Desde mayo, el Gobierno pondrá en marcha un nuevo esquema de tarifas para los servicios de luz y gas. Esta medida llega tras varios meses de ajustes provisorios y forma parte de un proceso más amplio de revisión quinquenal que ya había sido anunciado.
El plan fue definido tras audiencias públicas y reuniones con las empresas proveedoras, y se da en el marco del reciente entendimiento alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las nuevas tarifas comenzarán a regir en los primeros días de mayo, y reemplazarán los aumentos temporales que se venían aplicando como forma de contener la inflación. Si bien el cronograma original preveía que estas modificaciones arrancaran en marzo o abril, su implementación se postergó hasta concretar el acuerdo con el FMI.
El nuevo esquema contempla tres elementos centrales: el precio mayorista de la energía, el costo del transporte y el de la distribución.
Según estimaciones, los nuevos valores generarán subas por encima de la inflación anual esperada, aunque serán graduales. Para evitar impactos bruscos, el sistema contará con ajustes mensuales que seguirán la evolución de la inflación y los salarios.