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JUJUY RESISTE, LA CABA EN OTRA COSA

Jujuy continúa en lucha, y el gobierno local en ataque. Casi medio centenar de pedidos de captura, varios abogados presos (al comienzo, sin que se supiera su paradero).

Redacción
15/07/2023 22:27
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Por Roberto Follari, Especial para Jornada

Si fuera una provincia cercana a Bs.Aires, el escándalo sería monumental: van varias semanas de levantamiento indígena, docente, sindical, estudiantil. Morales cometió un error en su estrategia: lanzó que podría expropiar el predio del Pucará de Tilcara que pertenece a la Univ. de Buenos Aires. Y la completó con la entrada de la policía a la universidad local, mientras sesionaba su Consejo Superior. Los repudios llovieron desde todas las latitudes -incluso fuera del país-, y Morales, el autor final de la decisión, se vio obligado a decir que “castigará a los responsables”, en promesa inverosímil. La voluntad de expropiar merece un punto aparte, de parte de un sector como es Juntos por el Cambio, que considera deplorable cualquier expropiación.

  La dirigencia nacional se ha mostrado ausente ante un conflicto provincial de gravedad  suprema. JxC sólo atinó a apoyar la represión de Morales, en vez de llamar a alguna forma de pacificación del conflicto: allí estuvieron todos, desde halcones  como Pichetto y la Bullrich, hasta supuestas palomas como Larreta y Lousteau. Acorde a los signos de los tiempos, hubo unánime elogio de la estrategia del garrote, y nula voluntad para el diálogo y la negociación.

  El gobierno nacional se ha limitado a enviar al secretario de Derechos Humanos, y a iniciar acciones judiciales por el comportamiento policial. Muy poco para la gravedad de la situación. Es cierto que no se podría intervenir la provincia -no hay mayoría en el Congreso que la aprobara-, pero se podría tener una actitud más proactiva: viaje de ministros o del presidente a Jujuy, cadenas televisivas nacionales, alguna acción judicial internacional. Nada de eso se ha hecho, y se está por debajo de la urgencia e importancia de la situación: tampoco la dirigencia de UP se ha mostrado suficientemente presente ante una protesta social que está siendo fuertemente sancionada y perseguida, con el consiguiente peligro para las garantías constitucionales.

  Es que en Buenos Aires, están con otros problemas. Las próximas elecciones, en primera instancia como PASO, se llevan la atención. Y no ha dejado de sorprender la encuesta lanzada por la editorial Perfil -insospechable de simpatías por el oficialismo nacional- que da a Massa la máxima votación como candidato personal, y pone al peronismo apenas dos puntos por debajo de la suma de Rguez. Larreta y Bullrich (en la suma de los votos del ministro más el aporte menor de Grabois). Milei queda varios números más abajo.

  Y en segunda vuelta, se muestra que Massa ganaría a Bullrich. Rodríguez Larreta, en cambio, podría superar a Massa, pero sólo por un punto: es un empate técnico. Tales pronósticos, sin dudas, son muy alentadores para el oficialismo nacional, que lidia con una fuerte inflación, e incluso con un FMI reacio, que parece -nuevamente- estar dispuesto a influir sobre los resultados electorales de la Argentina. Dentro de esa condición desfavorable para el oficialismo, es un logro esa encuesta en carrera pareja con JxC, el cual se está viendo perjudicado por una feroz interna que cada día suma nuevos avatares.

  Es cierto que en el kirchnerismo no dejan de haber reticencias a Massa: el ministro intenta hablar el lenguaje del progresismo, pero no todos lo encuentran convincente. Sin embargo parece que luego de las PASO, logrará concitar la gran mayoría de los votos partidarios. Mientras, en JxC pasaron por el complicado “affaire Rinaldi”; las declaraciones misóginas y homofóbicas, se sumaron a la idea de “ir con un lanzallamas” a las casas de sectores pobres. Sin dudas suena escandaloso: el hombre finalmente debió renunciar. Pero lo escandaloso es que todo eso se sabía cuando se lo eligió para el cargo, y también cuando ya fue candidato hace dos años. Nadie dijo nada, entonces. Y es que nada se hubiera dicho, si no hubiera sido por conveniencia de la interna feroz entre Lousteau y Jorge Macri. El primero se mostró indignado, y sumó así simpatías para las PASO: sin esa votación, quizá no habría indignación. Adviértase que en la lista de Rguez. Larreta -aliado no declarado de Lousteau- están PIchetto, Wolf, Espert, y otros parecidos candidatos que no están muy lejos de algunas de las posiciones del ahora execrado Rinaldi.

  Y es un dilema, tanto para oficialismo como para oposición y sus respectivas campañas, la paradoja de que la radicalización hacia posiciones autoritarias de Bullrich, la hace crecer en la interna. Pero a la vez, la haría perder en la general. ¿Qué le conviene a ella? ¿Seguir “aplastando adversarios” -como prometía en un video- hasta las PASO, y luego devenir en modosa candidata de centro? Parece una conversión imposible.

  El dolor de cabeza es también para Larreta y para Massa, que quedan en difícil disyuntiva. El primero, entre derechizarse para competir en la interna, pero entonces perder votos de centro: o ir al centro, y quizá perder en las PASO. Y Massa, puede criticar las posiciones más extremas, pero en ese caso refuerza a Larreta: y si disputa mucho con el alcalde, le está cediendo terreno a la posición más dura y temible (Bullrich).

  Mucho por pensar, entonces. Mientras, Jujuy sigue en soledades; y las comunidades, como pueden, mantienen su movilización, esa que Morales desea acabar cuanto antes.-

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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