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Mundial tan discutido

 Macri, sin filtro, declaró que Alemania tiene “raza superior”, postura con reminiscencias ominosas. “El Presto”, que estuvo bajo lupa judicial por sus relaciones con Brenda Uliarte -ligada al atentado hacia la ex presidenta- deslizó que sería mejor que al equipo argentino no le fuera bien.

Redacción
19/11/2022 22:56
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Por Roberto Follari, Especial para Jornada

El intendente de la ciudad de La Punta, en San Luis, hizo construir un insólito monumento de homenaje al Mundial de 1978, realizado en Argentina bajo vigencia de una dictadura reconocidamente criminal. La derecha argentina está incómoda con el nuevo Mundial de fútbol, pero a la vez se manifiesta incómoda con la democracia y sus exigencias de pluralismo: hablar de alemanes “superiores” y promover celebración a  hechos de la dictadura de Videla y Massera, ofende al sentido institucional de una gran mayoría de argentinos.

  La mezquina suposición, es que si a Argentina le va bien en el Mundial, la población estará de buen humor y la oposición tendrá problemas para montarse sobre el descontento social. En verdad es triste que se prefiera nuestra derrota deportiva nacional, por el cálculo de ganancia de algún sector político. Pero además, tal cálculo no se sostiene: bien se ha mostrado que no existe ninguna correlación entre apoyo a gobiernos y buenos resultados futboleros. De modo que no cabe hacerse vanas ilusiones: ni el gobierno nacional para tomar un eventual éxito hacia provecho propio, ni la oposición con creer que la población está tan confundida como para mezclar los números de la inflación con la cantidad de goles y de entregas de Messi.

  Como funcionario de la FIFA que es, Macri apoya a la organización de un campeonato que es paradigma de acuerdos secretos e influencias financieras. Qatar no es ningún ejemplo de democracia: sitio donde una minoría local vive muy bien gracias al trabajo semiesclavo de una mayoría de inmigrantes pobres. Es una monarquía rica gracias a las joyas y el petróleo, con misoginia y persecución a los homosexuales a partir de un autoritarismo moralista. Fue acusado por años de promover el terrorismo en otros países, denuncia que no se ha comprobado pero tampoco levantado.

  Y en Qatar, de fútbol no hay nada. De modo que se apeló a que es gran negocio, y fue célebre el modo en que se eligió a ese país, con intervenciones por demás cuestionadas de Blatter, de Julio Grondona, de Michel Plattini. Se calcula en 5 millones de dólares el monto de las coimas para altos dirigentes de la FIFA y de sus filiales regionales.

  De modo que el pequeño país comenzó una furiosa tarea de construir estadios y toda clase de infraestructura deportiva y turística acorde con el campeonato. Para ello se contrató cientos de miles de migrantes extranjeros, que se ha denunciado que se les quitaba el pasaporte, de modo que no podían quejarse de las condiciones de trabajo, en un sitio donde el calor puede ser impiadoso. De manera informal, circula el número de 6500 muertos -nada menos!!- en las obras que se han construido, y que harán a la admiración del público de todo el planeta. En Brasil, se recuerda, hubo fuertes protestas cuando el campeonato en ese país por las construcciones, donde murieron 10 trabajadores: la diferencia de cifras es aplastante, mostrando el dolor humano sobre el cual se ha construido el inminente Mundial.

  Por supuesto que disfrutaremos. Por supuesto que veremos el campeonato, que nos apasionaremos con la camiseta nacional, que no tenemos por qué opacar la alegría o el entusiasmo: finalmente el fútbol es una pasión genuina, que todavía reluce en los enganches de un baldío argentino o de una playa brasileña. El Mundial tiene siempre el adicional de las banderas nacionales, de la identidad de cada país puesta a juego en cada partido, en cada enfrentamiento.

  Pero que el entusiasmo no apague, a la hora de la reflexión, la advertencia sobre los límites a los que el fútbol como negocio está llegando. No será fácil la situación con el consumo razonable de alcohol, con las expresiones amorosas (ya sean hetero, homosexuales o de la llamada diversidad), con el afecto y la mostración del cuerpo. Tenemos un Mundial en país hipermoderno en su tecnología, e hipertradicional en sus costumbres y rituales: ojalá no aparezcan demasiadas disonancias.-

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