Por Damián Peinado
La pregunta es si este fracaso en el congreso de la ley ómnibus, puede ser leído de la misma manera, o sea Milei vs la casta política, con gran apoyo de la mayoría de los argentinos cansados de deterioro económico que culpa a la vieja política. El gobierno en su construcción de relato encuentra un enemigo común, así como en el gobierno de Macri lo era el Kirchnerismo.
Pero qué sucede mientras en la economía? No mucho, a pesar del revés en Diputados. Así lo expresó Caputo que sabían que podía suceder y que el plan no cambia, y por otro lado los mercados respondieron sin disparadas del dólar el día después. La frase pasamos de plan “platita” a plan “motosierra” a plan “licuadora”, refleja en términos prácticos que el gobierno está logrando generar más las reservas, bajar el gasto, licuando los pesos a costa del deterioro muy fuerte de los ingresos de los argentinos, en una caída mayor que se recuerde desde el año 2002.
Sin embargo aun están sin resolver temas claves, como los pasivos del Banco Central y la deuda con los importadores. Esto sin duda es responsable de la brecha cambiaria, y refleja aun la falta de confianza en el plan económico. Por otro lado, la baja de tasa de interés de los bancos obliga a los inversores a ir al dólar. El ancla del 2% de crawaling peg que es la tasa de interés implícita, vs una inflación real de más de un 50% de inflación en dos meses, lo cual economistas dicen que genera un atraso cambiario de 5 pesos por día. Esto lleva a pensar que una nueva devaluación ocurrirá en el corto plazo, considerando que el gobierno necesitará incentivar al campo a liquidar en abril. Sin embargo, viendo los cómo fue el 2023, los precios subieron un 211% vs una devaluación del 326%, o sea el dólar ya está alto, y no habría motivo para seguir subiéndolo. Tal vez la incentivación al campo, principal generador de divisas que el gobierno necesita para que las cuentas cierren, venga por el lado de bajar las retenciones.
El gobierno debe conseguir apróx. USD 15.000 millones para cerrar la brecha, y generar estabilidad. Lo empezaremos a saber después de pascuas. Por el lado de los importadores, el bono Bopreal, ya hay una segunda serie que espera sea más demandada que la primera, que fue lanzada en forma desprolija y mal comunicada.
La gran duda es si el sentimiento de cansancio de la gente de la vieja política que llevo al Milei al gobierno será lo suficientemente fuerte para soportar la caída de ingresos, desempleo y caída de actividad. Marzo será critico con el inicio de clases y las subas de tarifas. Sin embargo hay bancos que avizoran en sus pronósticos privados una caída de la inflación hacia fines de año. Si esto sucediera, el poder de Javier Milei habrá crecido sobremanera, habiéndose sacado de encima tanto al Pro, como al Kirchnerismo. Las alianzas con los partidos tradicionales dependerán del gran de éxito de la baja de la inflación hacia fines de 2024. Si este escenario se da, Milei seguirá con sus planes de dolarizar, y aprovechar, en una macroeconomía estable, el ingreso de dólares proveniente no solo del campo, sino del petróleo y de la minería. Así lo refleja informe del mismo FMI.
La ley ómnibus fue un error haberla planteado en bloque como queda reflejado en el rechazo de las comisiones, pero individualmente muchas de las reformas de modernización del estado encontrarán buen eco en las bancas del congreso.
Mientras tanto, hay que llegar a pascuas, y lograr que el campo liquide la cosecha récord y los números comiencen a cerrar.
En Estados Unidos, principal potencia del mundo, la teoría ortodoxa dice que para bajar la inflación hay que enfriar la economía, tarea que lleva adelante el FED o banco central americano subiendo o bajando la tasa de interés. La receta de Milei es enfriar la economía, bajando el gasto y licuando los pesos de la calle. Pero luego deberán crearse incentivos y planes de producción, para crecer. Porque hay dos formas de generar superávit, una es bajando los gastos, pero estos están limitados a determinado número posible. Y la otra es generando actividad. Se dice que Argentina hay más de 200 mil millones de dólares fuera del sistema, en cajas de seguridad y el colchón. Aquellos que apuestan al éxito del gobierno, deberán además de hacerlo en las urnas, y en el café, también aportando esos dólares a la economía real, por una Argentina mejor que sin duda es posible y es la que todos queremos.