Por Roberto Follari, Especial para Jornada
No soy jurista, pero los que saben indican que la Corte podría actuar sólo como última instancia ante un recurso: no fue el caso. Su decisión se tomó, además, cuando hasta desde la Procuración (en la que está Casal, designado por el macrismo como “interino” por hace ya cinco años) se le indicó que correspondería no hacerlo. Y además, se lo hizo apenas cinco días antes de las elecciones, arruinando de plano el calendario electoral en las dos provincias.
El golpe, obviamente, es sobre el peronismo. Sirve también de aviso para Cristina Fernández: si se presenta, en un santiamén se la podría condenar. Y a la vez, impide que en el día domingo pudiera haber malas noticias para la dirección de JxC
La Corte logra además pasar a segundo plano las responsabilidades que pudiera tener Bullrich en el caso del borramiento del teléfono de la secretaria de Milman (en relación al intento de asesinato a la vicepresidenta), así como la ruinosa situación que se ventila en el juicio político, con una Corte donde hubo manejos muy oscuros en la obra social de los jubilados, los que Marchi ha estado denunciando.
Ante la suspensión Uñac respondió airado, Manzur con una incomprensible mesura. Ambos van a respetar la decisión de la Corte -otra opción no les queda-, pero en San Juan se votará todos los demás cargos en juego, excepto la fórmula a gobernador y vice. En Tucumán se bajó Manzur el jueves para facilitar la votación, pero igual la Corte impidió el comicio.
¿Qué se puede hacer si la Corte se equivoca? (digámoslo así, con presunción de inocencia). ¿Es como el cascabel del gato? Si el gato lo tiene puesto ya sabrán los ratones cuándo se acerca: pero nadie puede ponérselo. Aquí estamos igual: si se desobedece una decisión -por insólita que fuera- la misma Corte sancionará a quienes lo hagan. No hay equilibrio de poderes, ni modo de terminar con esta situación que no sea una severa protesta popular. A nivel institucional, no hay procedimientos posibles contra una Corte de apenas cuatro personeros, de los que esta vez votaron sólo tres. De tres personas depende cualquier decisión política o judicial hoy en la Argentina.
Alguna grotesca interpretación pretendió que la ex presidenta “se benefició” de esta jugada. Como todo el mundo sabe, el aparato judicial hegemónico del país es “por demás amigable” con la expresidenta: se ha encargado de reabrirle causas ya cerradas, le ha negado la recusación a jueces que son abiertos amigos de Macri. Obvio que este ha sido un golpe al peronismo todo, pero que lleva ecos contra la posible postulación de Cristina.
Postulación que navega en aguas inciertas. Pero que se da en momentos en que el peronismo ha salido mejor de lo esperado en las elecciones realizadas, y donde JxC pierde votos por las internas encarnizadas y por el avance de Javier Milei.
Quienes decían que la ex presidenta está proscripta, son los mismos que ahora -más que pedirle- parecen exigirle que sea candidata a la presidencia. Pero el riesgo de ataque judicial sigue latente, y más tras esta decisión de la Corte. Es cierto que animarse a cerrar la postulación de Cristina es ir muy lejos, sería promover un conflicto imprevisible: pero con lo visto, ya nada resulta imposible.
Por eso, el que se hace los rulos es Massa, de una manera sorprendente: ahora declara que es necesaria la unidad, en nombre de la cual piensa ser candidato sin que nadie pueda presentársele en las PASO. Y es cierto que el tigrense viene haciendo malabares eficaces en el Ministerio de Economía: pero también que a él nadie lo designó figura de liderazgo del peronismo, de lo cual está a años luz a partir de su histórica alianza con sectores clave de la derecha argentina.
En JxC también deshojan la margarita. Desde el PRO habría que acordar tras las PASO para incluir candidatos/as de la UCR en las fórmulas, en lugares secundarios. Pero desde ya que Lousteau hace ruido en la CABA, y preanuncia que el PRO podría perder la Capital. El rechazo a Larreta aumenta por esa razón, y la presión para bajarlo crece. De modo que el polo de los “duros” -Macri y Bullrich- cada vez más demora la entrada de Espert, a la vez que mira con entusiasmo a Milei, aunque con desconfianza: será un aliado estratégico, pero en lo inmediato le roba las adhesiones. Lo cierto es que esos “duros” no parece que puedan continuar juntos con la UCR, con Larreta y la Coalición Cívica: se sacan fotos de unidad que a nadie convencen.
Aún con la última “ayudita de los amigos” -como decían los Beatles- JxC resiente la pinza del avance de Milei y las elecciones provinciales de buen resultado para el FdT, junto a fuertes tendencias internas a la implosión. La Corte quizá tenga preferidos en la política, pero sucede que estos preferidos no pasan por su mejor momento.-
__________________________________________________________________________________________________________________________________________
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.