¿Quieres recibir notificaciones de noticias?

Valerio versus Garay: una severa tormenta se desató en la Corte

¿Quieres recibir notificaciones de noticias?

Publicidad

26° Mendoza

Jueves, noviembre 21, 2024

RADIO

ONLINE

19° Mendoza

Jueves, noviembre 21, 2024

RADIO

ONLINE

PUBLICIDAD

Valerio versus Garay: una severa tormenta se desató en la Corte

El paro de los Judiciales, los descuentos y el manejo del máximo tribunal por parte de su presidente abrieron una inesperada grieta en el bloque oficialista, que al parecer no es nueva, sólo que ahora, explícita. ¿Interna adelantada?

05/07/2024 12:54
PUBLICIDAD

El reciente y extenso conflicto salarial en el Poder Judicial (todavía no resuelto, y en la previa de la feria) dejó al descubierto una inesperada confrontación entre dos de los miembros del máximo tribunal: el presidente del cuerpo, Dalmiro Garay y el supremo José Valerio.

La disputa es extraña por diversas razones, pero en particular porque supone -a priori- la ruptura del denominado bloque "oficialista" (o promovido por el radicalismo), que además de Garay y Valerio, conforman el histórico Pedro Llorente y la única mujer del cuerpo,Teresa Day.

Ese grupo de cuatro supremos, según la opinión de la oposición, le ha permitido al Gobierno durante este tiempo "controlar" la Justicia, o al menos lograr interpretaciones favorables a sus posturas en temas claves, en detrimento del rotulado bloque de origen peronista que integran -en minoría- Julio Gómez, Mario Adaro y Omar Palermo.

Pero más llamativo aún es que la fisura se haya producido -paradójicamente- entre dos ministros impulsados por el gobernador Alfredo Cornejo en su primera gestión. Un síntoma que agrega inquietud sobre el trasfondo político de la disputa. 

Sin embargo, los memoriosos recuerdan que las diferencias entre Garay y Valerio, hoy explícitas, aparecieron allá por 2021, bajo la administración del entonces gobernador Rodolfo Suárez. Incluso, detallan una reunión reservada entre Valerio y Suárez donde el supremo le habría confiado al mandatario estas razones de "manejo despótico" que recién hoy hace públicas. Los conocedores del entramado político de la Corte confiesan, sin concesiones: "Valerio se cansó".

Garay preside la Corte desde 2020 cuando -en pandemia- reemplazó de manera interina al entonces titular Jorge Nanclares tras su renuncia. Desde entonces, ha sido reelegido, siempre por unanimidad en 2021, y luego 2023 con mandato hasta finales de 2025. Una situación de continuidad que también da cuenta de la plasticidad de los votos, en la intriga del poder, aunque los argumentos vayan en otra dirección.

Pero no sólo eso, también vuelve a la memoria de los confidentes que ahora atan cabos, una reunión entre el mismo Suárez y el bloque de cortesanos peronistas, para más datos concretada en la residencia de La Puntilla en la misma época, en la que las quejas contra Garay habrían ido en la misma dirección de lo expresado por Valerio, buscando una solución que tampoco entonces se concretó.

Este miércoles, en su visita a los estudios de Radio Jornada, en el programa Lado A, Valerio fue explícito sobre las razones de sus diferencias con Garay. Lo acusó de tener como presidente una impronta personalista, que se excede en sus atribuciones ("el Poder Judicial no es unipersonal como el Ejecutivo, es colegiado", dijo Valerio) y criticó que apuró una resolución del conflicto con los empleados y funcionarios judiciales "con la lógica de la calculadora", en clara relación a los descuentos que fueron un punto de inflexión en el desarrollo del paro.

Menos sutiles, en el entorno de los que acompañan a Valerio en esta inesperada cruzada, casi una feroz interna que pasa a una fase de guerra declarada, apuntan directamente contra Garay: "Se cree el dueño del Poder Judicial..." señalan sin eufemismos.

Más en profundidad del análisis, Valerio entiende que esa concentración de poder que expresa Garay está entorpeciendo el funcionamiento de la Corte e incluso, la reciente reforma de su proceder de rutina que buscaba quitar los cotos exclusivos de las salas y un encuadre más horizontal en la resolución de los expedientes. "No hay reuniones de Sala Administrativa, no hay reuniones de Corte... y si no hay reuniones, no hay debate. Si no hay debate. no se toman decisiones y las decisiones que se toman son las que convienen al que tiene el título de presidente" relató Valerio en la radio. Claro, ¿no? Sutil y agudo, Valerio no habla del "presidente", sino del que "tiene el título de presidente...". 

Esas concepciones tan diametralmente opuestas, y una confrontación pública tan expuesta habilitó a este cronista a la pregunta de rigor al aire. Si Valerio pretendía en la próxima renovación de autoridades desplazar a Garay y presidir la Corte. "Nunca fue mi aspiración -dijo-. Mi aspiración es producir reformas, pero no le escabullo a nada. Lo que tenga que hacer lo hago. En la Corte no estoy para hacer amigos..." respondió con firmeza. Frente a eso, en el peronismo ya están comprando pochoclos. 

Es que ante este escenario, y la virtual ruptura del bloque oficialista en la Corte, si Gómez, Adaro y Palermo acuerdan con Valerio, Garay dejaría de ser su presidente el año próximo. Un escenario no menor para el gobierno, y en particular para Cornejo.

Pero si todo lo dicho fuera poco, y más allá del conflicto salarial que expone esta fractura entre los dos supremos de inicial impronta cornejista, a Valerio le bastó sólo una frase para demoler el andamiaje de eficiencia y mejoras en la Justicia con el que Garay sustenta su gestión puertas adentro y afuera del Palacio Judicial. "La modernización no existe..." desafió el particular magistrado de sombrero de ala ancha.

Más allá de su pertenencia partidaria radical, que como todos los jueces, debe dejar de lado al momento de jurar como magistrado, al menos en su registro como afiliado, Valerio cree firmemente que el modelo que aplica Garay pone en riesgo la calidad institucional de la Provincia. 

Bajo esa convicción decide romper el molde y expone una interna que en principio va en contra de quienes impulsaron su nominación. Un costo político que no considera pero que puede alterar el mapa de la Justicia en los próximos años, y con ello, el del poder en Mendoza. Por lo pronto, la advertencia está hecha y el mensaje para el cornejismo es ahora público.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD