Por Sergio Levinsky
No suele ser habitual que en la Copa Libertadores de América, los dos finalistas de la edición anterior caigan en los cuartos de final y ante equipos que a priori aparecían como mucho más débiles. Pero en esta ocasión, fue el caso y en los octavos de final, con las muy tempranas eliminaciones de dos brasileños como el Flamengo y el Atlético Paranaense, protagonistas de la definición de 2022 en el estadio Monumental de Guayaquil, y a manos de Olimpia de Paraguay y del Bolívar de La Paz, Bolivia.
El Flamengo, vigente campeón que ya no podrá repetir el título, se encuentra en una gran crisis que lleva ya varios meses, tras el fracaso de la gestión del portugués Víctor Pereira (con el que ni siquiera pudo llegar a la final del Mundial de Clubes de Marruecos, eliminado en semifinales por Al Hilal de Arabia Saudita), y ahora las cosas tampoco mejoraron con el argentino Jorge Sampaoli, que no está obteniendo buenos resultados por donde pasa y su futuro como DT del equipo carioca parece ya marcado definitivamente después de que un miembro de su cuerpo técnico agrediera físicamente a uno de sus mejores delanteros, Pedro, mundialista en Qatar 2022.
Flamengo es, por cierto, una especie de selección sudamericana por su rico plantel, con jugadores regresados de las principales ligas europeas gracias a la solidez económica de su fútbol y por tener una de las hinchadas (“torcidas”) más numerosas del mundo, lo que le permite gestionar muy bien sus derechos de TV, un canal propio y una historia que ayuda.
Sin embargo, el magro 1-0 en la ida de octavos de final ante un rival con tres títulos sudamericanos en su haber como Olimpia, generaron una alerta roja para la vuelta en Asunción y aunque los visitantes ganaban 0-1 con un gol de Bruno Henrique, no lo pudieron mantener y al cabo de noventa minutos, acabaron derrotados por 3-1, y sorpresivamente, eliminados muy pronto del certamen.
Por si fuera poco, otro equipo brasileño, Atlético Paranaense, con figuras como Fernandinho (ex Manchester City), el volante chileno Arturo Vidal (que salió del Flamengo por problemas internos con Sampaoli), y el joven y prometedor delantero Víctor Roque (que seguramente adelantará su ingreso al Barcelona, que estaba previsto para enero), también fue eliminado de manera inesperada al caer en la serie ante el Bolívar, por penales, tras perder 3-1 en La Paz (un resultado que fue benévolo porque pudo ser peor) y ganar 2-0 como local.
Hay un tercer equipo brasileño que también quedó eliminado de la Copa Libertadores y que maneja un enorme presupuesto, como el Atlético Mineiro, ahora dirigido por el veterano Luiz Felipe Scolari -que parecía que se retiraba tras perder la final de 2022 con el Atlético Paranaense), pero los de Belo Horizonte no parecen tener suerte con las llaves y otra vez debieron enfrentarse al poderosísimo Palmeiras del portugués Abel Ferreira, campeón en 2020 y 2021 y semifinalista en 2022, y que lo eliminó en cuartos en la temporada pasada, en semifinales en 2021 y ahora en octavos de final.
De esta forma, la Copa Libertadores llega a los cuartos de final de los mejores ocho equipos con un extraño esquema, con tres brasileños (Palmeiras de un lado de la llave, Fluminense e Inter del otro), dos argentinos, Boca Juniors y Racing Club, que se deberán eliminar entre sí (lo cual garantiza una plaza argentina en semifinales, aunque quien llegue deberá enfrentarse al “Verdao” de San Pablo), y un equipo de Bolivia, Paraguay y Colombia.
A propósito de Colombia, sorprendió Deportivo Pereira, segundo detrás de Boca en la fase de grupos, que eliminó a un permanente animador de los torneos sudamericanos como Independiente del Valle, de Ecuador, y será rival de Palmeiras en los cuartos de final, por lo que aunque parezca complicado, todavía existen chances de que los cafeteros puedan ser rivales de Boca o Racing en semifinales.
Colombia estuvo cerca de colocar hasta dos equipos en cuartos de final, pero el de mayor tradición, Atlético Nacional de Medellín (que ya consiguió dos títulos sudamericanos) no pudo soportar el asedio de Racing en el “Cilindro” de Avellaneda por un equivocado planteo defensivo cuando sus jugadores no tienen oficio para eso, luego de haber ganado 4-2 en la ida.
Sin embargo, el plantel timorato de la vuelta y la falta de oficio defensivo derivó en una catástrofe y un 3-0 final que pudo ser muchísimo peor. Por el lado de Racing, un resultado muy positivo para recuperar la confianza y apelar a los refuerzos, que, por distintas razones, aún no tuvieron participación, como el colombiano Juanfer Quintero y el ex Boca Agustín Almendra, que se suman a otro colombiano, Roger Martínez, en su tercera etapa en el club.
Futbolísticamente, Racing -que fue perdiendo varios jugadores importantes en su engranaje como Copetti, Chancalay, Alcaraz o Matías Rojas- es una incógnita porque en los dos partidos ante Atlético Nacional ofreció las dos caras de la moneda: una defensa desarticulada en la ida, con los dos centrales -Sigali y Piovi- desconocidos en su nivel, pero una actuación mucho más sólida como local, con una gran actuación del joven Axel Ojeda.
Boca, su rival de cuartos de final, dejó una imagen desdibujada ante Nacional de Montevideo. En la ida, como visitante, apostó claramente al cero a cero, con un solo delantero (Miguel Merentiel) cuando tiene sobre abundancia de ellos, y sin embargo pobló el mediocampo, donde no cuenta con un diez que abastezca el juego y lleve la batuta de los movimientos.
En la vuelta, cuando parecía que tenía todo a favor (el público, la expectativa por el debut del goleador uruguayo Edinson Cavani, una buena racha en resultados), por dos veces no pudo mantener la ventaja que pudo sacar porque no es un equipo inteligente que lea bien los partidos, y tuvo que apelar a la experiencia de Sergio Romero en los penales para poder llegar a cuartos de final.
Que Racing llegue un poco mejor que Boca (y defina de local sin público visitante) significa una ventaja que no parece ser decisiva en esta clase de series entre conjuntos compatriotas y de tanta tradición y menos en este caso, con el mercado de pases aún abierto. Sí parecería más clara la identidad de juego en los de Avellaneda, donde es claro lo que pretende su entrenador, Fernando Gago, que lleva ya un tiempo trabajando allí. En cambio, aún no está muy claro el juego que pretende Jorge Almirón, el DT de Boca, que sigue experimentando posiciones, esquemas y jugadores.
Por el lado de River, la dolorosa derrota por penales en Brasil ante Inter de Porto Alegre y su temprana eliminación, generó un cimbronazo en el club, cuando había estado muy activo en el mercado de pases con las contrataciones de Facundo Colidio, y ahora los regresos de Manuel Lanzini y de Gonzalo “Pity” Martnez, lo que lo obligó a desprenderse de su goleador, Lucas Beltrán (Fiorentina y probablemente de su volante uruguayo Nicolás De la Cruz.
River no redondeó una buena participación en los octavos de final ante un equipo limitado como el Inter, de gran despliegue físico, pero con un solo delantero como figura, el ecuatoriano Enner Valencia, y un gran arquero como el uruguayo Sergio Rochet. Los “Millonarios” pudieron dar vuelta el resultado en la ida en el Monumental gracias a los dos goles de Pablo Solari (poco entendible que estuviera en el banco) y pareció que el campo era demasiado grande en la revancha, y que su DT Martín Demichelis se equivocó al dejar en la cancha a veteranos como “Nacho” Fernández y fundamentalmente, Enzo Pérez, y acaso era un partido para Matías Kranevitter, de mayor peso físico. El equipo pudo forzar los penales en Porto Alegre cuando se acercaba el final de los noventa minutos, pero quedó eliminado desde los doce pasos.
Finalmente el Fluminense aparece como uno de los equipos más fuertes de la llave de River, en la que ya no quedan equipos argentinos, luego de que los cariocas tricolores eliminaran a un muy buen Argentinos Juniors, que mereció ganar en un accidentado partido de ida en Buenos Aires (en el que sufrió la expulsión de su arquero Alexis Arias cuando ya había hecho los tres cambios (el gol del empate de Samuel Xavier llegó cuando ya Leonardo Heredia, jugador de campo, ocupaba la portería) y que cayó en la vuelta en los últimos minutos, por otro gol de Samuel Xavier.
En esta serie queda para la triste anécdota la tremenda falta de un jugador experimentado como Marcelo (ex Real Madrid) a su rival Luciano Sánchez, que ahora estará casi un año sin jugar. El lateral brasileño se perderá los dos partidos de cuartos de final ante Olimpia, y recién podría regresar en semifinales, ante el ganador de Inter-Bolívar.