Por Roberto Follari, Especial para Jornada
¿Es esto democracia? El gobierno nacional llegó por elecciones y un buen margen de diferencia, si bien fue el peronismo quien había ganado en primera vuelta, a sólo 3 puntos de la victoria definitiva. Milei estuvo entonces muy por debajo pero sumando los votos del PRO ganó claramente en la segunda vuelta, y en ese sentido su mandato surgió de modo transparente.
Sin embargo como enseñaba Max Weber, la legitimidad gubernamental debe sostenerse no sólo en el origen de un gobierno sino también en su ejercicio, en su comportamiento. Y en este sentido, es notoriamente problemático lo que está sucediendo. No sólo se achica todo el presupuesto mientras se lo aumenta en Defensa y Seguridad y se reprime sistemáticamente las protestas sociales, como todas las semanas con los jubilados: también se gobierna en contra del Congreso a través de los ya repetidos vetos a decisiones tomadas por mayoría de ambas cámaras, y se pretende decidir permanentemente por vía de DNUs que a menudo nada tienen ni de necesidad ni de urgencia.
El veto es un mecanismo constitucional, ciertamente. Pero debe ser ejercido con prudencia: en relación a cuestiones de máxima importancia, y con muy debida fundamentación. Que lo único que haya para decir es “que se afecta el déficit cero”, olvida que el Déficit cero no es una creencia religiosa ni una imposición legal reconocidas por la mayoría de los argentinos. Y ciertamente, ni el aumento a los jubilados ni el financiamiento para las universidades afectarían el déficit cero si el gobierno estuviera dispuesto a gravar a los sectores más ricos de la sociedad. Pero como a estos se los considera “héroes” intocables que tienen derecho a toda ganancia pero no obligación de imposición alguna, no hay manera de tener mejores entradas para el erario público. De tal modo, el déficit no se resuelve por mayores entradas sino por permanente disminución de la inversión estatal. Es puro e infinito ajuste.
Lo cierto es que con sólo ese pretexto se ha vetado tanto el aumento a los jubilados como el financiamiento de las universidades. En este segundo caso, la votación en el Senado fue de 57 votos en favor de la ley, a sólo 10 en contra. Apenas 10 de 67 estuvieron con Milei: la voluntad de los legisladores fue expresada rotundamente. Igual se veta. Salen más de un millón de personas a la calle a defender el presupuesto universitario, en enorme asunción del derecho constitucional a manifestarse. La respuesta es el veto: es la misma ley donde el presidente perdió por 57 a 10. ¿Puede sostenerse tamaño nivel de ignorancia de la voluntad del Congreso, y también de la ciudadanía? Los DNUs ya son incontables, sobre los más diversos asuntos y en todo momento. Lo curioso es que se los emite mientras el Congreso está en funcionamiento, de modo que los asuntos podrían ser tratados por los legisladores. Resulta evidente la voluntad de eludir al legislativo. Y se llega a casos-límite, como es el de Aerolíneas Argentinas. Ya el Congreso la quitó del listado de privatizaciones cuando la ley Bases. Igual el gobierno insiste: primero decide que las aerolíneas son “servicio esencial”, a fin de limitar el derecho de huelga. Luego se trata en Diputados un proyecto para privatizar la aerolínea de bandera; pero mientras se lo está tratando, a la vez se emite un insólito DNU para decidir tal privatización. ¿Cómo podría hacerse un decreto de urgencia sobre un tema que está a tratamiento en las cámaras y que -por otra parte- es muy importante pero de ninguna manera urgente? ¿Qué clase de respeto hay en este caso a las funciones legislativas, y a la división de poderes?
En remotos tiempos Palito Ortega cantó “Yo no quiero media novia: novia entera quiero yo”. Y lo mismo vale para la democracia: se requiere el funcionamiento pleno de la misma. No puede haber insultos a periodistas, decisiones que limitan la libertad de expresión, gobierno por DNUs permanentes, vetos a decisiones que han sido casi unánimes. Nadie quiere “media democracia”: se requiere el ejercicio efectivo de la misma, pues de lo contrario se desatan conflictos intestinos que en cualquier momento pueden aflorar en la superficie de la vida social.
Salen multitudes por la universidad, pese a campaña de desprestigio
Las supuestas irregularidades denunciadas por el gobierno en relación con las universidades, no existen. No porque las universidades sean perfectas: cumplen su función, son valiosas e igual tienen mecanismos por mejorar, como cualesquiera instituciones.
Sucede que el gobierno no ha investigado nada antes de lanzar esas acusaciones. Porque son acusaciones vacías, que se hacen al voleo. Todos sabemos que para el gobierno la única meta es el Déficit cero, para lo cual el gobierno se jacta de haber practicado “el mayor ajuste de la historia mundial”. Obvio, entonces, que se trata de achicar a toda costa, y que se ha quitado financiamiento a las universidades, como se lo hizo al cerrar el Inadi, ahora al cerrar Casa de la Moneda y dejar cesantes a sus empleados, al quitar presupuesto a comedores populares, etc. ¿Cuál es el mecanismo para quitar financiamientos, y hacerlo con algún pretexto? Decir que hay irregularidades.
Por ello, se denuncia supuestos malos manejos universitarios sin pruebas serias, con números amañados, de manera abstracta y desordenada. Las acusaciones no tienen validez alguna, pero no pueden dejar de responderse porque las enarbola el Ejecutivo nacional.
El costo de la ley es apenas un 0,14% del PBI nacional. Y decir que las universidades argentinas no funcionan bien o que son demasiado caras, es simplemente un disparate. Cualquiera que conoce -y es mi caso- los sistemas universitarios latinoamericanos sabe que los dos más grandes y potentes, el de México y el de Brasil, producen académicos y profesionales que, en promedio, tienen menor calificación que los de Argentina. Y se sabe que, sin embargo, los escasos docentes que en nuestro país gozan de dedicación exclusiva, ganan apenas una tercera parte de lo que gana un profesor en esos países (con precios constantes que hoy son más altos en la Argentina). Siendo el gasto en personal el 90% del presupuesto de nuestras universidades estatales, está claro que el gasto es bajo en relación a países donde el rendimiento no es mejor que el nuestro.
Los profesionales argentinos son bien recibidos en muchas latitudes, incluso en Europa, donde la reducción del tiempo de las carreras ha convertido a algunos profesionales en verdaderos técnicos de poca base teórica: tuvieron entrenamiento, pero no suficiente formación. Mientras, en toda Latinoamérica nuestros egresados son valorados.
Por eso salieron más de 30000 personas en Mendoza, por eso hubo más de 400 mil en CABA a pesar de que Bullrich impedía el paso de los buses, por eso hubo marchas en todas las capitales provinciales y en diversas ciudades secundarias (Villa Mercedes, Concordia, Río IV). La monumentalidad de la expresión social no impidió que el presidente vetara: pero esa era una decisión anunciada. Casi todos esperaban el veto, y esperan ahora la reacción del Congreso, que ha convocado para la semana entrante a fines de ver la posibilidad de revertir dicho veto, para lo cual se necesita la cantidad extraordinaria de dos tercios. En Diputados, será central lo que haga el PRO, donde parece haber al menos dos sectores: uno que es crítico de los recortes infinitos al presupuesto, otro que quiere secundar totalmente a Milei. Habrá de verse la semana entrante. El tweet de De Andreis tras la reunión semisecreta entre Macri y Santiago Caputo, parece indicar que no ha habido pipa de la paz entre LLA y el PRO mayoritario.
Milei con déficit cero, economías familiares con déficits notables
El gobierno sigue enarbolando a la inflación como el gran cuco. Desde aquel número arbitrario de 17000% que Milei exhibe como si muchos lo creyeran, la población ahora tiene otras prioridades: el miedo al desempleo y la caída a la pobreza, en la que ya están más de la mitad de los habitantes del país.
Aunque los productos no suban muy fuertemente -no han dejado de subir-, lo que más cuesta pagar son las tarifas. Aunque se consuma menos, cada vez se paga más. Luz, gas, transportes varios…muchos han dejado de estudiar por no poder pagar pasajes de media y larga distancia, e incluso algunos abandonan por el costo de sus pasajes urbanos.
Y ya se llegó muy lejos en la bajada. De tal modo, ahora se baja más lento que en marzo o junio, pero entonces había resto para soportar. Ahora, cuando se estima que el 90% de las familias se han endeudado para sostenerse, no queda resto. No hay parientes que presten, negocios que fíen, tarjetas que aguanten. Sólo un sector poblacional que será alrededor del 20% con entradas más altas puede sostener sin problemas los gastos de un automóvil, de los estudios, las ropas, el alimento, y tener además para ir al café o a algún restaurante un par de veces al mes.
La paciencia social se va estrechando. Fue evidente en los apagones televisivos cuando la ida al Congreso de Milei, o cuando su aparición en el programa de Susana Giménez. Ya no atrae escuchar a un presidente que, por estrambótico, antes resultaba pintoresco o divertido. No es el caso ahora. Llevar lo que Durán Barba llamó “acarreados” al Parque Lezama -trasladados en buses, como tanto se ha criticado de los actos peronistas- no sirvió para que se juntaran más que 7 mil personas.
El gobierno se esperanza con las elecciones de medio término. Para tener algún resultado, no puede seguir con el ajuste interminable, o con un dólar que está fastidiando cada vez más a los productores del agro. No basta con bajar la nafta…¡¡un 1%!! Tampoco con mejorar los trolls contratando algunos de la India, o dar discursos copiados de series televisivas, como hizo en la ONU con la tira “The West Wings”. Habrá que apelar a recursos más genuinos.
Nueva ofensiva de Israel: no se trata de autodefensa
Mientras la OTAN se empantana cada vez más y Europa aumenta gastos en la guerra contra Rusia -que hace mucho que lo único que incluye de Ucrania son el territorio y el grueso de las tropas- en Medio Oriente se asiste a lo que puede ser el comienzo de una guerra de alcance insospechado.
Tras el ataque de Hamas a Israel hace algo más de un año (con 1200 muertos y más de 100 rehenes como resultado), hubo una interminable ofensiva militar de Israel sobre el pequeño territorio de Gaza. En la búsqueda de ultimar a los combatientes de Hamas se bombardeó a la población civil, incluidas escuelas, hospitales y hasta refugios. A la fecha hay más de 42.000 civiles muertos en un país que carece de Fuerzas armadas para repeler los ataques. De ellos, alrededor de 15000 han sido niños. Se ha tratado -y se trata- de una operación similar a la búsqueda del aniquilamiento de la población palestina a los fines de la anexión territorial por Israel, en lo que no se deja de advertir que existe gas en la zona pegada al mar.
Ante tales ataques hubo acciones militares de Hezbolla desde el Líbano y algunas de los hutíes desde Yemen, ambas agrupaciones apoyadas por el régimen religioso de Irán. De cualquier modo, la escala de estas intervenciones al lado de las de un Israel altamente pertrechado y apoyado por los Estados Unidos, es asimétrica e incomparable. El número de muertos de ambos bandos es elocuente al respecto.
Israel lanzó la ofensiva “tecno” por vía de walkie-talkies y buscadores de personas, que permitió más de dos decenas de muertos en Líbano y más de 3000 heridos. El método del ataque -con detonación a distancia- recordó las acciones del terrorismo, dado que no puede denominarse acción de guerra convencional al matar a distancia fuera de acciones beligerantes.
Luego Israel lanzó fuertes bombardeos al Líbano, hubo incursión de tropas, y finalmente con otro bombardeo logró la muerte del jefe de Hezbollá, así como de muchos de sus lugartenientes y de jefes secundarios del grupo.
Irán hizo de nuevo lo que ya había ensayado hace unos meses: lanzó misiles en cantidad sobre Israel sabiendo que no iban a producir mayores daños: la protección aérea de los israelíes no es inexpugnable, pero es fuerte. Y permitió que hubieran sólo algunos daños secundarios, más una persona que tuvo la desgracia de que un misil cayera directamente sobre su cuerpo. Un solo muerto, contra los más de 1200 que Israel ya lleva en su nueva incursión en Líbano.
No se sabe si Irán hace estas acciones para calmar a sus propias tropas y ciudadanía frente a las acciones de Israel. Pero el lanzamiento de misiles que han sido más un espectáculo que un ataque efectivo por parte de los iraníes, justifica ahora que Israel se presente como víctima de ataques de terceros -a pesar del número abrumador de muertos árabes- y pueda lograr el apoyo ahora abierto de unos Estados Unidos que hipócritamente estuvieron fingiendo neutralidad y hablaron de lograr un alto el fuego.
La represalia sobre Irán será severa, con la mayor potencia militar del mundo secundando a Israel. Incluso empieza a pensarse si Netanyahu no pretende “el Gran Israel” anexando parte de Irak, todo el Líbano y parte de Siria, según lo que algunos sionistas toman por designio bíblico. Claro que el ataque a Irán es ataque no a un país árabe, pero sí musulmán. Sumado a la masacre sobre Gaza y el avance en Líbano, hay todos los ingredientes para que otros países puedan entrar en beligerancia, y que estemos en el prolegómeno de una guerra con efectos de expansión impredecibles.
Ojalá otra fuera la situación. Pero Estados Unidos -y eso significa que también buena parte de Europa- ha decidido avanzar contra Irán y enterrar la idea de un alto el fuego. Pocas esperanzas quedan de evitar la guerra, de la cual lamentablemente Argentina no estará del todo excluida al haberse comprometido con el estado de Israel, que es una de las partes.
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