Donde no escasean los diálogos extensos, la violencia estilizada y los personajes y tramas bizarras.
Y es que en esta "camisa de once varas" que implica asomarse al escenario político provincial y nacional, las hay muy bajas, las hay dobles, y las deseamos más altas.
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Me permito en estas líneas un breve análisis, no sin antes caminar algunas acepciones de la palabra. Una vara es una medida de longitud, también puede aludir a una rama o palo alargado, puede ser bastón, o puede ser mágico. En este escenario político vertiginoso parecen confluir todos estos significados, pero en concreto es la utilidad como medida la vara que nos importa.
El mismo gobernador que supo coquetear una suerte de radicalismo K, recibió efusivamente al león de moda, y sería el abanderado en la gesta del apoyo por parte de otros gobernadores al gobierno nacional, gesto que agradezco como libertaria, pero que reniego por la doble vara. En un contexto provincial crítico, de altísima presión impositiva pero con los servicios más esenciales comprometidos, como salud, educación y seguridad, con hegemonía feudal en los tres poderes y con el de antaño "cuarto poder" silenciado con pauta oficial, pareciera ir de la mano de la libertad en lo discursivo, pero no en lo ejecutivo, donde la vieja política se amaña como siempre.
Leí en algún lugar que se enfriaba la relación de Milei con sus militantes en Mendoza, y nuevamente es la foto recortada lo que ofusca a quienes defendemos las ideas de la libertad. Porque aquí, en este suelo bendito, la vara quedó bien baja.
Fue tal la bufonada en la triste escena montada por la otrora armadora de La Libertad Avanza en Mendoza, que inevitablemente el costo político de la mamarrachada lo pagaron las ideas. Los mendocinos se desencantaron; no vieron más que Diputadas Nacionales discutiendo en el Congreso al estilo tabloide amarillo, y un desfile de conductores y panelistas de tv debatiendo de política... y es que en algún bizarro punto, se invirtieron los paisajes.
En el Congreso volaron sillas emulando a Indomables, y los proyectos legislativos se cocinaron mediáticamente. Aquí es cuando definitivamente se nos apagó la señal del gps cultural. Somos una importante parte de la población mendocina quienes sostenemos que el rumbo para la recuperación y prosperidad de esta Provincia es el camino de la libertad, achicando un estado bobo, hipertrófico e ineficiente, generando empleo privado genuino, y aliviando fiscalmente a los contribuyentes.
La coherencia y fuerza de esas ideas siguen intactas en algunos espacios políticos, como tuve la agradable dicha de observar el día sábado pasado en un encuentro interdistrital del Partido Libertario de Mendoza. Personas valiosas, honradas, hombres y mujeres, jóvenes y no tanto, continúan construyendo espacios liberales para dar propuestas de acción política, libres de casta y viejas mañas.
A ellos especialmente pido poner la vara bien alta: Mendoza se merece un futuro liberal, un camino donde cada individuo pueda construir su proyecto de vida en paz, con calles seguras, con justicia independiente, con familias pudiendo sustentar su mesa y su techo sin migajas del asistencialismo estatal. Un futuro donde nuestro voto no dependa de un bolsón de mercadería. Tan simple, y tan claro, que parece una utopía pedir reglas de juego bien establecidas y libertad para elegir.
La representatividad de ese espacio político debe ser impecable e impoluta, con un rumbo claro y coherente entre los dichos y los hechos. Los ciudadanos mendocinos pueden exigir propuestas concretas y representantes a la altura. Subamos la vara, mucho más.
Dra. Mariel Maestri Afiliada al Partido Libertario Mendoza