Finalmente esta semana se confirmó la especulación política más difundida de los últimos años: el regreso de Alfredo Cornejo a la disputa de la Gobernación que dejó en 2019 en manos de Rodolfo Suarez. Esta vez fue aquel sucesor quien nominó al nuevo candidato dando continuidad a una cadena de favores que mucho tiene de construcción política elaborada en la búsqueda (para los radicales) de un doble objetivo: desempatar a su favor la lista de 5 gobernadores de su partido que iguala con el peronismo desde el regreso de la democracia, y lograr el inédito hito desde 1983 de conseguir el regreso al sillón de San Martín de un ex gobernador.
Está claro que estas curiosidades de la historia futura pueden ser atractivas para cualquier dirigente, pero también es cierto que en todo caso suponen para Cornejo un plan B de lo que en su momento fue una proyección nacional que parece haber quedado trunca o en impasse. Además, la decisión blanqueada y asumida en estos días responde a la dinámica del escenario político local que terminó forzando a que eligiera el camino de retorno.
Sin embargo, las especulaciones en esa dirección habían comenzado a correr en el mismo momento en que dejó el cargo, y se fueron respaldando en dichos y hechos del propio Cornejo, en la decidida prédica de Suarez y como se dijo, en una serie de factores que hacen que la candidatura del ahora senador nacional sea la opción más segura o al menos con más chances de éxito en 2023 para el Frente Cambia Mendoza.
Dichas razones se asientan en la presencia sostenida durante este tiempo de Cornejo al tope de todas las encuestas tanto en imagen positiva como en intención de voto, pero también como la figura que le evita al oficialismo la complicación de una interna muy tensa como la que preanunciaron las candidaturas de un puñado de intendentes con y sin relección (Ulpiano Suárez, Tadeo García Zalazar, Daniel Orozco). Por el contrario, la figura de Cornejo no sólo es más competitiva, sino que también ordena la interna radical, o al menos la reduce a su mínima expresión con las aspiraciones aún vigentes de Luis Petri.
Caso distinto ha sido la amenaza de ruptura de Omar de Marchi que ha buscado en este tiempo evitar una confrontación interna con Cornejo, o en todo caso hacerlo en los comicios generales con otros apoyos, y que además forzó debates sobre la continuidad del frente que podrían hacer zozobrar una victoria electoral que al menos en los papeles parece más que probable.
Recuperar influencia en la Nación y protagonismo en sus decisiones parece ser el diagnóstico inicial que lo motiva en este regreso, aunque puertas adentro, la tarea aparece como mucho más ardua que eso
Justamente esta posibilidad de quiebre, reforzó la decisión de hacer jugar a Cornejo para minimizar el margen de error, y como se ilusionan en Casa de Gobierno, volver a vencer a un peronismo que no sale de su desorientación, pero también al rival interno que tantos dolores de cabeza ha causado en el último tiempo, tanto a la gestión de Suárez como al propio frente.
Y si bien aún la novela no está terminada, está claro que desde que la escalada demarchista insistió en las diferencias y coqueteos por fuera del frente, la opción de jugar con todo y con Cornejo a la cabeza fue tomando cada vez más fuerza.
En síntesis, se trata de un regreso que no sorprende, que en su especulación electoral contiene las urgencias internas y externas de un modelo de casi ocho años en el que los avances institucionales y de ordenamiento fiscal parecen no alcanzar para satisfacer la demanda de las soluciones con herramientas macroeconómicas que la Provincia no maneja, pero cuya ineficiencia padece. O al menos se trasluce en problemas de empleo, crecimiento y exportaciones.
Estos son algunos de los desafíos que Cornejo deberá enfrentar en el debate electoral, pero también más allá si le toca a él dar respuesta cierta para una Mendoza que por sus propias incapacidades, o por el destrato nacional aparece cada vez más relegada, insatisfecha y disconforme. Recuperar influencia en la Nación y protagonismo en sus decisiones parece ser el diagnóstico inicial que lo motiva en este regreso, aunque puertas adentro, la tarea aparece como mucho más ardua que eso.