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Gobierno. El futuro incierto

Supuesta disminución de pobreza: los números desconfiables. Hacia un 2025 sin certezas: los altos pagos de deuda. Misterios de un gobierno que gana en el Congreso sin tener legisladores: de Kueider a Espínola y los “radicales libres”. El gendarme en Venezuela: tibia posición del gobierno argentino. Kicillof acelera su proyecto.    

Redacción
21/12/2024 22:27
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Por Roberto Follari, Especial para Jornada

El gobierno anunció triunfalmente una gran baja de la pobreza que, si se ve los números, no es ninguna baja. La cifra de casi 39 puntos es la misma que había cuando se inició este gobierno: habría bajado sólo lo mismo que antes subió.

  Pero además, a la cifra cuesta creerla. Pretende ser caída de alrededor de 14 puntos en menos de dos semestres, como si asistiéramos a un festival de medidas sociales y mejoras salariales, cuando vemos diariamente más gente durmiendo en la calle, hurgando los tachos de basura, pidiendo en el centro de las ciudades. La pretensión bordea el ridículo, y es una puesta a prueba de la paciencia social: cuántas falsedades una sociedad está dispuesta a soportar.

  Vuelven las explicaciones acerca de que el problema es cómo se mide la pobreza. Pues que empiecen a medirla bien, ya basta de lanzar cifras poco responsables. Excepto el tercio de la población que está en la economía formal -que muchos dicen que también ha salido perdiendo-, los otros dos tercios de la ciudadanía, claramente han bajado en su condición económica. Las tarifas suben de manera sideral, el transporte urbano e interurbano es escandalosamente caro (aunque es cierto que se subsidia, pues en casi todos los sitios del mundo se subsidia). ¿De dónde podría el segmento más pobre estar mejor, cuando el coeficiente de desigualdad es cada vez mayor?

  Dicen que es por la baja de la inflación. Pero se es pobre según poder adquisitivo, no según inflación: puede haber nula inflación -como con De la Rúa- y nula capacidad de compra. Se trata de una relación entre ingresos y precios, no de la situación aislada de estos últimos o de los primeros. Porque se puede ganar más en términos nominales, y con ello comprar menos por la carestía de los productos.

  Lo cierto es que la falta de seriedad en el manejo de los números públicos alcanza límites alarmantes. En su momento se insistió con Moreno y el INDEC, ahora parece que los críticos mediáticos miran para otro lado. ¿De dónde salió el número absurdo de 17000% de inflación que dice Milei que él impidió que llegara? ¿Qué es eso de que los países “libres” (¿??) tienen “25 veces” mejores condiciones que los que no lo son? ¿Qué clase de inventados números redondos hay allí? ¿Y qué criterios organizan esos números? (los números dependen de sus criterios de pertinencia, enseña la epistemología). ¿Alemania es un país sin Estado regulador? ¿Francia lo es? En fin…

  Parecida cuestión sucede con afirmaciones antojadizas como “la gente gana más en dólares”: claro que no porque subieran sus salarios, sino porque los dólares bajaron su precio. Pero, obvio, todos los productos pasaron entonces a costar más en dólares. Un café sale más caro en Argentina que en muchos sitios de España, y hasta algunos de Francia. Y además, nadie va a pagar un café o un kilo de pan con dólares, aunque el gobierno hable de canasta de monedas y de que podemos comprar papas con yens.

 

No va todo viento en popa: la economía hacia el 2025

  Los pagos que hay que hacer en los primeros meses de 2025 por la deuda externa -sobre todo la que tomó Caputo cuando era ministro de Macri- son enormes: se le suman muchos en pesos, singularmente por los bonos emitidos en el gobierno de Milei. No hay cómo pagarlos, mientras el superávit del Banco Central es sólo nominal. De tal manera, la apelación a un nuevo acuerdo con el FMI es imprescindible: el ministro la presenta como un logro, en verdad es un pedido de auxilio.

  ¿Permitirá eso concretar el ya aburrido anuncio de apertura del cepo, que demora más que la despedida de Los Chalchaleros? Se verá. El gobierno le tiene pánico a la posibilidad de devaluación por compra masiva del stock de dólares que se consiga, que además -como acabamos de decir- en buena parte se va a ir pronto del país. Los montos del blanqueo trajeron alivio, pero son de manejo privado.

  Mientras, el gobierno quitará el Impuesto País, pero no dejará de cobrarlo sobradamente a los argentinos que compren en el exterior. Estos han de ser legiones, dado que sale más barato veranear en Buzios que en Chascomús. Ello significará fuertes pérdidas para la Argentina. Pero además, la economía brasileña está muy asociada a la nuestra, y ha devaluado. Dependerá de la situación de cambio monetario, así como del incremento o caída de actividad de los brasileños, parte de lo que suceda con la economía argentina, que tiene en el enorme vecino a su principal socio comercial.

  Y hay un factor central que muchos economistas profesionales no tienen en cuenta: la paciencia social. Parecen creer que el aguante de este primer año es infinito, y que la población salta de alegría por haber perdido parte importante de su poder adquisitivo. Esto no es así: la mitad de los argentinos rechaza frontalmente al gobierno, y del 50% restante, poco menos de la mitad dice que soporta estar mal hoy porque cree que va a estar bien en el futuro. Pero eso no es eterno: el futuro puede ser pasado mañana, y advertirse entonces que se está -como se decía en viejos tiempos- en Pampa y la vía.

 

Los apoyos legislativos no son gratis

  Muchos advierten con sorpresa que un gobierno que se jacta de no saber de política, puede haber tenido un año de éxito relativo con la misma. Sin legisladores ni gobernadores, ha obtenido logros legislativos. Misterio.

  En verdad, hay un obvio disimulo de que no existe misterio alguno. El presidente ha sido explícito en las admoniciones contra los que no voten en su favor. Y también en los favores hacia quienes no le merezcan admoniciones. A Jaldo le va bien habiendo regalado sus votos al gobierno nacional, en abierta contradicción con lo que sus votantes sufragaron.

  Es cierto, además, que se gobierna con decretos de falsa necesidad y/o urgencia, y que se veta todo aquello que venga del Congreso y no agrade al gobierno: en ese sentido, el “misterio” también es fácil de discernir. Hay abandono de todo reparo republicano en cuanto a no respetar la división de poderes. Hasta se pretende meter jueces de la Corte por decreto, en un hecho cuyo precedente con Macri fue un fracaso. Y así imponer a un par de supremos que han despertado toda clase de rechazos y suspicacias: cuentan, al menos, con la evidente complicidad de un Lorenzetti que ya se cree ungido en el lugar de jefe de la Corte que perdiera en su momento, albergando por ello un rencor sobre el cual no ha sabido fingir indiferencia.

  Así que el gobierno reparte palos y zanahorias de manera muy abierta hacia los gobernadores y “sus” legisladores -se ha convertido a estos en emisarios de sus jefes provinciales-. Ese es todo el misterio de las votaciones en el Congreso. Y el misterio se devela en un episodio como el de Kueider, fundamental para imponer la ley Bases.

  Mientras el senador echado de su sitio, sigue en un edificio de lujo en Asunción: el juez desestimó que tener spa y piscina fuera un problema para su detención. Pero este aliado de Milei -anterior legislador del peronismo- ha quedado aún más al desnudo cuando se ha sabido que, a pocos días de votarse la ley Bases, apareció en Paraguay pretendiendo comprar 5 departamentos de alta gama de una sola vez, con billetes en mano. No cumplía con la bancarización debida, ni con la documentación acerca de los orígenes de esos fondos. Más claro, imposible. Fue días después de hacer aprobar la ley Bases que salió empatada, de modo que dependió de su voto afirmativo.

  Lo cierto es que Milei ha defendido al personaje, pretendiendo que la sesión de Senadores no habría sido válida: ya un juez rechazó de plano esa pretensión, alegada por el mismo Kueider. Y el presidente ha seguido la saga: defensa de Vázquez, el cuestionado jefe de la DGI y -continuando con la cuestión del Congreso- cerrado elogio de Cristian Ritondo, que no es de LLA pero es de los que permiten los misterios en el Congreso. Y si de misterios se trata, sin duda que lo son las múltiples propiedades en los Estados Unidos del ubicuo diputado del PRO, que no hace otra cosa que esconderse y disimular esperando que la Navidad, la sidra y las vacaciones impongan un manto de olvido sobre su floreciente e inexplicada bonanza financiera.

  Mientras, la UCR echó de su partido a los ya idos diputados que trabajan para LLA, con Campero a la cabeza. Son parte de los misterios legislativos, no tan difíciles de develar. Igual, De Loredo y otros mostraron la abdicación tanto ética como ideológica de un sector de la UCR, al protestar en nombre de…¡¡”los valores del radicalismo”!! Había que retener y proteger a los magos del misterio legislativo. Grotesco.

 

La balada del gendarme

  Prima facie, puede creerse que el gendarme radicado en Mendoza haya ido a Venezuela a reunirse con su novia o esposa. Si ella está allá porque su madre estaría enferma, parece una situación cotidiana y normal.

  Caben, sin embargo, algunas dudas. La principal, el insólito lugar por el cual entró el agente de seguridad al país caribeño, desde Colombia y cerca de las montañas de Los Andes. Otra, que Gendarmería es la fuerza preferida por la ministra Bullrich para ejercer represión y ponerla al servicio de la política oficial (contra la tradición de esta fuerza hasta los tiempos de la dictadura). Una más, que pareciera que en las redes sociales el gendarme alega fuerte gusto por los viajes, no siempre compatible con la vocación de cuidado de fronteras.

  Sea como fuere, el gobierno venezolano lo ha acusado de ir a Venezuela “con una misión”, de espionaje o de sabotaje. No se han dado precisiones. No se han explicitado cargos, y ni siquiera se ha presentado públicamente a Gallo, como debe corresponder. La detención no se ha hecho siguiendo los cánones de transparencia necesarios.

  Y por eso mismo, es sorprendente el bajo tono del gobierno argentino, si exceptuamos a los enunciados destemplados de Bullrich (que ya le han sido acallados). Se dice que el gobierno le pidió a Cristina interceder ante Maduro: que le pidió al obediente Jaldo que se comunicara con el Papa. Que se hablaría con Petro o con Lula, a ver si “ablandan” a Maduro o a Cabello. Ahora se da cuenta el gobierno, cuál es el costo de los insultos gratuitos lanzados por Milei en su momento contra estos presidentes. No importa: en estos días la emprendió renovadamente contra Boric.

  Lo cierto es que la estrategia tan indirecta y defensiva del gobierno argentino, no deja de llamar la atención. Y lleva a pensar que no es improbable que -efectivamente- hubiera una “misión” securitaria que el gendarme estuviera cumpliendo en Venezuela, país abominado por el gobierno argentino: no se entiende, si no, tanto sigilo y paciencia.

  Mientras, un nuevo y tedioso round del enfrentamiento entre Villarruel y Milei tuvo lugar. La amiga del dictador Videla lanzó que ella no hubiera dado permiso de salida al gendarme, y Bullrich le respondió con sus habituales tonos tenues y exquisitos. Se armó “la gorda” -como en añejos tiempos se decía- y Milei se sumó al concierto, con el coro de trolls a su servicio.

  En política internacional, luce inoportuno el convenio que anunció Milei con Israel para una alianza estratégica. El presidente de ese país tiene pedido de captura internacional, mientras las invasiones en Gaza, Líbano y ahora Siria exceden sobradamente cualquier pretexto de “estar respondiendo” al fuerte ataque de Hamas en 2023. El mundo no está para aventuras bélicas, pocas veces tan presentes como las de este momento.

 

Mateando con Kicillof

  Mientras, Kicillof organizó una mateada como parte de su campaña, que empezó a lanzarlo como líder del peronismo en su provincia. Eludiendo las insidias de la interna, se ha propuesto confrontar al gobierno nacional en sus mismos temas: salvar Aerolíneas como empresa estatal (ahora de prov. de Bs. Aires), hacer el dragado del canal Magdalena, ofrecer crédito oficial y programas de vivienda. Ejercer una política diferente “en estado práctico”.

  La estrategia parece consistente, si bien tiene sus peligros. Uno, las dificultades administrativo/gestionales para lograr sus objetivos, donde el gobierno nacional hará todo por impedir su éxito. Y en el mismo sentido, las barreras económico/financieras que seguramente se agudizarán. A ello se suman las dificultades en la Legislatura local, donde para colmo su “fuerza propia”, en gran medida no es propia: en parte es suya, pero otras partes son de Massa y de Máximo, que son celosos de sus parcelas de poder.

  Se verá la habilidad del gobernador para sortear esos peligros: hasta ahora su figura va en ascenso, y los ataques que le hicieron en la interna no han hecho más que fortalecerlo. Su decisión de liderazgo, parece ahora ya en curso muy concreto.

  Se basa en el contraste con un gobierno nacional de “gestión cero”, que no tiene más que acciones de cierre de oficinas, cesantías de personal y búsqueda de déficit nulo. En eso, el gobernador puede exhibir sus ventajas. También en una noción de seguridad que sea diferente a la de Milei, quien ha lanzado un decreto de discutible legalidad donde autoriza a las Fuerzas Armadas a acciones dentro del territorio, contra las vigentes leyes de Defensa y de Seguridad.

  Son dos concepciones diferentes del país que están en curso, y que se confrontarán en este próximo año electoral. La moneda está en el aire.

 

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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