Por Luis Martínez, Redacción Jornada
Recorremos con un poco de historia sobre la aplicación de medidas de regulación de la jornada laboral. Allá por el 24 de julio de 1873 se aprobó en España la primera ley creada específicamente para regular el trabajo y que es conocida como la ley Benot. Nació con el objetivo de proteger a los menores de las abusivas condiciones que por esa época se daban en los establecimientos industriales.
La legislación del trabajo hizo su irrupción en Argentina con medidas protectoras, como lo fue en casi todos los ordenamientos. La primera normativa laboral que se registra en Argentina es la Ley 4661 sancionada en 1905 –cuya autoría corresponde a Joaquín V. González– a partir de la cual se estableció el descanso dominical. Primero en Buenos Aires y luego en el resto de la provincia.
Ahora bien, la llegada de la famosa pandemia le dio más fuerza a una modalidad que ya se estaba imponiendo: el teletrabajo. Pasado el tiempo y, avanzando en ese sentido, el mundo discute aplicar una flexibilización que comienza en Bélgica que ya aprobó una ley que regula la reducción de la jornada laboral.
Cuatro días de trabajo y tres de descanso: lo que se viene en el mundo laboral
El primer país en implementar directamente una jornada laboral reducida fue Islandia, tras una prueba de cuatro años (2015-2019) entre los empleados del sector público de la capital, Reikiavik. Las 2.500 personas que trabajaron menos horas sin que se les reduzca el salario tuvieron menos estrés y agotamiento, mejoraron su salud y su equilibrio de vida y empleo sin disminuir la productividad y la recaudación del Estado. En la actualidad, el 86% de los islandeses trabaja menos horas o puede solicitar el nuevo patrón horario, algo que los sindicatos ya están negociando.
El Gobierno belga llegó a un acuerdo para la reforma del mercado laboral que incluye la posibilidad de concentrar la semana laboral en cuatro días o flexibilizar los horarios para "dar más libertad a los trabajadores", indicó en una rueda de prensa el primer ministro belga, Alexander De Croo.
El objetivo de flexibilizar el mercado de trabajo para que Bélgica llegue a una tasa de empleo del 80% en 2030 desde el 71% en actual, con fuertes disparidades regionales.
Qué pasa en la Argentina
En nuestro país el tope de horas de trabajo a la semana es de 48 horas, hay dos proyectos para reducir la jornada laboral.
Uno de la diputada del Frente de Todos y dirigente de la Asociación Bancaria, Claudia Ormaechea, que propone una jornada máxima de 6 horas y un tope de 36 horas semanales y, otro, del legislador y secretario general de la CTA, Hugo Yasky, que impulsa una semana laboral con un máximo de 8 horas diarias y no más de cuarenta horas semanales.
A través de mensajes en Twitter el dirigente expresó: “Argentina tiene una de las jornadas laborales más extensas, de 48 horas semanales, fijada hace 101 años por la OIT. Sí, hace 101 años”. Señaló que “los índices de desocupación son alarmantes” y su propuesta ofrece “la posibilidad de distribuir más equitativamente un bien escaso como el empleo. La reducción de horas de trabajo es beneficiosa”, agregó.
¿Qué opinan los dirigentes?
En “Juntos de mañana” el matinal de radio Jornada (FM 91.9 el secretario general de la Asociación Bancaria Mendoza dijo: “esto es inminente. Uno podrá soslayarlo pero el avance tecnológico, la modernidad están generando cimbronazos importantes en el mundo laboral entonces de alguna manera tenemos que prepararnos para esa eclosión que va a hacer el empleo. Con las viejas recetas o con los viejos esquemas evidentemente no vamos a llegar a un buen puerto que es incluir a más argentinos en el mundo laboral”, señaló.
El dirigente sindical agregó “una de las opciones, incluso impulsada por el titular de la Bancaria Sergio Palazzo, es la reducción de la carga horaria diaria o reducción de la jornada laboral. Al reducir esa jornada ese puesto puede ser ocupado por otro trabajador manteniendo todos el mismo nivel remunerativo porque en la medida que se expulse a los trabajadores del sistema más temprano que tarde están golpeando la puerta de los gobiernos para que ser asistidos. Me parece que hay que hacer un abordaje previo a que esto termine explotando y los países del primer mundo ya lo están desarrollando”.
Islandia, España, Nueva Zelanda, Japón y Alemania entre otros son los países que marchan en esta dirección. Reducir la jornada laboral es el objetivo con múltiples beneficios: mayor rendimiento, beneficios para la salud mental, más tiempo para el disfrute familiar y también para el consumo además de la posibilidad de incluir a más personas en el mundo laboral. Desde las patronales marcan ciertos temores ante la posibilidad de que el impacto en la productividad sea negativo. Pero según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el exceso de trabajo genera pérdidas de hasta un 3% del PBI. Pero hasta aquí la primera parte, faltan más opiniones para una tendencia mundial que más temprano que tarde se aplicará en nuestro país.