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¿Son viables las sociedades anónimas en el fútbol argentino?

“Perdimos, Mauricio”, llegó a decirle al oído el entonces presidente de la AFA, Julio Grondona, a Mauricio Macri, un abanderado de la idea de introducir las sociedades anónimas en el fútbol argentino, cuando fue derrotado categóricamente una votación entre los dirigentes.

25/05/2024 21:50
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Por Sergio Levinsky, desde Barcelona

 

Dos décadas más tarde, y ya desaparecido Grondona -fallecido en julio de 2014-, y con poder en la FIFA, donde preside la Fundación de la entidad madre del fútbol mundial tras haber sido presidente de Boca Juniors, jefe de Gobierno de Buenos Aires y primer mandatario argentino, Macri vuelve a la carga con la idea, y hasta podría decirse que fue el factótum, de la insistencia del actual gobierno de Milei, mucho más que el propio presidente.

Fue durante el gobierno nacional de Macri, entre 2015 y 2019, cuando los clubes -que sistemáticamente y en su gran mayoría se niegan a la entrada de capitales privados- no sólo sufrieron resistiendo los embates -con amenazas como el aumento de la alícuota de la parte que estaban exentos, en caso de no aceptar- desde el poder político, sino que se copió -vaya casualidad- el sistema español de introducir una institución como la Liga por fuera de la AFA, lo cual también fue una menara de ir licuando su fuerza.

No es casualidad: el presidente de La Liga, como se da en llamar a la entidad española por fuera de la Real Federación de ese país (RFEF), no es otro que Javier Tebas Medrano, de pasado de extrema derecha como jefe provincial de la agrupación “Fuerza Joven” de Aragón, que formaba parte del partido “Fuerza Nueva” del ya fallecido dirigente Blas Piñar, tal como lo recuerda el periodista Antonio Maestre en “La Marea”.  Y Tebas tiene excelentes contactos con el macrismo y los tuvo también con Marcelo Tinelli, quien llegó a tener un paquete de acciones en el Badajoz, en el fútbol español.

Hay que recordar que Tebas no pisaba suelo argentino, al menos como dirigente de fútbol, mientras Grondona estuvo vivo, porque a quien se lo consideraba como su “hermano mellizo” en el fútbol internacional fue Ángel María Villar, exfutbolista y abogado, y expresidente de la RFEF durante 29 años (1988-2017) y, además, vicepresidente de la UEFA, era acérrimo enemigo de Tebas.

Fue tan grande la relación de uno y otro lado del Océano Atlántico, que Villar llegó a colocar a su hijo Gorka en un alto cargo en la Conmebol, pese a ser español -se dijo que llegó a facturar anualmente más que Peñarol y que Nacional de Montevideo-. Tanto padre e hijo como el vicepresidente económico de la RFEF terminaron en la prisión de Soto del Real en julio de 2017 hasta que depositaron una fianza, involucrados en un sonado caso de corrupción.

Pero fallecido Grondona, Tebas pasó a ser uno de los hombres de consulta permanente desde el macrismo para “reestructurar” el fútbol, especialmente con la introducción de las llamadas “Sociedades Anónimas Deportivas” (SAD). En el fútbol español hay cuarenta y dos equipos en la mayor estructura profesional (veinte en Primera y veintidós en Segunda, lo que equivaldría a nuestro Nacional B) y de todos ellos, apenas cuatro no son SAD: Real Madrid, Barcelona, Athletic de Bilbao y Osasuna.

Esto se debe a que en tiempos de Felipe González como presidente de Gobierno en España, la casi totalidad de clubes tenía deudas imposibles de afrontar y fue allí que apareció la figura de las SAD para salvarlos y sólo se hizo excepción con los cuatro clubes que no estaban en rojo y tenían sus economías controladas, aunque hoy, el Barcelona debe 1300 millones de euros, acaba de pedir un préstamo por otros cien y ya el club lanzó una encuesta a sus socios donde se incluye la pregunta sobre qué les parecería ser SAD en el futuro.

En la Argentina, como en Sudamérica, la figura de las SAD no trae gratos recuerdos y bastaría con consultarles a los hinchas de Racing Club -con aquella gestión de “Blanquiceleste” que derivó en aquella frase de la síndico Liliana Ripoll, a cargo de la quiebra, en 2001: “Racing ha dejado de existir”- o de San Lorenzo, que, gracias a sus marchas y protestas, evitó que la empresa ISL se hiciera cargo del club, como en aquel momento negociaron sus dirigentes. A los pocos meses, la ISL -ligada a la FIFA- quebró…

Tebas, que trata desde los tiempos del macrismo de vender a la Argentina las supuestas bondades de las SAD, es el mismo que hace dos temporadas quiso llevar un partido de la Liga, el Villarreal-Atlético de Madrid, a los Estados Unidos para recaudar más fondos, pero se encontró con la negativa del entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales, quien le respondió que la única manera de aceptarlo sería pagándole pasaje, estadía y billete para el partido en la mejor ubicación a todos los abonados anuales del equipo local, porque si no se trataría de un fraude, porque no sólo a ese abonado se le quitaría uno de los partidos por los que pagó por anticipado, sino que, además, se trata uno de los mejores de la temporada.

Tebas busca, según sostiene, mejorar la imagen de La Liga, de la que sigue diciendo que es “la mejor del mundo”, y, por lo tanto, hay sanciones a los clubes que dejan huecos en las tribunas donde toman las cámaras de TV por la “mala imagen” que pueden dar a los hinchas de todo el planeta, pero no quiso invertir en el reloj que marcan si la pelota entró o no al arco, para los árbitros “porque no vale la pena el gasto por tres o cuatro veces que ocurre en un año”. Así es que hubo un gol no cobrado en el último Clásico entre Real Madrid y Barcelona.

Si nos atenemos a lo que ocurre desde hace años con los capitales que entraron en el fútbol brasileño, que tiene una liga poderosa como el “Brasileirao”, con clubes que e vienen llevando todas las Copas Libertadores y que cuenta con una ley estatal que abre la puerta a esas inversiones, el panorama puede ser muy bonito, pero en ese país, muchos recuerdan la amarga experiencia de la empresa “Parmalat”, que dejó colgado al Palmeiras, o el magnate ex soviético Boris Berezovski que prometió el oro y el moro a los aficionados del Corinthians entre 2005 y 2006, y el gran club paulista, con millones de hinchas, acabó descendiendo en 2007. Con el tiempo, se encontró vinculación de la gestión con el lavado de dinero.

Uno de los mayores temores de la dirigencia del fútbol argentino es que vuelva a ocurrir la llegada de capitales golondrina, como los de Parmalat o Berezovski o ISL y no otros interesados en el desarrollo y el crecimiento de un club, como ocurre más asiduamente en Alemania. Allí, hay clubes como el Bayern Munich que acepta un 49 por ciento de acciones en capitales privados pero los socios controlan el 51 por ciento y se parte de la base de la inversión por sinergia: empresas que son reconocidas simpatizantes del club o ligadas históricamente al club, y que por ello garantizan que pretenden quedarse y apostar por un futuro venturoso y que no abandonarán la entidad cuando hayan hecho sus primeros abriles.

Cuando Javier Milei ganó las últimas elecciones presidenciales en la Argentina, gracias, en buena parte al apoyo de Macri, la AFA -cuyos máximos dirigentes sostuvieron la candidatura de Sergio Massa y tienen vínculos muy estrechos con su entorno- le marcó la cancha al nuevo mandatario votando masivamente en contra de las SAD.

Como respuesta, a los pocos días de asumir, el Gobierno incluyó en el punto 27 de su Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), llamado “modificación de la ley de sociedades para que los clubes puedan convertirse en sociedades anónimas si así lo quisieran” y también modificó una parte de la Ley del Deporte a fin de integrar a las SAD, pero los clubes interpusieron una medida cautelar que, por ahora, frena toda posibilidad. Tanto la AFA como los clubes insisten en que no hay ninguna necesidad, y mucho menos, urgencia, porque la situación económica y financiera de las instituciones no es peligrosa, y desde el Gobierno se repite que lo que se trata de introducir no es la obligatoriedad sino la posibilidad de que los clubes sean SAD, aunque si fuera así, ¿cuál es la necesidad o la urgencia de concretarlo?

Todo indica que la situación puede cambiar en cualquier momento, porque el Gobierno sigue inquieto con este tema. La semana pasada, aprovechando otra presencia de Tebas en el país -asistió a un congreso-, Milei envió a una comitiva para pedir asesoramiento con el dirigente español, compuesta por Daniel Scioli, secretario de Ambiente, Turismo y Deportes, Julio Garro, ex intendente de La Plata, la diputada por La Libertad Avanza, Juliana Santillán, el empresario Guillermo Toffoni, enfrentado judicialmente con la AFA y quien tuvo por años a su cargo los partidos de la selección argentina como agente, y Federico Sturzenegger, asesor presidencial y cerebro de la Ley Bases y del DNU de las SAD. En la misma semana, Milei consultó también al propio presidente de la FIFA, Gianni Infantino.

Algo se está cocinando y el fútbol argentino está en alerta.

 

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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