Siempre encontramos un tema que nos divide, que nos hace insultarnos de la vereda de enfrente. Ocurre con las marchas que se organizan en plena época de pandemia sobre autos la mayoría de las veces
Por Jorge Sosa, Redacción Jornada
Sucedió en varias marchas en las que un grupo numeroso de personas salió a protestar en contra de las medidas del gobierno. Sucedió aquí en Mendoza con los que defendían la ley antiminera 7722. Sucedió esta semana cuando marcharon los (las) verdes que propugnan el aborto en la argentina y sucedió el sábado con los (las) celeste que recorrieron con una caravana bien nutrida el centro de la ciudad.
A todo esto venimos soportando una grieta política que nació hace tiempo y se mantiene en estos, haciéndose notoria en cada cuestión importante que esté sobre el tapete.
Parece ser imposible que nos pongamos de acuerdo en algo, en algún tema, aunque sea menor, que no haya fisuras y que algunas leyes salgan aprobadas por unanimidad. No es posible, llevamos en nuestro ADN la división y eso parte al país en dos e impide el crecimiento.
Me remito otra vez al Pacto de la Moncloa cuando los españoles decidieron trabajar todos juntos, sin banderías políticas, en una serie de temas que afectaban a un país en crisis. Y lo hicieron, lograron superar la crisis y empezar a levantarse lenta pero decididamente.
Nuestra historia nos marca, desde el nacimiento de nuestra historia, ya en aquella famosa y venerada Primera Junta patria había divisiones entre saavedristas y morenistas. Después las llevamos al plano de la guerra con el enfrentamiento entre unitarios y federales. Lo vivimos a comienzo del siglo pasado con el advenimiento del radicalismo o cuando los mismos radicales se enfrentaron entre Irigoyenistas y Antipersonalistas y por supuesto lo vivimos con Perón, sus aliados y sus detractores.
Todo esto nos llevó a tener que soportar dictaduras militares por doquier que no solucionaron el problema, al contrario lo agravaron de un modo infame.
Es difícil crecer así porque nosotros mismos nos ponemos el palo en la rueda y no podemos avanzar.
Hemos tenido malos gobiernos, podríamos tranquilamente hacer una larga lista, pero más allá de ellos, a los que no hay que agradecerles nada, nosotros también hemos aportado al descontrol.
¿Habrá una persona, llegará una persona que nos acerque a la unidad nacional? Difícil, muy difícil cuando las confrontaciones son tan virulentas.
A lo mejor hay en el horizonte del futuro una hora del acuerdo y nos pongamos a empujar el carro todos hacia una misma dirección. Mientras tanto seguiremos haciendo marchas y diciéndole a nuestros adversarios: no hay lugar para andar juntos.
La libertad de expresión no se coarta de ninguna manera. Todos tenemos derecho a pesar distinto, pero también todos tenemos derechos a pensar igual y es esta una posibilidad que deberíamos tener en cuenta.
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