Por Roberto Follari, Especial para Jornada
Es verdad que Putin amagó previamente, y calculó bien: la OTAN no iba a responder militarmente por ahora. Es un enorme alivio, pues una eventual escalada hubiera llevado al mundo al borde del desquicio nuclear: pero la decisión de Putin implicó poner a todos en ese riesgo.
Estados Unidos debió, por ahora, quedarse en las sanciones económicas. Su idea es arruinar económicamente, y aislar a Rusia. Por qué hay que hacerlo, es bastante incomprensible: no existen el socialismo ni nada que se le parezca. ¿Por qué entender a Rusia como un enemigo permanente? Lo cierto es que la maquinaria militar del Norte se beneficia con esta extraña continuidad de la Guerra Fría. Pero no podían ahora invadir como si Rusia fuera Irak o Afganistán: Rusia tiene bombas nucleares, misiles varios, un gran poderío militar. En lo territorial se ponía en peligro a toda Europa, afectando a los timoratos aliados de EE.UU. Y el 40% del gas que se consume en Europa viene de Rusia: una mayor belicosidad hubiera llevado a la posible ruptura de la OTAN.
Y es la OTAN la que debiera disolverse: surgió para ir contra la Unión Soviética y hoy carece de sentido, mostrando además una penosa subordinación de Europa Occidental a los Estados Unidos. Pero no sólo no se ha disuelto: ha duplicado sus miembros, pretendiendo rodear a Rusia, obviamente con la intención de ahogarla.
El régimen títere de Zelenski –surgido con anterior presidente vía un golpe de Estado en el año 2014- nada tiene de democrático. Ni por origen (ese golpe), ni por ejercicio: ha ejercido fuerte represión en las zonas prorrusas del Este de Ucrania, donde incluso se habla el idioma ruso. Hay miles de muertos en esa zona, barrida a veces por el llamado Batallón Azov, de explícitas ideas pronazis, y asumido como parte de las fuerzas de seguridad oficiales del Estado en ese país.
El remanido “defendemos la democracia” de Biden, una vez más no viene a cuento. Pero tampoco han defendido a Ucrania: el “nos dejaron solos” de Zelenski, muestra que la OTAN tiene intereses, no amigos. Los intereses, son de la geopolítica y la economía de la potencia del Norte: los muertos están siendo de Ucrania, tomada como Estado/estilete contra Rusia, pero abandonado a su suerte apenas Putin decidió acabar con la situación.
El avance de la OTAN, es lo que cabe exigir que se detenga. La seguridad nacional de Rusia ha sido puesta en peligro, y su presidente –un hombre bastante acostumbrado a lo belicoso- había prevenido las consecuencias. Este recurso a la guerra no es admisible, pero sin dudas que se ha orillado hasta allí. La OTAN en Polonia, en Estonia, en Lituania, es un avance muy por fuera del área histórica de influencia de las potencias occidentales.
De modo que es hipócrita la actitud estadounidense, la de los invasores de Libia, de Irak, de Afganistán, de Siria. No tienen la menor autoridad moral para hacerse los escandalizados. Lo cual, por cierto, no nos impide a los países que a nadie hemos invadido y que no estamos embanderados, pedir la paz y el cese del fuego, para que se negocie situaciones y se finalice cuanto antes con los muertos, que en la medida en que la toma de Kiev se demora, pueden llegar a multiplicarse muy lamentablemente.
Ojalá la guerra finalice cuanto antes, y que la acción rusa sea limitada. Hay civiles muertos, pero notoriamente no se ha avanzado sobre ellos: es obvio que Rusia no va a retirarse hasta que sus finalidades se hayan asegurado, ligadas a quitar el gobierno golpista prooccidental y eliminar el riesgo de instalación de la OTAN en Ucrania.
Las superficialidades habituales expuestas por la tv nacional –gran ignorante de la política planetaria- han llegado a límites excepcionales, así como la sobreactuación de Bullrich yendo a la embajada ucraniana. A JxC no le interesó Ucrania cuando fue gobierno: nunca su canciller viajó allí, mientras los del entonces Frente para la Victoria viajaron dos veces. No se hace la relación con un país desde el apuro para una foto.
Ojalá Europa despertara de su mal sueño inaugurado en Normandía, y dejara de depender de las decisiones de EE.UU.: esta vez la guerra está en los límites de sus terrenos. El retroceso de la OTAN a sus fronteras de la caída del Muro es lo justo y deseable, si bien todos sabemos que no aparece como posible.-
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