Por Roberto Suárez
Y la ciudadanía decidió definir dentro de 30 días. Habrá un balotaje para decidir entre Sergio Massa, candidato oficialista, peronista, y Javier Milei, representante de la ultraderecha.
Muchos argentinos teníamos miedo a un triunfo del candidato de La Libertad Avanza en primera vuelta, discípulo del ideólogo máximo del anarcocapitalismo, fundador del Partido Libertario estadounidense, Murray Newton Rothbard, Javier Milei. Por sus ideas, sus actitudes, su plataforma de gobierno, su fanatismo y su odio demostrado en su oratoria.
Hasta hace unos días Milei era el negacionismo de las atrocidades de la dictadura militar, la ruptura con el Vaticano, la dolarización, la derogación del aborto y permitir la venta de órganos, la destrucción del Banco Central, el fin de la educación gratuita y los beneficios a los jubilados.
Hoy el León debe ir a balotaje y entregó la toalla de inmediato, salió obscena y desesperadamente a pedirle apoyo a los Macri, a Bullrich, a Frigerio, directamente al PRO, para poder alcanzar los votos necesarios para llegar al triunfo el 19 de noviembre. Pidió perdón por haberle dicho montonera asesina a Bullrich y le rogó ir juntos contra el enemigo kirchnerista. Se irá convirtiendo, como dice el teorema de Baglini.
El País de Madrid afirma que el surgimiento de la ultraderecha en Argentina ha puesto en jaque a la derecha tradicional. La derrota de Patricia Bullrich en la primera vuelta de las elecciones presidenciales representa un punto de inflexión para la alianza Juntos por el Cambio, compuesta principalmente por el PRO, la formación creada por Mauricio Macri, y la histórica Unión Cívica Radical.
Los sorpresivos resultados de este domingo han mandado al peronista Sergio Massa (36,5%) y al ultra Javier Milei (30,1%) a la segunda vuelta, y han dejado a Bullrich fuera de la contienda. El mal desempeño de la exministra de Seguridad, que sacó un 23,8% de los votos, rodea de incógnitas el futuro de la coalición, que hasta ahora había sido la primera fuerza de la oposición. Defensora de la democracia liberal y simpatizante de ideas extremas, Bullrich se había posicionado como la favorita hace apenas seis meses. La pasividad, sin embargo, le jugó en contra y acabó hundiéndose en los comicios.
Una vez perdida la elección, Bullrich no ha tenido matices. La candidata de la derecha se ha volcado decisivamente en contra de Massa, a quien no ha querido felicitar por ser parte del “peor gobierno” que ha tenido el país, según dijo en referencia a la Administración de Alberto Fernández. Adónde van a ir a parar los votos de Bullrich en la segunda vuelta del 19 de noviembre es la gran pregunta que plantean los resultados de la primera vuelta. Ella ha trazado este domingo una línea para sus seguidores y ha rechazado con contundencia apoyar al peronismo.
Milei busca de socio al PRO, porque no puede hablarle al radicalismo partido al que odia.
Afirma que con Yrigoyen nació el mal desde hace 100 años que acecha a la Argentina, niega los 40 años de democracia y tiene como figura emblemática de su odio a Raúl Alfonsín, a quien, a una imagen de su figura, se entretiene tirándole dardos.
En su acto de cierre de campaña del miércoles pasado, en la arena Movistar hizo que la multitud se expresara gritando: “El que no salta es un radical”, en vez de nuestra expresión tradicional “El que no salta es un inglés”.
Por eso no pudo convocar a los radicales, y se dedicó desesperadamente a pedirle el voto al PRO. Ya hay militantes radicales que se han expresado en las redes: “Los radicales no votamos locos, negacionistas, antiderechos, terroristas ni represores”.
Los próximos días serán determinantes para que los radicales también se posicionen de cara a la segunda vuelta.