La discriminación en un contexto social no es un hecho nuevo, pero si es una problemática que aflige a los jóvenes y ha ido ganando terreno en los eventos de diversión nocturna, como así también en los ambientes laborales cuando no "cumplen ese canon de aceptación" que imponen personas con jerarquía.
La mayoría de los casos de bullying se da por la imagen corporal del individuo, vestimenta, expresión verbal, tono de piel o simplemente por su condición de género. Lo cierto es que a pesar de estar en el siglo XXI este tipo de "etiquetas", sigue condicionando a las personas en su día a día. Y que, muchas veces, puede terminar en la depresión o suicidio.
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Recientemente, a través de Facebook , una joven usuaria compartió una experiencia personal sobre su paso por un boliche mendocino en el que denunció haber sido discriminada.
Se trata del reconocido boliche Cariló, ubicado en la Ciudad de Mendoza, sobre calle Rioja al 1334, que tiene actividad nocturna los viernes y sábados. Y que no es la primera vez que tiene criticas por "diferencia de clases social".
En un comienzo, la joven relató que se acercó a este reconocido boliche de Ciudad con su mejor amiga el día sábado, y que además decidió llegar temprano porque estaba anotada en una lista free, es decir de ingreso gratuito. Ante su dilatada espera decidieron preguntar si la durabilidad de esta entrada era a hasta las 1:30, pero en ese momento le cerraron la puerta de ingreso. A pesar de esto, ellas se quedaron esperando con la intención de pagar en la taquilla.
Luego de tanta espera, las jóvenes llegan a la entrada para que los encargados de seguridad le recibieran el documento. Sin embargo, solo le permitieron la entrada a una. Sobre esta situación, la joven expresó: "Le quise entregar mi documento en la mano a la policía, cómo todo el mundo, y no me lo recibió. Simplemente me miró de arriba hacia abajo y solamente me dijo que me hiciera a un costado, sinceramente no entendía la razón".
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Posteriormente, la chica explicó: "Me acerqué a la policía y le pregunté si había algo malo en el documento por lo que no me dejó ingresar. Ella, simplemente, me sonrió de manera sobradora y me dijo: 'la casa se reserva el derecho de admisión, después va a salir el dueño y él va a decidir quién entra y quién se va' ".
Y siguió: "Con mi amiga empezamos a observar cómo eran las chicas que habían quedado afuera y todas teníamos algo en común; el tipo de cuerpo o algún mínimo detalle que nos hacía diferentes a las chicas que ingresaban. Unas por ser gorditas, otras por ser 'muy grandes de edad', otras por tener rastas o trenzas e incluso por ser transgénero. Llegué a la conclusión de que realmente nos estaban discriminando por no ser cómo las chicas que suelen frecuentar ese lugar, es decir, no éramos bonitas, flacas, e incluso no 'íbamos bien vestida' ".
"Está situación me afectó mucho emocionalmente", expresó la usuaria en un posteo de Facebook. La publicación recibió cientos de comentarios en repudio y un sinfín de relatos en apoyo a su descargo.
Tras el vil rechazo del personal a cargo del ingreso al boliche, las amigas decidieron dejar de insistir y se marcharon. "Soy una persona que todos los días batalla contra los malos pensamientos y la mala autopercepción. Además, todos los días intento subir aunque sea un poco mi nivel de autoestima, lo cual es muy difícil y, quiénes atraviesan eso, lo entienden", sentenció la usuaria de Facebook.