Por Luis Abrego
Este domingo, el peronismo de Mendoza buscará tomar aire en el año electoral, golpeado después del resultado de las PASO provinciales y nacionales, en procura de mantener las seis comunas que conduce. Un movimiento coordinado y casi desesperado para no seguir cediendo espacios de conducción en el tablero mendocino.
Así, San Rafael, Tunuyán, Lavalle, Maipú, Santa Rosa y La Paz buscarán dar buenas noticias para los peronistas que en los últimos tiempos no sólo han soportado los cachetazos de las urnas, sino también las reiteradas amenazas de rupturas y fugas.
La estrategia del desdoblamiento municipal de estos comicios parece haber sido hasta ahora la correcta, en especial después de los resultados de las elecciones concretadas, donde los ciudadanos han sabido diferenciar los distintos niveles en juego, y en cada uno de estos municipios han dejado al PJ expectante. Aún, resguardándose de liderazgos disímiles como los de Alfredo Cornejo o Javier Milei.
Una situación que tal vez se podría agravar si el Frente Cambia Mendoza (FCM) logra sorprender en algunos de los departamentos nombrados, lo que profundizará la crisis del PJ y podría tener algún impacto incluso en el escenario provincial.
Particularmente, en el radicalismo tienen expectativas centradas en La Paz, Maipú, San Rafael y San Carlos, donde por diversas razones creen que pueden dar una sorpresa. O al menos eso dejan trascender.
En Tunuyán, se esperanza con el aporte de los vecinalistas de Unidos por Tunuyán que desistieron de competir para apoyar al candidato radical. Pero esa no es la única amenaza para el peronismo.
Es que en los últimos meses, la aparición de La Unión Mendocina (LUM) parece haber calado con algún ímpetu también en las estructuras peronistas, donde además de cierto respaldo gremial (siempre encolumnado con el PJ) ha logrado la adhesión de dirigentes emblemáticos como Jorge Omar Giménez o, más recientemente, Roberto Righi; pero también, algunos otros menos conocidos.
Es por ello que las alertas están puestas, además, en lo que suceda o pueda hacer terminado el escrutinio Matías Stevanato, a quien desde dentro y fuera del peronismo se lo vincula con insistencia al armado de Omar De Marchi.
Una especulación que el maipucino no se ha encargado de desestimar. ¿Se animará a dar el salto? ¿Podrá la conducción kirchnerista contener al joven intendente? Por el momento, la resignación y la espera han sido el único camino.
La situación de San Carlos, el séptimo departamento que también desdobla, es diferente pues responde al demarchismo y a su socio Jorge Difonso, quienes luego de romper con el oficialismo reforzaron la estructura de LUM. Y es por ello que pretenden -como los peronistas- mantener el pago chico para encarar la recta final por la Gobernación con mejores ímpetus. Si hay festejo, ¿De Marchi irá a Maipú o a San Carlos? ¿O tal vez a los dos?
En ese sentido de fortalecimiento de los territorios y en la posibilidad de mostrar triunfos que ayuden a consolidar lo que vendrá, todos intentarán llevar agua para sus respectivos molinos.
Pero si hay alguien que arriesga más es el peronismo, consciente de que no puede seguir retrocediendo, ni entregando a sus rivales municipios que luego es muy difícil recuperar.
Un puñado de victorias puede ser un aliciente extraordinario para seguir la marcha. Alguna derrota, la confirmación de que el diagnóstico es más severo de lo esperado.
Develadas esas incógnitas muy locales, y que por ende responden a lógicas excesivamente propias, la política mendocina se enfocará inmediatamente en el premio mayor: la sucesión de Rodolfo Suarez.
Una carrera todavía a mitad de camino, en la que la tensión parece ir en aumento, y donde el domingo podrán encontrar consuelo o preocupación tantos contendientes con intereses cruzados.