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“Hago sexo oral”: mensaje desde el hambre. Los diputados radicales de Milei. Los Macri contra los Milei: peleas de familia en la derecha argentina. Desmantelan Secretaría de Derechos Humanos y aparece el nieto 138.

Redacción
28/12/2024 22:30
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Por Roberto Follari, Especial para Jornada

  Me junto con un amigo en un bar de la Quinta Sección, ciudad de Mendoza. Luego de saludos y preguntas de ocasión, me dice: “¿Sabés lo que me pasó anoche?”. No, digo. Y me cuenta: “Me llaman a las 3 de la mañana. Mi hijo había viajado: y la voz masculina me dice, “Papá, papá, me han golpeado, tuve que volverme en taxi del viaje, tenés que depositarme 50 mil pesos…”. Tras la angustia y confusión inicial, él había reaccionado y advertido que era un ardid. Pero el momento había sido de máxima tensión, en medio del sueño y de la noche. Y los autores de la trampa telefónica sabían que su hijo había viajado, y adónde: quizás le hackearon antes el aparato.

  La inseguridad de la época: le cuento que también me ha ocurrido, y que es terrible en medio de la oscuridad y la angustia despejar las dudas y advertir el engaño. Hablamos de la inseguridad: mi amigo me recuerda que habíamos estado juntos una semana antes, y que tras almorzar, él me acompañó a la parada de un micro. Cerca de la calle Fader, en la Sexta, bajaban dos jóvenes notablemente desarrapados por la vereda opuesta. Fingimos indiferencia, aunque sabíamos que podía haber tensión. Prefirieron saludar: “Hola, tíos”. Saludamos desmañadamente, ellos no pararon. Cuando subí al bus, ví que regresaban hacia arriba, hacia el Oeste. Y ahora mi amigo me cuenta: “Yo subí al auto. Cuando pasaron a mi lado, uno de ellos voceaba su oferta: sexo oral, hago sexo oral”. Como quien ofrece vender tomates, o medias en los bares. Así trataba de ganarse la vida. Así está la decadencia económica nacional, con sus consiguientes efectos éticos.

  “Nunca antes había escuchado algo así”, comento. Y es que, efectivamente, el hecho es desolador. Ni aquí ni en otros países -algunos con mayor proporción de pobres que la Argentina- me ha tocado escuchar una propuesta tan propia del desastre social y la descomposición de la convivencia. Porque no era zona roja, ni espacio habitual de la prostitución: se hacía la oferta en una calle cualquiera, en un horario cualquiera.

  Charlamos largo con mi amigo y con la joven dueña del sitio, y nos vamos luego a comer una pizza en los límites de Godoy Cruz, por la Paso de los Andes. Estamos charlando con normalidad, y de pronto una estampida a treinta metros: uno de los comensales del sitio sale corriendo, mientras una mujer grita que le han robado. A los veinte segundos, otro joven pasa corriendo por la vereda opuesta a la nuestra: sin que entendamos si es el ladrón, un cómplice, alguien que sale a perseguir, o simplemente un pasajero apurado porque se le iba el micro. Un minuto después todo ha vuelto a la normalidad. Nadie se acuerda más del caso, ni pregunta por el mismo. Un robo es algo naturalizado, común, ocurre todos los días. A quién le importa.

  Cuento a una amiga, por teléfono pues no vive aquí, que estuve en Honduras. Y que por la existencia de las maras -echadas del cercano El Salvador-, es casi imposible caminar por las calles de Tegucigalpa, todo el mundo anda en auto, y hay interminables colas y atrancamientos de tránsito. Me pide que le explique qué es eso de que no se puede caminar, que es inconcebible vivir así.

  Mientras otra amiga local, me dice un día después que en barrios del Oeste mendocino, ella no puede tomar el micro: la parada es peligrosa. Claro que a veces se puede: pero con que una vez de cinco te asalten, la situación es grave e impide usar esos sitios. Es decir: allí no está muy diferente de Honduras. Tanto, que otra amiga me dice que no fue a una reunión que hicimos por la noche de un grupo en que ella forma parte, porque durante la noche es peligroso volver a su casa, y abrir el portón para guardar el auto.

  Así estamos: esa es la “seguridad” de que se ufanan algunas autoridades. Esos son los efectos perversos del ajuste interminable, de la motosierra y la licuadora. Ese es el país en que estamos viviendo, y del que no queremos hablar.

 

Radicales de Milei: que se doble pero no se quiebre

  Como dirigente estudiantil en mi juventud, pude hablar con Illia y con Balbín: más progresista el primero, más conservador el segundo, ambos eran políticos con principios. Propios de aquel radicalismo para el cual la institucionalidad era asunto central.

  Hoy, diputados radicales van a ver cómo se meten en las listas de LLA en la próxima elección: lo niegan, pero todo el mundo sabe que es así. A eso fueron a la Rosada, en un acto de autohumillación notable. Renuncia a la identidad, a la autonomía: asunción de las banderas de la extrema derecha neofascista sin ningún tipo de problemas. El gobierno de los insultos, de los vetos, del manejo por DNUs que no son ni de necesidad ni de urgencia, los seduce y los subordina.

  De aquel radicalismo histórico, no queda ni traza. Porque esta vez no fueron sólo el club de los Kueider (no puede negarse la analogía de su posición con la del senador detenido en Paraguay, súbitamente olvidado). No fueron sólo los Campero y los Cervi: fue más de la mitad del bloque, con los radicales de Mendoza incluidos. Y con el ultrarreaccionario De Loredo a la cabeza, por supuesto (da mucha risa cuando dice de él mismo que es un “reformista”. ¿Será de la Reforma luterano/individualista del siglo XVI?)

  Fue penoso escuchar a Cervi en un canal de tv nacional: el neuquino balbuceaba que votaron los vetos porque “se pretendía dar un golpe al déficit cero de Milei”. Es decir: repetían el verso de la Rosada como si fueran afiliados de LLA, sin matices ni tapujos. Querer limitar el hambre de los jubilados es imperdonable, porque “toca el déficit cero”.

  Está claro que buena parte de la derecha que se dijo moderada en la Argentina está dispuesta a ir con la extrema derecha a las elecciones, según cálculo electoral en las antípodas de lo que decía Alfonsín: “perder elecciones, si es para salvar convicciones”. Aquí es al revés: los atropellos generalizados a la República, a las provincias, a la obra pública, a docentes, a universitarios y a jubilados, son disimulados en nombre de que “queremos ir contra el kirchnerismo”, consigna que pretende justificar la pérdida de toda orientación normativa.

  El cálculo oportunista supone que en todo al gobierno le va bien. Pero no sólo sube el dólar y hay que sacar dólares a montones del Banco Central para parar el ascenso, sino que el gobierno de Trump nombra a Claver Carone en cargo central para Latinoamérica. Pésima suerte para el sonriente Francos -el vendedor de decisiones horribles con aires de simpatía-, que habría sido el que acusó a Claver de un amorío con una secretaria, lo que le costó el cargo al cubano en la dirección del BID. Infausto antecedente. Ya el futuro funcionario ha hecho abiertas críticas al gobierno de Milei.

  Y con el gendarme de Venezuela, no son mejores los pasos del gobierno argentino. Con una grandilocuencia de pésimo gusto, Bullrich acusó de “traición a la patria” al ex embajador Laborde, porque éste le hizo llegar al gendarme una carta de su madre. Esto ante la evidente inacción del Estado argentino, que en dos semanas ni un abogado había puesto al servicio del detenido, según denunció Laborde mismo.

 

 

  Grabois pidió ser él también acusado, ya que Laborde actuó por pedido suyo con fines humanitarios. Es obvio que no puede esperarse acuerdo ideológico de Grabois con los gendarmes: él ayudó por razones morales. Y es que el gobierno argentino parece tener cola de paja, dado que su actuación en el tema es tibia y deficitaria.

  El gobierno venezolano tiene derecho a acusar a alguien de espionaje o sabotaje si tiene indicios o pruebas suficientes, pero debió haber avisado públicamente de la detención, y debió haber presentado al detenido. No lo ha hecho. Sin embargo, sorprende la falta de acción del gobierno nacional, si se obvian los griteríos de Bullrich.

  Sucede que el gendarme entró por una zona alejada de las grandes ciudades, que implicó horas y horas de autobús: eso es poco comprensible. Tampoco suena muy creíble lo del “gendarme viajero”, al que le encanta ir de aquí para allá por el mundo: no se corresponde demasiado con la función del cuidado de fronteras, y permite meterse en países diversos en momentos diversos.

  En todo caso, el gobierno venezolano deberá mostrar cuáles son los cargos que realiza. Y el argentino, hacer una gestión más clara, porque -por ej.- tampoco se entiende que la institución no haya provisto de un permiso especial y una carta explicativa al gendarme para su viaje.

 

 

El ballet de los Macri y los Milei

  En una nueva etapa de la saga de pelea entre la flia. Macri y la flia. Milei, el regente de la CABA anunció que desdobla las elecciones; lo que podría ser perjudicial para la LLA, que descansa toda en la figura de Milei.

  Bullrich salió a embarrar la cancha contra el múltiple intendente -quien antes lo fuera de Vicente López-, enojada porque cree que el PRO debe (al igual que el sector mayoritario de la UCR) convertirse en apéndice de LLA.

  Mauricio Macri lleva todas las de perder en esta batalla: su partido, que ha votado todo como si fuera un hermano menor de LLA, ya no interesa a casi nadie. Menos del 10% de intención de voto. ¿Qué cartas le quedan al ex presidente? Ya que las de “la República”, de las que suele hablar, no le son muy afines, debe apelar a lo que mejor conoce: manejo de jueces, fiscales y espías.

  Aunque Santiago Caputo maneja hoy la SIDE, el estilo calabrés de Macri se le sigue imponiendo allí. Se dice que ese fue el carpetazo a Kueider. Se dice que de allí salieron los reflotamientos de juicios contra Cristina Kirchner, para impedir cualquier posible negociación de ella con el gobierno en relación a Lijo. De allí salió Llorens para la Cámara, ubicándose como inesperado conjuez de la Corte. De allí salió la bastante insólita decisión de esa Corte para pasar juicios nacionales al poder judicial de la CABA, con lo cual el juicio a Macri -Mauricio- por el Correo…¡¡se dirimirá en la ciudad!!

  Y hasta se dice que la jueza Arroyo Salgado arruinó las posibilidades del oficialismo de sostener a Kueider por “sugerencia” de Macri, de quien es amiga. Como se ve, los recursos del ex presidente son inagotables: y eso, en lo poco que podemos conocerlos.

 

Derechos humanos: pretensión de enterrar el pasado

  El gobierno nacional pretende achicar y/o cerrar la Secretaría de Derechos Humanos, que recoge el aprecio ciudadano por la democracia, y el rechazo hacia la dictadura. Un monumental abrazo al Museo de la Memoria -en lo que fuera el siniestro sitial de la ESMA- fue la respuesta post-navideña de los movimientos sociales.

  Es que el gobierno pretende retomar la añeja y derrotada “teoría de los dos demonios”: fue así que un juzgado pretende meter baza en el ataque de Montoneros a un comedor de la policía Federal, intentando igualar los atentados cometidos por organizaciones de civiles con los cometidos desde la impunidad del Estado. Sólo estos últimos son crímenes de lesa humanidad, pues si se trata de organizaciones guerrilleras, ellas deben tener control autónomo del territorio: cosa que nunca ocurrió en Argentina, y menos aún en el caso que quieren llevar a juicio. Los crímenes imprescriptibles son sólo los crímenes de Estado: en este caso, los de la represión ilegal.

  No lo entiende así un represor residente en la provincia, Armando Fernández, quien se confrontó en la calle con un grupo de defensores de derechos humanos. Los espetó: “Agradezcan que estoy preso, si no los cago a trompadas”. ¿Preso? No lo parecía: estaba en espacio público, y allí amenazó a sus ocasionales interpelantes. No deja de sorprender que un represor ilegal partícipe de asesinatos, con dos condenas a prisión perpetua y otras dos por 20 y 10 años respectivamente, ande por la calle tranquilamente. Además, con la iracundia para llamar “asesinos” a quienes lo confrontaban, como si él hubiera formado parte de un club de fútbol y no de una banda criminal organizada, y como si en vez de basarse en las prerrogativas del Estado, él hubiera participado de una contienda en condiciones ecuánimes y parejas.

  Lo cierto es que el mismo día, a nivel nacional se hizo el anuncio del nieto 138, recuperado a través de la acción de Abuelas de Plaza de mayo: una muestra de que las políticas de derechos humanos siguen vivas, y de que sus actores no están en actitud pasiva ni de retirada. Una honda alegría acompañó a los familiares, junto a los miembros de los organismos: muestra de que aún en la mayor oscuridad caben las acciones de solidaridad y de esperanza.

 

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

 

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