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Pettovello en la picota: de los galpones a los empleados truchos

El escándalo de Pettovello en dimensiones de ineptitud y corrupción. De las mentiras con la comida a las contrataciones truchas. La rebelión en Diputados en favor de los jubilados. Las universidades siguen su lucha. La fuerte victoria del Estado presente en México.

Redacción
08/06/2024 20:59
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Por Roberto Follari, Especial para Jornada

“Son violentos, ignorantes e intolerantes”, lanzó Carolina Píparo al irse de La Libertad Avanza. No lo dice ningún adversario de los libertarios, sino alguien que en un momento fue su candidata a la gobernación en provincia de Buenos Aires. “No se puede disentir en una coma con ellos”, agregó: “defienden lo indefendible”.

  El gobierno ha tenido una complicada deriva en estos días. El resultado es una fuerte caída de los bonos nacionales en el exterior, una marcada suba del riesgo país, y nuevas tensiones para la suba del dólar. La situación macroeconómica se complica, mientras en la vida diaria cada vez hay más miseria, y es común la tristeza de ver gente revolviendo los sitios de basura en busca de algo para intercambiar o para comer: la indigencia ha subido al doble en apenas los seis meses de Milei. Fue de un poco más de 9, a casi 18 puntos. Nada menos que 4 millones de nuevos indigentes, personas sumidas en la peor de las pobrezas. El gobierno no se entera del tema, insiste en que todo va bien porque ha disminuido el índice de inflación -lo que no significa que los precios no sigan subiendo, sólo que lo hacen más lento-, mientras la desocupación aumenta y el presidente muestra disfrute en declarar que piensan echar a 50.000 empleados estatales más, otro insólito “logro” de la actual administración.

  El habitual giro de los periodistas amigables del gobierno -decir que “ya veníamos mal”- se ha puesto en cuestión. No estábamos bien en diciembre, pero la crisis actual es mucho más extrema, y ha sido producida exclusivamente por las políticas restrictivas del actual gobierno. En estos días, las esquirlas del caso Pettovello han mostrado roturas en la habitual solidaridad televisiva para con “sus” gobiernos de derecha.

  Es que no es fácil defender lo impresentable. Esta nota se escribe dos días antes de su publicación, por las complicaciones de un viaje. A esta fecha Pettovello aún es ministra, pero ya ha sido citada al Congreso -el macrismo la salvó de ir al pleno pero debe comparecer en comisiones-, y la Cámara Federal le impuso un desusado dictamen con la obligación de dar un inmediato plan de distribución de la comida guardada, bajo acusación (nada menos!!) que de “traición” las normas del sistema republicano, y con posibilidad de ser encausada penalmente por el delito de desobediencia.

  La repetida afirmación de los medios oficialistas -que son cada vez menos- según la cual “la justicia” es transparente cuando sanciona al peronismo pero chueca y objetable cuando lo hace al macrismo o al actual gobierno, en este caso toca el ridículo. El Poder judicial obró ahora por vía de una Cámara hostil al kirchnerismo, con el nombre destacadísimo de Irurzun, aquel de la doctrina del “poder residual” que permitía poner presos a ex funcionarios kirchneristas sin más motivo que la presunción de delito. Es una Cámara que ha sido amigable con la derecha ideológica, pero en este caso se encuentra ante un caso de destacable flagrancia.

 

Pettovello: los límites de la impericia

  Gobernar un ministerio como el de Pettovello, puesto bajo el discutible nombre de “Capital Humano”, sería difícil aún para un gestor con experiencia. Argentina no tiene ministerio de Educación desde que subió Milei, y se juntó allí la administración de lo educativo junto a la de Trabajo, más la de Acción social. Es demasiado para cualquiera. Pero más aún para alguien sin experiencia alguna, como sucede con la mayoría del gobierno. Hacer antipolítica es bueno para obtener votos, no para hacer política. La ministra muestra ineptitud, no enfrenta al periodismo, se refugia en el silencio y la oscuridad ante el tembladeral. Sufre la gran contradicción de este gobierno: gestiona el Estado, estando en contra del Estado. Busca la destrucción de lo mismo que administra.

  Los desaciertos con los galpones de comida fueron constantes. Se mintió por vía de la ministra y de Adorni: que no existe esa mercadería, que sí existe pero es para emergencias -si bien no se ha usado en emergencias-, que era sólo yerba -parece increíble-, y así sucesivamente. Se terminó admitiendo lo inocultable, a partir de la denuncia penal realizada por Grabois, el gran responsable de destapar todo este desaguisado. Se liberó sólo la leche, distribuida por el Ejército y luego a través de la  discutida organización Conin, que trabaja con niños -la leche no sólo la toman niños-. Y se dio porcentajes totalmente asimétricos a cada jurisdicción, siendo privilegiada Mendoza y postergadas muchas otras provincias.

  Mientras, quedó el resto de la comida en los galpones: arroz, fideos, yerba. Es aquello por lo que se ha intimado judicialmente a Pettovello para que dé el plan de distribución. Igual, ella ya está imputada por el retraso en entregar los alimentos.

  A la vez, una -por entonces- ignota funcionaria de apellido Gianni apareció en escena. Ya había hecho el teatro de llevar paquetes de yerba a canales de tv, pretendiendo convencer de que es lo único que se había acopiado. Saltó rápido a la fama: por haberse insultado públicamente con Grabois en la puerta del juzgado, por gritar dentro del mismo, y porque se supo su pasado: había sido funcionaria en el gobierno anterior, y gran propagandista de Massa para la campaña electoral.

  Pagni señaló en su programa que Gianni llegó de la mano de Caputo el Joven a su cargo, y mostró que ese Caputo es quien controla ahora la AFI, la agencia de espionaje. Pudo sugerirse sutilmente alguna relación entre ambas situaciones.

  Lo cierto es que Gianni fue quien inició la acción judicial por los contratos truchos con la Oficina de Educación Iberoamericana -que no es una ONG, sino un organismo multiestatal-. Parece que la idea era desviar la atención de los comedores, y poner un chivo expiatorio, como notoriamente lo ha sido el ultraderechista De la Torre.   

  La causa perdió su cauce. Quien la firma -dado que Gianni no tiene licencia para hacerlo-, denuncia los contratos…¡¡pero es uno de los contratados!! Insólito. Además, se ha relatado una cinematográfica sesión de apriete con varias horas de duración a un funcionario del ministerio de apellido Fernández (“Fefe”) para que denunciara a De la Torre por escrito. Fernández, bajo dura presión, escribió la denuncia, pero finalmente se negó a firmarla. Así no sirvió judicialmente, pero Gianni igual la subió a Internet. En la sesión de apriete estuvo su custodia personal, quien con permiso para llevar armas, exhibió una pistola en su cintura -sin funda- durante la audiencia judicial donde la televisiva funcionaria se enfrentó con Grabois.

  Todo muy edificante. Milei ha seguido diciendo que Pettovello es ejemplar, pero su desidia con la comida la ha mostrado insensible e incapaz, a la vez que el escándalo de los contratos truchos -cobraban rugbiers que no son empleados- se liga a posibles sobresueldos y malversación. Otra vez Gianni, se ocupó de declarar que el dinero se pasaba a dólares para facilitar su manejo con menor número de billetes.

 

Diputados: rebelión en la granja

  Que hasta el hipersensible De Loredo, que llora cuando al gobierno le va mal, haya votado por una nueva modalidad de retribución a los jubilados para mejorar su situación (sería sólo llevarla a cómo estaba cuando se fue el gobierno anterior), muestra la situación de Diputados. Se juntaron todos contra el bloque de clara derecha: contra La libertad Avanza y sus seguidores del PRO. Este sigue cavando su fosa, como sucursal del gobierno: ya nadie se acuerda que existe como espacio político.

  El inesperado acercamiento entre el peronismo, la UCR, la Coalición Cívica, socialistas y provinciales, dejó en orfandad al gobierno, a pesar de las interminables sonrisas con que Francos pretende aderezar las duras recetas de Milei. Es, sin dudas, un acercamiento episódico que no marca tendencia. Pero muestra una posibilidad: quizás con el FONID y el presupuesto universitario -que esta vez la UCR se negó a tratar para mostrar una vez más su alineamiento estratégico con el gobierno-, pueda en julio renovarse esta nueva alianza, surgida de la caída gradual del gobierno en las encuestas, y sobre todo de la creciente protesta en la opinión cotidiana y en las manifestaciones callejeras.

  El miércoles cerró el paro de dos días lanzado en las universidades argentinas, donde el gobierno garantizó usar gas y luz pero no calibrar los salarios del personal, que son el 90% del presupuesto. Francos logró evitar un paro de transporte en la CABA pero no un paro portuario iniciado el jueves: los conflictos continúan, y un gobierno jaqueado empieza a hacer concesiones a las provincias soñando con su ley Bases. Cada concesión afecta al plan económico planteado. Ello, mientras en junio costará que no suba la inflación, dados los aumentos que se había postergado para la luz y el gas.

  Mientras, un breve y cuidado documento de los decanos de carreras de Ciencias sociales, muestra calidad a la hora de defender a las universidades y a las disciplinas que piensan lo social. Diferente de lo que sucede con el Rectorado de la UNCuyo, que dice compartir las luchas presupuestales mientras descuenta a los trabajadores los días de paro: no en vano se llevó la Rectora una sonora silbatina en las manifestaciones de abril.

  En cambio, este documento deja claro que una sociedad requiere saber sobre sí misma. Y en el presente ello es más evidente que en otros momentos: ante un empobrecimiento generalizado y un agravamiento abismal de todos los índices (aumento de pobreza, de desempleo, de desigualdad, y baja de salarios, de producción y de consumo), esta sociedad tiene casi a un 50% de argentinos que deja hacer y espera un milagro. Es cierto: el otro 50% -del cual el periodismo no habla- está confrontado al gobierno. Pero es hora de saber qué nos ocurre, por qué opinamos como opinamos, y cómo haremos para salir de esta situación cuando este vendaval de decadencia haya pasado. Para todo eso sirven las ciencias sociales: son base de la autorreflexión social necesaria.

 

México lindo y querido

  Mientras, el denostado populismo ganó por paliza en México. Sacó alrededor del 60% de los votos la candidata Sheinbaum, continuadora de la línea del presidente López Obrador. Derrotó a una candidata que conjuntaba a los tres partidos tradicionales (PAN, PRI y PRD), y cuya campaña había desatado todas las violencias reaccionarias contra “el comunismo”, y perpetrado parecidos terrorismos mediáticos: oposición que sacó apenas la mitad de votos que la coalición ganadora.

  Ganó la regulación estatal, la apelación a derechos, el progresismo político. Todo lo que el gobierno argentino hoy ataca. Ganó una economía que bajó el desempleo, y que ha mantenido buenas condiciones salariales. Ganó una diplomacia que ha apoyado a los movimientos y gobiernos progresistas y populares, sin renunciar a una buena relación -si bien siempre delicada y difícil- con su fronterizo Estados Unidos. Ganó la profesionalidad política, de quienes ya han mostrado que pueden y saben gobernar.

  El hecho produjo alegría en el peronismo y el progresismo argentinos. Los gobiernos de esa línea son los de las dos principales potencias de la región (Brasil y México), y también están en Colombia, Honduras, Guatemala, Bolivia y Chile. A su manera, por supuesto, Venezuela, y la histórica Cuba. La derecha no es mayoritaria en la región.

  Así que no es tan claro que la historia vaya hacia la derecha como algunos creen: hay crisis de representación, eso sí, agudizada por la crisis económica en que el capitalismo entró a partir de la burbuja inmobiliaria del 2009. Pero esa crisis evita los gobiernos de centro y favorece los de derecha -como en la Argentina-, tanto como los de moderadas izquierdas (como en los países señalados).

  Claro que eso es en Latinoamérica. En Europa, casos como el de España -gobernado por la socialdemocracia en trabajosas alianzas con el independentismo- son excepción. La izquierda perdió a Portugal hace poco tiempo, y hace mucho que perdió a históricos bastiones como Suecia. Una Europa atlantista que quiere ir a la guerra, encuentra coto en una ultraderecha que suele acordar con Putin. Allá sí, la ultraderecha crece con pocos contrapesos.

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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