Por Luis Abrego
La definición del escenario nacional y la confirmación de las fórmulas que competirán por la Presidencia dejaron marcado el camino por el que transitará la política local hasta el 13 de agosto, fecha de las primarias que delinearán al sucesor de Alberto Fernández.
Son de tal impacto esas certezas que su influjo repercute en los procesos ya en marcha en aquellas provincias que -como Mendoza- están aún en medio de su proceso de renovación de autoridades. Una cita pendiente para el 24 de setiembre y de final todavía incierto producto de la ruptura del Frente Cambia Mendoza (FCM), la aparición de La Unión Mendocina (LUM) y la sorpresiva perfomance de Luis Petri.
Lo cierto es que en el oficialismo provincial, la interna final entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta encontró aquí un territorio de tregua que permitió una lista de unidad para diputados nacionales que acompañarán ambas precandidaturas. Esto no es un dato menor, ya que sólo en cuatro distritos lograron ese cometido: Mendoza, Chaco, Entre Ríos y Corrientes.
Eso impide que la feroz pelea entre los referentes del Pro se traslade a la provincia, y con ello, perder competitividad de cara a las generales, pero en especial, a la definición de la chance de Alfredo Cornejo de volver a la Gobernación, donde necesitará el mayor poder de tracción para conseguir su cometido. Allí habrá un adicional: Petri estará en una de esas boletas como vice de Bullrich. Sólo en esa dirección de afianzar lo local habrá un cabo suelto, el de Libres del Sur, que irá con lista propia, y por ende, no sumará a la cosecha de sus socios locales.
En el peronismo, los debates, las polémicas y la entronización final de Sergio Massa como candidato de Unión por la Patria (UxP) generaron el encolumnamiento mayoritario tras los reproches iniciales del kirchnerismo que había apostado a la figura de Wado De Pedro.
Entienden allí que esa "fórmula de síntesis" como describen al binomio que integran Massa y Agustín Rossi, es capaz de potenciar y sanar las heridas que quedaron en el PJ de Mendoza tras el magro 16% conseguido en las elecciones provinciales. Una posibilidad cierta que podría estar apalancada además en la deserción para este turno electoral nacional del demarchismo, al que se lo sindica como el destinatario de muchos votos peronistas en las PASO locales en una sugestiva aunque nunca explicitada alianza con intendentes.
Sin embargo, el PJ deberá competir también con la expresión que sostiene la precandidatura del cordobés Juan Schiaretti, que lejos de la concepción kirchnerista, busca fortalecer una opción peronista, federal, no K, de cuyo alcance e inserción en la provincia no hay mayores registros, pero que sin embargo, puede también restar poder de fuego a la lista que encabeza Martín Aveiro.
El interrogante para ambas fuerzas mayoritarias en el capítulo local de la pulseada nacional será el desempeño de las huestes de Javier Millei, que saldrá a la competencia con el respaldo logístico del Partido Demócrata (PD) que en esta ocasión jugó sus fichas en soledad tras apoyar a Omar De Marchi para la gobernación.
Hasta el momento, el economista libertario no ha podido trasladar la intención de voto que marcan las encuestas a sus representantes provinciales, pero en el caso de Mendoza habrá una diferencia sustancial: el propio Millei también estará en la boleta como cabeza de lista y precandidato a presidente, lo que puede inclinar la ecuación y por ende, complicar los cálculos tanto de radicales y macristas como de peronistas.
La ya citada ausencia de LUM en el cuarto oscuro se explica en la variedad de expresiones que allí alberga, lo que impedía una toma de partido que no repercuta en el armado local que es hoy el principal objetivo de De Marchi. Sin embargo, este faltazo a la competencia puede ser contraproducente con el posicionamiento logrado, lo que sumado a la sucesión de escándalos adjudicados a Daniel Orozco, su compañero de fórmula, abren más incógnitas sobre el futuro de esta experiencia.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) insistirá en cuestionar a todos sus adversarios, e incluso al mismo sistema político que le da cobijo, pero no por ello se resiste a la confrontación interna que aún así no parece activar las urnas a su favor. Sin embargo, también serán de la partida buscando ese lugar en el Congreso que supo conseguir desde Mendoza con Nicolás del Caño.
Todos intentarán capitalizar el resultado de cara a la definición local, y en ese sentido se podrá entonces evaluar estrategias y construcciones. Las decisiones tomadas y los errores cometidos podrán ser decisivos en el clima en el que el sucesor de Rodolfo Suarez también será elegido semanas después.
En definitiva, la provincia y el país son parte de un mismo todo que aunque se quiera separar o segmentar, se condicionan y potencian mutuamente. Es el elector quien vincula o rechaza, premia o castiga lo que la política pretende disimular según su conveniencia.