales de Milei. Este se desborda permanentemente por fuera de cualquier cauce civilizado de manejo del conflicto, y nadie sabe qué hacer ante lo inadecuado, lo ajeno a la convivencia, lo agresivo. Por supuesto, no se trata de responder a la violencia con una violencia equivalente: pero sí con una fuerza disuasiva suficiente. Por ahora nadie le encuentra el modo, ni siquiera los otrora dardos verbales infalibles y venenosos de Carrió. No hay reacciones en la calle, no hay una catarata simultánea de presentaciones judiciales. Cada nueva ocasión se renueva la sorpresa como si fuera la primera vez.
Mientras, la violencia social crece en la Argentina al ritmo del avance de la pobreza extrema. Abundan por tv las muestras: belicosidad doméstica a raudales, en los barrios, en las escuelas. Lo sucedido en el partido entre Boca y Gimnasia pudo ser desastroso. La valentía y templanza de Riquelme salvaron la situación: fue apretado y gaseado, se puso en peligro, pero el presidente de Boca logró parar los gases policiales, así como los avances a la pelea física por parte de la hinchada xeneise. La prensa de derechas intentó empañar el hecho, hablando de la familiaridad de Riquelme con los violentos. Ya que esa mínima familiaridad existe en todos los clubes -los hinchas están en el club, no en el planeta Marte-, a ver qué otro presidente tiene lo que hay que tener para ir a parar una pelea así. Sin alterarse, sin perderse él también en la refriega. Respetado tanto como para que no le peguen. Riquelme mostró enorme catadura moral, y el stablishment entreguista que quiere dar el fútbol a los privados extranjeros tuvo nueva oportunidad para ejercer su habitual maledicencia contra su adversario.
Otro síntoma del desajuste social que produce la debacle económica cotidiana, es la presencia de ciudades enteras metidas en negocios del esquema Ponzi. Multitudes lanzadas a ganar dinero a lo loco, de manera desmesurada y semiclandestina. Por supuesto, al final casi todos terminan estafados. De Cositorto en adelante, el mecanismo ha crecido tanto como la ludopatía por vía electrónica. Tanto San Pedro como Alta Gracia, son poblaciones donde hubo masiva participación en los mecanismos hacia la supuesta ganancia fácil, con inverosímiles intereses del 5% semanal en dólares. Alguien tiene que pagar, al final: tal cantidad de personas participando, implica un evidente desequilibrio colectivo. Son consecuencias de la caída brutal del consumo, que en algo tan central como combustibles bajó casi 12% en un año. Mientras, Teilhade, conocido por sus investigaciones, hizo circular un video en el cual se acusa al presidente por haber formado parte del armado de uno de estos esquemas, cuando aún estaba en condición de diputado. Milei está filmado llamando a invertir en Coin X, que terminó siendo uno de estos esquemas de estafa colectiva. Aparece allí la requisitoria de Tennembaum, quien pregunta al entonces diputado por la cuestión sin hallar respuesta clara.
En tiempos en que tanto se habla de auditar -y se presiona incluso sobre asociaciones no estatales como la AFA-, no estaría mal investigar a CoinX junto con los demás casos de estafas masivas, algunas de ellas ventiladas en procesos judiciales.
La vuelta del Martín Fierro
Para enojo infinito de los periodistas militantes del gobierno -que son clara mayoría televisiva y radial- en la entrega de los premios apareció la defensa del cine nacional. No parece raro que en premios al cine argentino se abogue por el cine argentino. Los airados periodistas, sin embargo, se quejaron por la “politización” del evento, como si no fueran razones políticas las que desfinancian al INCAA, igual que se desfinancia hoy a todos los sectores del Estado (en realidad, desfinanciar es la única política de este gobierno además de las del campo económico).
Curioso es que la mayoría de esos periodistas no hayan registrado -Morales Solá sí lo hizo, con quejas ruidosas- que en “castigo” a los medios masivos, el gobierno les haya restituido el pago del IVA, del cual estaban exentos. Una muestra de que el cariño que algunos periodistas muy conocidos muestran por el gobierno nacional, no siempre está retribuido.
Esos voceros pusieron el grito en el cielo. Es que un inspirado Norman Briski aludió a “cómo nos roban la ficción”; Soledad Villamil, Pablo Rago, Sbaraglia, Graciela Borges y hasta Mirtha Legrand -no fueron los únicos casos- clamaron por el no-cierre del INCAA y por su conveniente financiamiento.
Por supuesto, los trolls gubernistas atacaron de inmediato, obligando a la Borges a cerrar su cuenta en X. Y llenaron del clisé habitual: “no son artistas, viven del Estado”. Como la ignorancia suele acompañarlos, no saben que el mecenazgo histórico del arte ha sido primariamente estatal. Pero además, que esto se da como en cualquier empresa: se pide el dinero, se avanza en la producción, luego se puede recuperar. Así ha ocurrido con no pocos films nacionales, de gran éxito planetario. Y otros se justifican por su valor cultural específico, al margen de que no den dividendos financieros.
La cara de Luis Brandoni asistiendo a los discursos, quedará para la historia. Su apelación a la esperanza, choca con cómo vive del Estado este partidario de los enemigos del Estado. A diferencia de sus colegas, Brandoni ha sido varias veces legislador, y en 2023 se lo eligió para el Parlasur. Él sí que hace política, y que obtiene fondos de la misma.
Alivios en la macro, desastre en los bolsillos
“Toto” Caputo, quien en su momento nos endilgara la enorme carga del préstamo del FMI, viajó con una comitiva a Washington. Y se entrevistó con las máximas figuras del organismo. Quedó claro que el Fondo se entusiasma con la dirección ultra liberal de la economía nacional. Sin embargo, no deja de sostener que la inflación en 2025 será casi tres veces mayor que el 18% que sueña el gobierno. Y presiona otra vez para la salida del cepo. Milei amaga con que la misma está cerca, pero muchos sospechan que no llegará sino después de las legislativas del año que viene. Antes, podría desatar la inflación; y con ello, casi el único logro que puede exhibir el gobierno ante la población.
Mientras, hubo euforia de día viernes en la Rosada, porque el riesgo país estuvo debajo del 1000 por primera vez en varios años. Es buena noticia para los financistas e inversores, si bien seguimos multiplicando por 4 al Uruguay (que va este domingo a elecciones presidenciales). Claro que los CEOs no comen vidrio: mientras la situación social sea tensa, por un lado; y por el otro, el gobierno se sostenga a fuerza de vetos y DNU que no son necesarios ni urgentes, los inversores van a pensarla.
Milei apuesta a los chinos, esos comunistas detestables -peor que eso los adjetivaba- con los cuales jamás alguien con sus convicciones iba a negociar. Pero el presidente es de cambiantes convicciones, a la hora de las conveniencias. También los legisladores eran ratas y delincuentes pero ahora se los invita a asados, y se convoca a cenar a los gobernadores para conseguir votos en el Congreso.
El blanqueo ha sido exitoso, y 13000 millones de dólares han entrado al país, a la banca pero no a las arcas del Estado. Son el impulso a un margen mínimo de reactivación. Mientras, la furia privatizadora se llevó a la AFIP para ser reemplazada, así como al Ferrocarril Belgrano Cargas. En la AFIP se hace ruido con que se bajará los sueldos de los directivos en la nueva empresa que ha de reemplazarla: como en tantas expresiones gubernamentales ésta es puro humo. Los altos sueldos los puso el mismo gobierno de Milei: gracias a él, podían ganar más de 20 millones de pesos mensuales.
Mientras, el uso del combustible -algo tan indispensable- cayó casi 12% en un año. Muchas personas tienen que ir a vivir con sus padres o hermanos ante los alquileres imposibles. Los jóvenes se van del país a montones. Las personas tiradas en el suelo durmiendo en colchones se han vuelto paisaje habitual. Los que revuelven la basura son legiones. Los vendedores de encendedores, de medias, de baratijas, pululan por calles y bares. La situación social es de desastre, pero es función de muchos medios de (in) comunicación disimularlo con empeño.
Los momentáneos avances de la macro no tienen consecuencias micro: si llegan a tenerlas, es obvio que no van a ser inmediatas ni resonantes. La sociedad padece, y sólo una vaga expectativa de futura mejora mantiene en apoyo al gobierno a alrededor del 40% de la población.
Mientras Galperin, ido a Uruguay para no tributar en Argentina y que sigue ganando dinero en nuestro país, estaba poniendo un galpón en La Matanza: la intendencia señaló que no cumple las reglas, y lo cerró. Espert con otros cofrades fue a hacer simbólica apertura del sitio, pero igual continúa desactivado. El intendente peronista señala que es fácil hacer el trámite para ponerse en regla y que Galperin debe hacerlo como cualquiera. El gobierno que asume intereses privados como si fueran propios, responde cerrando sucursales del Banco Nación en ese distrito. Pareciera que Galperin cogobierna.
Los partidos están partidos
Mientras, han proliferado las divisiones partidarias. El PRO es un partido en disolución, regalado a LLA. Esta va a engordar mucho en las próximas elecciones, pero el PRO va a sacar menos que poco: la suma entre ambos no tendería a variar. Hoy son casi lo mismo, y que estén juntos o aparte da casi igual.
El bloque radical en Diputados se partió. Un sector de mayor progresismo e institucionalismo se fue con Lousteau y Manes, para enojo de La Nación+. Otro sector, mayoritario, se fue con el ultraoficialista De Loredo, el que lloraba por la Ley Bases: estos son un apéndice de Milei. Claro que no todos de esos 21 -Cobos, por ej., quizás Banfi- están dispuestos a ser aliados plenos de personajes tan obvios como Campero, el ¿radical? entregado al gobierno. Por ahora son dos bloques: podrían llegar a tres.
En el peronismo, es posible que no se haga la interna. La lista de Cristina, obviamente más fuerte, alega que hay irregularidades en avales y candidaturas del sector de Quintela: se rumorea que Wado de Pedro fue con su hermano -que está en el poder judicial- a pedir a la jueza Servini que baje a la lista del riojano. Con procedimientos poco prolijos por ambos lados, es notorio que Cristina podría evitar el desgaste de ir a la interna. Se dice que había ofrecido inicialmente un 20% de los cargos del partido a Quintela: no parece un porcentaje apetecible. Lo cierto es que es probable que haya imposibilidad de que la lista encabezada por el gobernador pueda presentarse. Y, en verdad, hacer en concreto la interna sería un engorro.
Igual se ha puesto en cuestión no la conducción de Cristina, pero sí su modo de conducir. Y se ha hecho visible que no todos en el partido están dispuestos a que la lapicera conque se eligen los cargos sea sólo unipersonal.
Por esa vía sigue el conflicto con Kicillof. El frío encuentro que protagonizaron Cristina y el gobernador produjo tristeza en Estela de Carlotto, que lamentó -al igual que Taty Almeyda- la división y los ataques a Axel. Hubo quienes en el acto -que no era partidario- cantaron “Cristina presidenta” cuando iba a hablar Axel, y Máximo dijo en una entrevista que “no entiende por qué dicen que limamos al gobernador”. La confusión deliberada continúa.
El Jefe -Karina- hizo un acto mediocre en Tucumán. Quedó vacía la mitad del estadio (no enorme) en que se hizo la actividad. Bussi festejó el fracaso: se siente dueño de LLA en la provincia. Y parece que también festeja Santiago Caputo, ahora acompañado de su hermano Francisco -la familia Caputo es numerosa-. Se quiere hacer cargo de la construcción partidaria nacional desplazando a los Menem y Pareja, que acompañan a Karina sin ningún éxito.
La universidad y el transporte. ¿Unidos triunfarán?
Se viene el paro nacional de transporte el día 30. Será fuerte. Implica subte, trenes, aviones. Sin embargo no se unió la UTA, lo cual limitará el alcance de la medida que -de cualquier manera- no dejará de ser poderosa. Katopodis ha estado fogoneando un apagón para el día siguiente, de modo de continuar la resistencia.
Los universitarios continúan tomas, paros y marchas. Es complicado hacer continua la lucha sin que se desgaste ante los propios, y se rutinice para la sociedad: que se vuelva parte del paisaje. La pelea por el presupuesto en el Congreso es decisiva para lo que pase con el conflicto de aquí a fin de año, así como en 2025. Por ahora sigue siendo una lucha numerosa, de peso, y los ataques del gobierno con lo de las auditorías son poco serios. Una auditoría no debiera ser para desfinanciar, sino para mejorar el uso del financiamiento sin interrumpirlo.
“Una chispa puede encender la pradera”, decía el Gran timonel. Y es cierto que la pelea universitaria puede volverse costumbre, pero también puede en cualquier momento multiplicarse: el gobierno apuesta al desgaste, y no abandona su férrea voluntad de desoir.
Mientras, un diputado nacional por San Luis se permite pedir que “denuncien” a “profesores zurdos”, y pone unos casilleros para llenar con los datos de dichos docentes. Ese hombre todo lo desconoce: por autonomía universitaria, su voluntad de inquisidor no podría tener consecuencias en ninguna universidad. Sí resulta una muestra descarada de violencia y voluntad de persecución.
O volvemos a la normalidad institucional, o seguiremos soportando esta clase de ataques crecientes a las libertades públicas, y engrosando la propensión a la violencia. Es hora de exigir calidad republicana, hora de exigir respeto en la palabra y poner un límite a los insultos y las agresiones. Por ahora, no se encuentra suficiente masa crítica para conseguirlo.
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