Por Roberto Suárez, Especial para Jornada
En este caso recuerdo la película el “Huevo de la serpiente” dirigida por Ingmar Bergman y ambientada en Berlín en Noviembre de 1923 y el libro “El hombre que amaba a los perros”, escrito por el cubano Leonardo Padura.
El film de Berman, es una excelente metáfora sobre el proceso que condujo a la destrucción de la democracia en Alemania y su paulatina sustitución por un régimen totalitario a partir de 1920. Se refiere a que cuando está en la etapa de gestación, la serpiente puede ser vista a través de la cáscara transparente del huevo. Pero cuando sale del huevo y comienza a actuar, el proceso no para hasta que la destrucción es total. Bergman recorre el tenebroso horizonte de la Alemania pre-Nazi, antesala previa a un régimen salvaje que está por nacer.
El candidato Javier Milei bajo el lema “Ellos contra Nosotros”, viene anunciando “una batalla moral”, apelando a las pasiones humanas más sensibles como el miedo y el odio: “No vengo a guiar corderos, vengo a despertar leones”, dijo el candidato, orientándose a la animalidad de los presentes. No propuso a sus seguidores que actuaran con astucia e inteligencia, simplemente los animó a ser leones, es decir bestiales.
Según expresa permanentemente con un tono de voz ardiente y gritada “la gesta de la libertad avanza para sacarlos a patadas en el culo”; refiriéndose así a lo que denomina la “casta política”.
Uno de los personajes de la película, es el Dr. Vergerus, un científico que en sus investigaciones afirma que el futuro próximo de Alemania es predecible como un huevo de serpiente, a través de cuya fina membrana se puede distinguir el pequeño reptil ya formado. Al alertar sobre el peligro que encierra una vez salido del huevo, establecía un simbolismo con una sociedad alemana en donde ya se vislumbraba el peligroso auge del totalitarismo nazi, algo que entonces nadie quería admitir a pesar de la virulencia del lenguaje que se utilizaba contra quienes no pensaran igual.
De ahí la importancia de vigilar el huevo de la serpiente no vaya a ser que algunos descuidos permitan que se incuben odios sociales y esos monstruos que si bien vistos a través de la membrana parecieran inofensivos cuando crecen se vuelven incontrolables. Ninguna sociedad está vacunada contra ese peligro. Ojalá que nuestra Argentina, tolerante y respetuosa de la diversidad de opiniones en donde la práctica democrática se convirtió desde hace 40 años, en atributo individual y colectivo de todo un pueblo, nunca tenga que enfrentarse a una versión criolla de aquel “Juden Raus”.
Lo otro que llama la atención del candidato estrella de la derecha argentina y fundamentalmente de miles de jóvenes, es su parecido al histórico revolucionario, pero en sus antípodas, León Trotsky, por su amor a los perros. Reflejado en la exitosa obra de Padula considerada por la crítica como una de las mejores novelas de los últimos años en Latinoamérica. “El hombre que amaba a los perros” es un testimonio verídico y vivaz de la biografía de Trotsky y su exilio hasta llegar a México, de su relación con la pintora Frida Kahlo y de su muerte a manos de Ramón Mercader.
Como Ramón Mercader amaba los perros, también los amaba el hombre que él asesinó. Trotsky tenía cuatro galgos rusos y cuando partió al exilio a Alma-Ata se lleva uno consigo.
Javier Milei, ha testimoniado que su familia son sus cuatro perros, a uno de los cuales considera su hijo, mientras a los otros tres define como sus nietos. Milei ha contado, además, que su hermana, para quien dijo que reserva el rol de Primera Dama si llegara a ser Presidente, es la tía de su hijo Conan. Según describió Ernesto Tenembaun “No se trata de una metáfora para expresar el profundo amor que tiene alguien por una mascota -”los quiero como si fueran mis hijos”, sino de una convicción profunda. Milei responde con una agresividad desafiante cuando alguien se atreve a señalarle que su familia tal vez no entre dentro de la categoría “familia”.
El personaje de moda en la alicaída política nacional con su peinado no convencional y arremolinado y que sostiene que su hermana es mucho más que un familiar, es su “jefe” y mano derecha, a bautizado a sus hijos y nietos con nombres de personajes de cine y de economistas: Conan (por el guerrero bárbaro), Murray (por Murray Rothbard), Milton (por Milton Friedman), Robert y Lucas (ambos por Robert Lucas). Son mastines ingleses, pesan en promedio entre 80 y 100 kilos y viven con él en una casa en zona norte del conurbano bonaerense.
Como dice Betriz Sarlo, “Un líder como Milei repite lo que yo escucho por la calle. Es increíble, pero eso no quiere decir que Milei pueda dirigir a esa gente”.
“A Milei no le interesa armar un sistema, un partido político nacional, ni provincial, ni municipal, no le interesa. Lo que le interesa a Milei es tener un discurso que pueda movilizar, en el momento del voto, a una cantidad grande de votantes”.
Hay que estar atento fundamentalmente a lo que viene prometiendo y que es de difícil cumplimiento, como eso de privatizar la educación y darle a cada uno un voucher para que elija, o la imposibilidad de dolarizar y de cerrar el Banco Central, no hay país en el mundo sin Banco Central.
Un Banco Central tiene que garantizar estabilidad monetaria, cambiaria, bancaria, financiera. Sin Banco Central eso no se logra. Lo que se puede que hacer es reestructurarlo, y que se logre un mejor funcionamiento. También propone la libre portación de armas, es decir hacer justicia por mano propia. Mucho peor es la compra y venta de órganos en su plataforma de salud. Y niega la educación sexual en los colegios, aquí produciendo una contradicción se opone a la ESI porque ataca a la familia que es la célula básica de la sociedad, pero su familia son los perros y su hermana soltera y su candidata a vicepresidente también soltera.
Por otro lado en lo político económico propone la eliminación de la coparticipación federal, lo que generaría diferencias muy grandes entre las provincias. Esas son algunas de las propuestas que producen polémica y rechazo, con fuertes reformas.
Para lograr estas reformas, el líder de La Libertad Avanza pretende proponerlas primero en el Congreso y, en caso de que el resto de los bloques no se las aprueben, convocaría a un referéndum o a una consulta popular para buscar el aval de la ciudadanía, algo que es imposible: gobernar a fuerza de plebiscitos.
Falta poco para agosto y el personaje sigue firme en la popularidad de los sondeos, y con muchos analistas que piensan en el teorema del inolvidable Raúl Baglini: Cuanto más se acerca un político al poder más se aleja del cumplimiento de sus promesas de campaña.
Pueda ser que esto ocurra.