Por Roberto Suarez
El Día del Periodista fue establecido en 1938 por el Primer Congreso Nacional de Periodistas celebrado en Córdoba, en recuerdo del primer medio de prensa con ideas patrióticas. El 7 de junio de 1810 Mariano Moreno fundó la "Gazeta de Buenos Ayres", primer periódico de la etapa independentista argentina. La Primera Junta indicó por decreto su fundación por ser necesario anunciar al público los actos oficiales y las noticias exteriores y locales. Sus primeros redactores fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli.
Hay datos de que una década antes de la Revolución de Mayo, Hipólito Vieytes edito el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio.
El 1 de septiembre de 1802, Vieytes se convirtió en el primer periodista criollo, al publicar ese semanario con el apoyo de Manuel Belgrano, que tendría una corta etapa y que cubrió una de las más ricas épocas de nuestra historia.
Desde hace 85 años los periodistas recordamos nuestro día. Un buen momento para hacer algunas reflexiones sobre esta apasionante profesión e interpretar qué pasa hoy con el periodismo.
En los últimos 20 años ha cambiado el periodismo mucho más que en los últimos 200. Veo tres grandes cambios. El primero, la tecnología, que revolucionó la manera de comunicarse con la sociedad. Los medios triplicaron sus audiencias, la información se democratizó, y la publicidad se reinventó en la era digital, situación que tiene amenazado el modelo de negocio de los medios tradicionales y también de los digitales Los medios siguen siendo el cuarto poder, pero con menos poder.
En segundo lugar, como afirmó el semiólogo español Ignacio Ramonet: Internet fue a la vez una posibilidad virtual de ir hacia una democratización del conocimiento y de la información, pero también la posibilidad de ir hacia una cretinización de la sociedad informatizada.
El tercer gran giro, que aún debe darse, es la capacidad de leer a una nueva generación que está pensando distinto y tiene formas diferentes de aproximarse a la vida cotidiana y a los grandes temas. Las nuevas tecnologías, la segmentación de los mercados, las redes sociales, la posverdad, en fin, están cambiando muchas cosas que afectan a toda la sociedad, la democracia y los valores universales, sobre todo la tan mentada inteligencia artificial.
La irrupción de la IA ha dado lugar al Periodismo Automatizado, es decir, la redacción automática de noticias con mínima o nula aportación humana mediante técnicas informáticas de lenguaje natural. Debemos tener en cuenta que determinados procesos se pueden aligerar gracias a la IA, pero, la capacidad de comprender cuáles de ellos se deben desarrollar será siempre competencia del ser humano.
La diferencia entre los periodistas y otros expertos que ya utilizan la inteligencia artificial, es que en su trabajo no les mueve solo el ánimo de lucro, sino también el deseo de informar. No existe inteligencia artificial que pueda sustituir su talento y su capacidad de trabajar por un bien superior, es decir, una sociedad más consciente e informada.
No sabemos todavía para dónde va el mundo –no parece ir nada bien─ pero el periodismo tiene el deber de entender esos cambios y mostrar sus distintas facetas, las buenas y las malas. Y la próxima generación va a ser determinante en cómo se resuelven esos grandes temas.
Los más veteranos en esta profesión entendemos a esta altura y debemos trasmitirles a los jóvenes colegas que pese a todo esta nuevo y revolucionario, el periodista es un ensamblaje de aportaciones muy distintas. El periodista es, por tanto, algo muy peculiar: la suma de todo aquello que no es: sociólogo, novelista; historiador, político. Por eso periodista puede serlo cualquiera, sin diplomas acreditativos, pero no cualquiera, por muchos diplomas que acarree, puede ser un buen periodista.
En Diario Jornada celebramos con satisfacción, porque estamos seguros de que cada día les ofrecemos el periodismo más responsable. Alejado de las trincheras ideológicas y del ruido mediático, para que puedan formar su propia opinión de los hechos como lectores que, nos vienen acompañando desde hace 20 años.
Siempre que recordamos el Día del Periodista me gusta traer a la memoria el Decálogo del Periodista, donde Tomás Eloy Martínez deja sentadas las bases de lo que deben ser los pilares de la labor periodística. En el décimo mandamiento Tomás afirma: “Recordar siempre que el periodismo es, ante todo, un acto de servicio. Es ponerse en el lugar del otro, comprender lo otro. Y, a veces, ser otro”.
Y también recordar la definición de Ryszard Kapuscinski: “La dimensión humanística del periodismo radica en tratar de hacer el mundo más comprensible; porque si nos comprendemos somos menos enemigos; si nos conocemos estamos cerca el uno del otro”.