Mientras en Brasil se disputa una extraña Copa América, con selecciones que juegan y regresan a sus países para evitar que sus jugadores se contagien de coronavirus y con más de cien casos entre todos los protagonistas del torneo, al mismo tiempo se lleva a cabo una atractiva Eurocopa en doce sedes y que presenta muy atractivos partidos de octavos de final, que acaba de comenzar
Por Sergio Levinsky, desde Buenos Aires. Especial para Jornada
Se suele decir que la Eurocopa es “Un Mundial sin Argentina ni Brasil” y algo de cierto hay en esa frase, porque para llegar a la fase final de 24 equipos hay que pasar por una clasificación como la que hay que atravesar para disputar la de la Copa del Mundo, dado que el Viejo Continente contiene a muchos más países que Sudamérica.
Al contrario de la Copa América, ni los jugadores ni los entrenadores de ninguna potencia se quejan de lo ardua que fue la temporada ni colocan excusas para salir a buscar los partidos – cada equipo con su propio estilo-, el VAR soluciona los diferendos en cuestión de segundos, los campos de juego están en perfectas condiciones y se juega con púbico, aunque esto último no sólo está relacionado con una mayor vacunación de ese lado del planeta, sino con el hecho de que se juega en verano.
El torneo ya tiene dos clasificados para los cuartos de final tras los partidos jugados ayer. Por un lado, una Dinamarca muy crecida tras el gran triunfo que le dio el pase a octavos en su grupo ante Rusia por 4-1 después de haber iniciado su participación con el impacto de Christian Eriksen (que acaso ya no juegue más al fútbol), no tuvo piedad con la Gales de Gareth Bale, a la que también goleó por 4-0 en Amsterdam, ratificando el buen momento que atraviesa, su gran estado de ánimo y acaso el aliciente de recordar el exacto aniversario de cuando en 1992, en la Eurocopa de Suecia, venció en la final a Alemania y fue campeona cuando ni siquiera se había clasificado e ingresó a último momento por la suspendida Yugoslavia (por la Guerra de los Balcanes).
En el otro partido, jugado en Wembley, Italia sufrió demasiado para vencer a Austria en tiempo extra por 2-1, con los tres goles anotados en esos treinta minutos finales. Los dirigidos por Roberto Mancini vienen en franco ascenso, clasificados también para la “Final Four” de la Liga de las Naciones y con muy pocos goles en contra, aunque lo más importante es haber regresado a la idea de atacar y de tratar de tener la pelota y administrarla con calidad a partir de Lorenzo Insigne (Nápoli), Nicoló Barrella (Inter) o Marco Verratti (PSG), y con grandes definidores como Ciro Immobile (Lazio), Andrea Bellotti (Torino) o Federico Chiessa (Juventus), todo respaldado por los experimentados centrales Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci (Juventus).
Sin embargo, pese a una fase de grupos casi perfecta con triunfos sin problemas ante Turquía, Suiza y Gales y con el arco invicto, se complicó ante un correcto equipo austríaco que cuenta con algunos valores interesantísimos como su gran estrella David Alaba (que acaba de quedar libre del Bayern Munich y firmó para el Real Madrid), el volante Marcel Sabitzer (RB Leipzig) y el delantero Marko Arnautovic (Shangai Port y ex Premier League).
Esta vez, el equipo italiano dominó en el primer tiempo como en los tres partidos anteriores pero no pudo concretar y en el segundo fue vencido por la ansiedad y casi lo pierde cuando el VAR anuló un gol de Arnautovic por un mínimo (aunque correcto) fuera de juego. Recién en los primeros 15 minutos del alargue, Chiessa y Mateo Pessina (Atalanta) –ambos ingresados como suplentes) establecieron el 2-0 con lo que todo parecía concluido pero Sasa Kaladzic (Stuttgart) descontó de cabeza y alargó el suspenso hasta el final.
Italia espera ahora como rival al ganador del gran partido de hoy entre la Portugal de Cristiano Ronaldo, vigente campeón de Europa de 2016 en Francia y otro de los cuatro clasificados al Final Four de la Liga de las Naciones, y la Bélgica de Kevin De Bruyne (firme candidato al Balón de Oro de la FIFA) y Romelu Lukaku, acaso el mejor centrodelantero del mundo. Tras un gran Mundial de Rusia, en el que finalizaron terceros, ahora los belgas, repletos de estrellas como Thibaut Courtois y Eden Hazard del Real Madrid, van decididamente por el título europeo y ganaron sus tres compromisos de la fase de grupos.
Portugal, en cambio, formó parte del llamado “grupo de la muerte” con el actual campeón mundial, Francia, y con Alemania, pero pudo conseguir el boleto a octavos en el último partido si bien cuenta en el ataque con la impresionante vigencia de Cristiano Ronaldo, quien a sus 36 años alcanzó el récord de goles jugando para una selección (109) –que comparte con el iraní Alí Daei- y es el máximo goleador del torneo (5), y el mayor goleador de la historia del torneo (14).
De ese lado del cuadro, se esperan otros dos muy buenos partidos de octavos. Francia -que si siempre tuvo en el ataque a Kyllian Mbappé y a Antoine Griezmann, ahora sumó al gran delantero del Real Madrid, Karin Benzema-, enfrentará a Suiza, que tuvo buenos desempeños en la primera fase aunque los galos son amplios favoritos. En tanto, una España que fue de menor a mayor, con un mal inicio y dos inesperados empates en Sevilla ante Suecia y Polonia con muy escaso gol para tanta posesión de pelota, finalizó su grupo goleando 5-0 a Eslovaquia, aunque con la incertidumbre de lo que pasaría ante un rival más exigente, se medirá contra la actual subcampeona del mundo, Croacia, cuya figura es el crack del Real Madrid, Luka Modric.
Del otro lado del cuadro, Dinamarca espera por el ganador de mañana entre un buen equipo (aunque aún no consolidado) de Países Bajos ante oro también muy correcto como República Checa, que cuenta con una de las estrellas del torneo, el delantero Patrik Schick (Bayer Leverkusen).
Para finalizar, el ganador de un partido que aparece muy parejo entre Suecia (sin sus delanteros Marcus Berg y Zlatan Ibrahimovic aunque con jugadores como Alexander Isak (Real Sociedad) y Emil Forsberg (RB Leipzig) y Ucrania (dirigida por el ex crack Andriy Sevchenko), deberá enfrentarse a quien venza en el gran clásico entre una Alemania que termina un ciclo con Joakim Low para comenzar luego otro con Hans-Dieter Flick (ex DT del Bayern Munich) e Inglaterra, que viene de un buen Mundial (cuarta) y cuenta con figuras como Mason Mount (Chelsea), Harry Maguire (Manchester United), Harry Kane (Tottenham), Marcus Rashford (Manchester United) pero sobre todo, Jack Grealish (Aston Villa) por quien el Manchester City de Josep Guardiola está por contratar en 116 millones de euros.
La mesa está servida para disfrutar de un fútbol de alto nivel y sin excusas de ninguna clase.
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