Por Sergio Levinsky
Cuando ya parecía que la selección ecuatoriana se llevaba un precioso empate del estadio Monumental, apareció, una vez más, la magia de Lionel Messi para marcar un golazo de tiro libre, para darle tres puntos de oro a los campeones del mundo en esta larga carrera de clasificación al Mundial 2026.
No fue una gran noche del equipo argentino. Tras muy buenos primeros quince minutos, llevado por la euforia remanente del Mundial de Qatar, el buen conjunto ecuatoriano, con una férrea defensa y un buen vallado de volantes, se fue acomodando y ya el desgaste de los locales se hizo evidente.
Se notó la falta de movilidad en la Selección. Alexis Mac Allister no se halla de cinco clásico, rodeado bien por Rodrigo De Paul y Enzo Fernández, pero faltó precisión y también, un Lionel Messi extrañamente errático, en una alarma que se enciende en cuanto a si su veteranía y la lentitud de la MLS, puedan influir en el futuro en el gran roce internacional, o si efectivamente se trata de una pequeña lesión (¿paraguas abierto para no jugar en la altura de La Paz?).
Por la izquierda, un buen Nicolás Tagliafico necesitó de un extremo que lo ayudara, pero nadie se acercó hacia allí y el ataque se fue diluyendo, con in Lautaro Martínez desesperado por romper la mala racha goleadora que viene desde el Mundial y que esta vez encontró el palo de Galíndez en el final del primer tiempo.
Mientras tanto, el equipo ecuatoriano intentó ataques aislados con oficio, especialmente por el lado de su mejor jugador, Enner Valencia, pero fue controlado siempre por Cristian "Cuti" Romero, en un partido brillante y consagratorio para el defensor del Tottenham Hotspur, que se fue ovacionado.
Este triunfo argentino será valorado mucho más adelante, cuandi el desarrollo de la clasificatoria al Mundial sea mayor y aparezca con mas nitidez el crecimiento del fútbol ecuatoriano.
Apenas Brasil, Uruguay y Colombia pueden presentar este nivel de oposición.
Fue una dura prueba para una Selección que necesita readaptarse, aceitar sus movimientos y que seguramente con Ángel Di María (que entró en el segundo tiempo y revitalizó el juego), Julián Álvarez y el aporte de Giovani Lo Celso y los jóvenes que aparecen, puede dar mucho más que lo que se vio anoche.
Bien, para finalizar, Lionel Scaloni, con los cambios. Di María era necesario para dar un salto de calidad, Álvarez por Lautaro Martínez era cantado para buscar el gol, y se necesitaba un "cinco" como Leandro Paredes para vertebrar el juego, algo desordenado cuando Messi no aparece tanto.
Argentina se lleva sus primeros tres puntos en un partido duro, trabado (muy bien el árbitro colombiano Wilmar Roldán dejando correr la pelota y siempre cerca de la jugada), y ahora viene la prueba de la altura en La Paz. Pero esa es otra historia.