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Pocas ideas en coloquio de IDEA

Grandes empresarios: disimulando los modales presidenciales. Macri: por fin llegan los negocios. El peronismo en laberinto autoinfligido. Trágica muerte de Payne, tensión de la AFA con el gobierno y otras yerbas. Las universidades en la lucha.

Redacción
19/10/2024 23:13
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Por Roberto Follari, Especial para Jornada

  Los grandes empresarios se pierden. Apoyo masivo a un gobierno que toca sus melodías: ajuste inacabable, reforma laboral, represión a la protesta social. Suena lindo: es “su” gobierno, sin dudas. El problema es que la recesión es enorme, y cuesta invertir donde no hay consumo; que los modales presidenciales son ferozmente antirrepublicanos, y hay que disimular burdamente (como cuando el ritual masturbatorio en Mendoza); que no hay plan económico para el futuro, y más allá del ajuste se ve un desierto confuso; que el cepo sigue y sigue, y con él hay problema para manejar la salida de dólares.  

  La ambivalencia lleva hacia desmedidos elogios al gobierno (el increíble Ratazzi es buen ejemplo al respecto, parece un súbdito), pero en los pasillos se dicen las dudas. Gobierno recontrapropio para defender en público, pero cuyos vicios se critican y apuntan en lo privado. Un crédito hacia Milei que es mucho mayor en las declaraciones que en los cálculos racionales.

  Milei lanzó que “hicimos el ajuste en verano, para que no se dieran cuenta”: declaración no necesaria, y no precisamente afortunada. Y volvió a comparar a los economistas del stablishment, que “no la ven” en cuanto al plan del gobierno, con simios inelegantes.

  Sturzenegger, siempre inimputable a su manera (se le cerró la causa judicial no por probar inocencia, sino por tiempo desde el inicio de la causa), siguió con su pasión adolescente por la desregulación: si se puede desregular el divorcio -cuestiones de tenencia de los hijos, te las debo-, se puede desregular el transporte al límite de que las empresas podrían contratar choferes sin control estatal. Y aquí lanzó a los empresarios: “No pidan que les quitemos impuestos, pidan que achiquemos el gasto estatal”. Esta vez abandonó la ortodoxia privatista, y la mano pedigüeña permaneció abierta.

  Una nutrida manifestación recibió a Milei en Mar del Plata: los universitarios a la cabeza en rechazo a la presencia presidencial, que ya casi en todos lados concita repudios. Como siempre, Bullrich colaboró con muchos efectivos e infiltrados a engrosar el número de presentes en el evento.

 

Macri, más negocios que política

Macri consiguió por fin desembarcar en el gobierno de Milei: nueva secretaria de Energía, y nuevo vicecanciller. ¿Triunfo? Depende en qué sentido. En lo político, poco significativo: la mesa chica de Milei sólo ocasionalmente llamará a Ritondo. Macri seguirá siendo espectador de las decisiones estratégicas del gobierno y de LLA. Así como de Santiago Caputo practicando tiro, y haciéndolo saber.

  Es peor: con esto el PRO queda más comprometido con el gobierno, y por ello su subordinación estratégica es mayor. LLA sigue deglutiendo al partido de Macri. ¿A quién le interesa votar a la copia, pudiendo votar al original? Si LLA es gobierno y el PRO su fiel seguidor, LLA seguirá creciendo a expensas del PRO. Eso no disminuye sino aumenta con los nuevos funcionarios del macrismo en el gobierno.

  Pero no es lo que parece importar a Macri. La política puede esperar, los negocios no tanto. La asunción en un área estratégica y en auge como es Energía, está lejos de ser casual. Claro, los negocios no son del PRO, son de Macri. De eso se trata. ¿Qué otro sentido tiene que Macri haya también pedido el manejo del fútbol y de la llamada Hidrovía en el Paraná?

  Se va labrando el acta de defunción del PRO, justo cuando mete algunos funcionarios al gobierno. Es que hay pájaros que saben poner los huevos en un sitio, y piar en otro: parece ser el caso del ex presidente, que subordina su partido a sus personales intereses.

 

El peronismo en su laberinto

  Los comentaristas no aciertan a comprender el por qué del enfrentamiento soterrado entre Cristina y Axel Kicillof. Todavía hay quienes dicen que tal enfrentamiento no existe, sobre todo dentro de la militancia: sin embargo, las referencias nada sutiles a “Judas” y a “Poncio Pilatos” hechas este viernes por la ex presidenta no dejan dudas.

  ¿Acaso no hay acuerdo ideológico? Sin dudas que el modelo de país es en ambos casos muy parecido. ¿Entonces? ¿Es que Kicillof pretende ser presidente del partido? Nada se ha dicho en ese sentido: en realidad, sería torpe negar que Cristina es la figura más fuerte del peronismo. Tampoco lo ha hecho Kicillof, quien se cuidó de defender a la ex presidenta en su discurso de Berisso, donde minuciosamente buscó ponerse por encima de la interna.

  Mientras, un insistente Recalde clamaba en el Luna Park -en acto más modesto- por una definición del gobernador dentro de la interna. Y apelaba a solicitar lealtad, como si la lealtad no fuera una moneda de dos caras. Kicillof podría reclamar lealtad ante los dichos de Máximo en el acto de hace tres semanas (y no sólo en esa ocasión).

  Ni diferencia ideológica, ni disputarle la dirección a Cristina. ¿Qué es, entonces, lo que está en juego? Porque es claro que Quintela -que ha sido aliado de Kicillof- persiste y no se baja.

  ¿Alucina Quintela? ¿Cree que puede ganarle a Cristina? Obviamente no. Incluso lo dijo en una entrevista por A24. “Puedo perder por 7 a 1”, señaló. ¿Ganas de hacer lío sin sentido? Seguramente no es el caso. Hay algo en disputa.

  No es el modelo de país. No es el liderazgo de Cristina. Se trata entonces -puede colegirse- de poner ciertos matices en ese liderazgo. De reclamar mayor autonomía y menos subordinación. De que “la lapicera” a la hora de determinar las listas electorales no sea monolítica. De que las pretensiones presidenciales de Kicillof no tengan que someterse a mandatos externos.

  De tal modo, exigir internas es una forma de evidenciar que no hay un liderazgo fijado en los mismos términos que en 2015 ó 2019. Hay sectores que entienden que el indiscutible protagonismo de Cristina, no puede ejercerse de igual manera: el peronismo derrotado requiere remozamientos, y la figura de Axel es la que tiene peso propio suficiente para afrontarlos.

  La forma de construcción política también muestra diferencias ostensibles. Kicillof se mostró capaz de diálogos y colaboraciones incluso con Torres o con Pullaro: avances concretos en una relación con otros sectores políticos que Cristina reclama, pero que a esta altura de su trayectoria no le es fácil concitar.

  El gobernador se mostró en Berisso con las dos CTA, y la CGT en todos sus matices: estaban los Gordos, pero también Furlan. Múltiples intendentes/as. Mostró una inusitada capacidad de convocatoria. Y está clara su idea: de ser candidato, él no quiere ser un nuevo Alberto, sometido a un mandato externo. No repetir a un nuevo candidato tutelado.

  Cristina parece entender esto como un desafío inadmisible. Pero se advierte que si bien ahora ha incluido en su lista electoral a un amplio espectro del peronismo, durante un tiempo prolongado su modalidad de conducción -a menudo muy jacobina- se ha mostrado lejana de la que sabía instrumentar Perón. Con clara inclinación por un sector y escaso apego a una consulta al conjunto del espectro partidario, ahora el reclamo de liderazgo universal no alcanza eco, por ej., en la CGT, en varios gobernadores o en algunos de los movimientos sociales, que aparecieron en su lista por vía del Movimiento Evita (por mucho tiempo postergado, y en competencia con otros movimientos).

  Pero sin dudas que Cristina sigue siendo la figura máxima del movimiento, sin la cual no se puede construir, y que nadie sino ella podría promover el ordenamiento saludable de un peronismo disperso. De su habilidad y apertura depende que no existan antagonismos innecesarios en este momento central para la confrontación con el gobierno ultraliberal. Los últimos signos no traen tranquilidad: pero el ejemplo desastroso de Bolivia -la confrontación extrema entre Evo y el presidente Arce- quizá sea un espejo donde deba mirarse el peronismo. Los sectores de derecha se restregan las manos.

 Mención aparte -porque no tiene que ver estrictamente con el peronismo- para la teatral reivindicación de Villarruel a la expresidenta Isabel Martínez. La visitante de Videla es reivindicadora de la dictadura que le dio el golpe y encarceló por 5 años a la que fuera esposa de Perón. No se puede ser videlista y hablar a favor de Isabel. Aparte, la pretensión de confundir nacionalismo de ultraderecha con peronismo sólo cabe para marginales como Guillermo Moreno, quien no pertenece orgánicamente al Partido Justicialista.


De fútbol, muerte y una diva que da sorpresa

  Tras la inundación en el estadio de Maturín (Venezuela), donde el Seleccionado argentino no pudo más que un empate pálido, un toque de alegría volvió a los argentinos con la actuación frente a Bolivia en Buenos Aires. Un inspirado Messi (tres goles y dos entregas de gol) hamacó ese 6 a 0 con el cual se cerró una noche impecable.

  Vino bien para llegar a la reunión de la AFA en que se planteaba la reelección de Tapia. Todos saben que él defiende a los clubes como tales, frente a la invasión del gran capital internacional que promueve la dupla Macri/Milei. El gobierno intervino de antemano con la Inspección de Justicia, puesta en manos tan poco irreprochables como la del ex menemista Rodolfo Barra. La AFA interpuso recurso, y hubo una decisión judicial que permitió la Asamblea. Allí, Tapia ganó por unanimidad -más de 40 clubes-, pues el representante de Talleres se había retirado.

  El gobierno calcula anular la asamblea por vía administrativa o judicial. Pero no está fácil la cuestión: la FIFA suele reaccionar cuando se meten los gobiernos con las asociaciones nacionales, y suspende la actuación internacional de esos países. Argentina podría ser suspendida en todas las competencias supranacionales: eso resultaría letal, y llevaría a incendiar el país más que los aumentos de tarifas o las imposibilidades crecientes de compra cotidiana. Se verá.

 

 

 Mientras, se conmovía la juventud del país con la muerte trágica de Liam Payne. Los de mayor edad no lo conocíamos: fue un golpe por lo brutal de la caída, y la sordidez de los detalles previos. Mucho para pensar: no todo es felicidad en el mundo del éxito y el exceso de dinero. Esa bonanza económica (que a la mayoría de los argentinos nos falta) es condición necesaria, pero no suficiente para vivir a gusto. El dinero no produce sentido para la vida: aunque sin el mínimo necesario, toda vida queda arruinada.

  Mientras, la diva de los almuerzos era agasajada en la UBA con un doctorado honoris causa. Y se despachaba con una defensa férrea de la universidad pública, justo en este momento de lucha contra el Estado desfinanciador. Por tv hubo quienes se desgañitaban para elucidar la ideología de Mirtha, dado que es notorio su conservadorismo. Pero eso no implica que ella desconozca ciertos derechos que en Argentina se han vuelto convicción cuasi universal: la defensa de la educación pública no es exclusiva del progresismo, aunque éste sea su exponente más claro.

Auditar a Caputo

  Ver a un ministro Caputo descontrolado gritando “sabemos que afanan” para referirse a las universidades, a muchos les promueve revulsiones. No puede creerse. Uno de los máximos responsables de la toma de deuda con el FMI por casi 50 mil millones de dólares que los argentinos jamás vimos, hablando pestes de las universidades con cara de piedra y sin dar un ejemplo, un caso, una prueba. Nada. Ha aprendido con el actual gobierno a insultar sin más, como “argumento” político. La causa judicial por injurias que debiera iniciársele, hay multitudes que la están esperando.

  Las auditorías punitorias, invento de este gobierno, ya se han comenzado a aplicar a las universidades, que usan el 90% del presupuesto en personal (o sea, que en los bonos ya tienen demostrado el destino del gasto), y que tienen muy buena calidad de docentes, los que, por ej., ganan la mitad de lo que puede ganarse en Brasil. Las auditorías mileístas son un mecanismo de propaganda ideológica. Pero ya que se aplican, debieran aplicarse a Caputo y su toma de deuda: con esos dineros, podría financiarse a las universidades por varias décadas.

  Mientras, las luchas en las universidades continúan. Se discute si tomas o no, pero las tomas son casi siempre con clases incluidas: no corren peligro la actividad docente y el aprendizaje de los estudiantes. Ha habido provocaciones desde partidarios del gobierno (gas tóxico en Quilmes, policía en Caleta Olivia), y declaraciones extremistas como la del -fingidamente- moderado Francos, o nuevos exabruptos de los habituales en Bullrich.

  Las universidades siguen su lucha por obtener el financiamiento suficiente. No piden más que eso. Y si les responden con el sambenito de “de dónde salen los fondos”, podría ser de lo otorgado a policía y espionaje en el nuevo presupuesto, rubro que se multiplica enormemente. O de lo dedicado a deuda externa por cubrir el auditable préstamo que Caputo pidió al FMI.

  Tanto es lo dedicado a espionaje y policía -que no es seguridad con Bullrich, es principalmente represión- que le reclamaron vivamente a la ministra en el Congreso. Se puso muy nerviosa, gritó a mansalva y amenazó con un “cuidado, mucho cuidado” dedicado a Leopoldo Moreau. Este le inició la pertinente acción judicial. Ella respondió en un video que “ella también tiene inmunidad dentro del Congreso”, discutible afirmación que muestra claramente que advirtió -pasada la ofuscación- que se le había pasado la mano en el Congreso. Un ejemplo más de la incontinencia verbal que practica intensamente el gobierno. Y que hay tantos que se ocupan en disimular.

 

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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