La adaptación a los cambios de sistema es una de las características que determina de qué manera un equipo potencia sus virtudes y disminuye sus falencias, sobre todo desde el punto de vista colectivo.
El seleccionado argentino muestra ductilidad para metamorfosearse en medio de un partido y esto es un beneficio resultante del trabajo de índole táctica que se desarrollan en los entrenamientos.
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Sin esa capacidad para reinventarse a sí mismo, una formación futbolística preparada para la alta competencia podría repetir errores propios de otras gestiones al aferrarse solamente a un plan A.
Vale la pena aplicar la técnica ensayo/error en un continuo de posibilidades de adaptación a sistemas novedosos o reciclados, más que nada para conocer cómo contrarrestarlos en el caso de que un contrincante, sea quien fuere, pudiese ponerlos en práctica.
Si bien el entrenador Lionel Scaloni aún no confirmó la formación para el choque ante Polonia, la oportunidad será muy propicia para contar con posibilidades de cambio en los sectores que deben transformarse en primera, segunda y tercera línea de defensa.
La formación polaca hace de la pelota parada un arma ofensiva de alta efectividad. Su dupla de marcadores centrales, conformada por Kamil Glik y Bartosz Berreszynskison - ambos en la Serie A italiana - presenta un complemento muy marcado tanto en la acción de pelota parada defensiva como ofensiva.
El muy eficaz arquero Wojciech Szczesny potencia la seguridad propia con timing en el momento de salir a cortar con puños o atenazando el balón. De hecho, la última línea polaca expresa una variante de juego aéreo ofensivo a la que Argentina tendrá que desarticular para evitar peligros propios.
Y es aquí donde conviene mirar en derredor de cómo generarle una mayor y mejor cobertura al arco que defiende Emiliano Martínez, quien se mostró mucho más seguro y confiable en la victoria ante México que en la caída inesperada contra Arabia Saudita.
Argentina cuenta con una figura referencial como Nicolás Otamendi, quien desde 2010 en adelante se constituyó en una figura que se ganó el espacio tanto como marcador central como, al menos en sus inicios, en posición de marcador lateral.
¿Bastará con el actual defensor del Benfica para anular a un atacante completo como lo es Robert Lewandowski? No, todo lo contrario.
El delantero exBayern Munich y hoy en Barcelona demuestra que no es solamente un cabeceador certero o un definidor de área. "Lewy", quien marró un penal frente a los mexicanos en el debut, supo reacomodarse contra los árabes y marcó un tanto demostrando técnica depurada para meter una pausa y definir sobre el palo más alejado del arquero.
En consecuencias, de cómo articule Argentina su plan para cercar y desactivar a uno de los hombres de punta más referentes del fútbol hoy día dependerá qué grado de seguridad o de inseguridad presentará la retaguardia albiceleste en este duelo a disputarse en el Stadium 974.
A la Selección le conviene un sistema de marcación en abanico, en el cual puedan abrirse hasta cinco o seis hombres en la última línea, incluyendo al arquero
Los defensores albicelestes se han reconvertido en cuanto a su posición cuando la ocasión lo ameritaba. Citamos a Otamendi tanto desde la banda derecha como en el centro de la zaga, pero también es importante hacer notar que Gonzalo Montiel, Nahuel Molina Marcos Acuña y Nicolás Tagliafico han trabajado como marcadores laterales pero también como volantes ofensivos devenidos en defensores cuando les tocó ensayarlo en divisiones inferiores o, inckusive, en el paso al profesionalismo.
Por caso, el tacticitsta Guido Rodríguez, de notable adaptación a cualquier variante en defensa, asoma como un jugador ideal para tomar a Lewandowski en acciones de pelota detenida o también apoyar la salida de quien Scaloni defina como volantes de salida - Alexis Mac Allister o Enzo Fernández - . Aquí, en ese sector clave de la cancha, el volante del Betis serviría de dique contenedor a la hora del quite y de la recuperación, como asimismo de distribución siempre y cuando quienes se sitúen como apoyo por las bandas ganen metros hacia posiciones de ataque por sendos extremos.
Conforme a las características de defensores de jerarquía como Cristian Romero y Germán Pezzella, jugar en abanico les permitiría a ambos salir con pases orientados y construir triangulaciones de salida para asegurar la pelota y no exponerla a que errores en las cesiones provoquen contraataques en modo mano a mano.
El escalonamiento en defensa tiene que convertirse en un sello de este equipo nacional, más que nada si se quiere - como pensamos y esperamos - jugar los siete partidos que presenta toda Copa del Mundo.
Otro esquema más rígido y menos readaptable conspiraría contra la propia seguridad defensiva, habida cuenta de que solamente cumplir con una función fija le restaría independencia a la toma de decisión que cada futbolista debe exponer cuando tiene que dar garantías en la zona de resguardo.
Será Scaloni, junto a su cuerpo técnico, quien se decida por una modalidad táctica de juego.
El propio desarrollo del encuentro decisivo del Grupo C irá marcando los caminos a seguir.
Tres centrales en el fondo más dos laterales cerrándose hacia el centro y un volante regulador asistiendo asoma como un modelo sistemático propicio para aplicar en este choque tan clave y sin término medio: avanzar a octavos o armar las valiijas más rápido de lo previsto.