Desde el 10 de diciembre el país atraviesa un escenario político inexplorado que, desde ese día a esta parte, ha resultado ser no sólo impredecible, sino también confuso y por momentos, inexplicable.
En esas aguas turbulentas, Mendoza en su vínculo con la Nación navega a tientas, casi con la inseguridad del ensayo/error, pero también con la confirmación de que, pese a sus esfuerzos, la tierra firme, como el calor del poder queda todavía muy lejos.
Fue el mismo Alfredo Cornejo quien identificó el solapamiento de sus votantes con los de Javier Milei, y de ahí en más, hace equilibrio para tratar de no confrontar con la Casa Rosada y a la vez no mal disponer a su base electoral; pero especialmente intentar diferenciarse del aluvión libertario que mezcla razones y sinrazones, obviedades y caprichos, reparaciones y destrozos por igual.
Cornejo, tanto como el resto de los gobernadores de Juntos por el Cambio (JxC) encontraron en el rótulo de la "oposición dialoguista" el centro justo para advertir que no son oficialistas, pero que, sin embargo, están dispuestos a otorgar no sólo gobernabilidad sino volumen político a una administración débil, aunque también advenediza y obstinada.
Fue una estrategia válida que permitía rescatar algunas propuestas propias de campaña que por imperio de las urnas ahora debería ejecutar Milei. Y así funcionó hasta que la vapuleada Ley Ómnibus estalló en el Congreso.
Tras la furia de Milei por ese fracaso legislativo, vinieron sus reproches y acusaciones a los gobernadores "traidores" que no acompañaron con suficiente vigor la propuesta del Gobierno. Una bolsa en la que también cayó Cornejo pese a que el comportamiento de sus diputados había ido en línea con el acuerdo general con los libertarios.
De ahí en más, y tras el retiro de la ley que sin embargo podría volver a ser tratada de manera fragmentada, se desató un vendaval de represalias que incluyeron la caída del Fondo Compensador del Transporte para subsidiar el boleto de los colectivos en el interior del país y del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) a semanas del inicio de clases. Dos agujeros fiscales y severos dolores de cabeza para las provincias, Mendoza incluida.
Pese a la prudencia inicial, Cornejo calificó como "tonta, ridícula y poco inteligente" la decisión de eliminar subsidios al transporte, y dejó trascender que se analizan todas las variables -aumento mediante- para hacer frente al pago de las obligaciones sin esos fondos nacionales, tanto la posibilidad de retomar el diálogo o bien presentar demandas judiciales.
En ese sentido, esta semana hubo dos señales auspiciosas. La primera, la confirmación del ministro del Interior Guillermo Francos, no sólo de su presencia (así como de la vicepresidenta Victoria Villarruel) en la Fiesta de la Vendimia, un gesto que bien puede leerse como de distensión, sino también la certeza de que cuando Milei se refiere a los "traidores" no incluye a Cornejo en esa caracterización. Una declaración periodística que fue muy festejada en Casa de Gobierno.
La segunda, el fallo de la Justicia federal de Rawson que hizo lugar a un planteo del gobernador de Chubut, Ignacio Torres (también de JxC), para impedir que la Nación deje de enviar a las provincias el fondo para sostener el valor del pasaje. Una hendija judicial que obliga a que la Nación se abstenga de recortar o quitar subsidios que el resto de las jurisdicciones podrán alegar para defender sus pretensiones (y sus números) ante la sequía ajustadora que propone Milei para lograr el déficit cero. Básicamente, porque se admite que la decisión nacional fue "inconveniente e intempestiva", con capacidad incluso de desequilibrar las cuentas provinciales.
Aún lejos de encauzar la relación, mucho menos de obtener favores del vínculo, la certeza de que no hay un encono particular con Mendoza y la resistencia que otros llevaron a la Justicia pero que sin embargo puede favorecer aquí, son episodios ilusorios de esa ruta desconocida, plagada de senderos sin salida, accidentes del terreno o arbitrariedades inesperadas que como en el juego de la oca pueden hacer volver al punto de partida en cualquier momento.
En la desesperación de destrabar el nudo o encontrar el camino correcto, el pie de plomo y la templanza parece ser la fórmula para salir del purgatorio nacional en el que Cornejo hoy se encuentra, sin caer aún en el infierno de los traidores, y aunque el paraíso de los leales siga estando todavía muy, pero muy lejos.