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Control natural: la estrategia de Mendoza para proteger los espacios verdes de plazas, parques

La provincia avanza con la liberación de crisopas en espacios verdes de Capital y San Martín, apostando por soluciones amigables con el ambiente para controlar plagas sin usar productos químicos.

Redacción
25/04/2025 14:18

Con el objetivo de proteger el ambiente urbano sin recurrir a químicos, se realizó una nueva suelta de crisopas en plazas de Ciudad y San Martín. Estos insectos actúan como controladores naturales de plagas, en una iniciativa que busca mantener sanos los espacios verdes.

La actividad se enmarca dentro del trabajo del programa de Agroecología del Iscamen, que promueve técnicas de producción más cuidadosas con la naturaleza. Desde allí, se crían y distribuyen insectos que cumplen un rol clave en el control biológico, tanto para productores agrícolas convencionales como para los que hacen cultivos orgánicos.

En este mismo sentido, y junto a las municipalidades de Capital y San Martín, se impulsa el programa Control Biológico en Espacios Verdes, que busca mantener a raya las plagas mediante métodos sostenibles. La estrategia se basa en liberar insectos que atacan a otros que suelen dañar plantas y árboles, sin necesidad de usar agrotóxicos.

Cada 20 días, se realiza la liberación de 15.000 huevos de crisopas en distintas plazas y parques de ambos departamentos. En lugares más amplios y con mucha vegetación, como la plaza Independencia, la cantidad puede aumentar hasta 40.000 huevos por jornada, garantizando así una buena cobertura.

Las crisopas son insectos predadores que se alimentan de pulgones, trips, mosca blanca y otros bichos dañinos. Tienen la capacidad de consumir hasta 800 plagas por día, y lo hacen incluso dentro de sus escondites. Además, su actividad se potencia cuando el número de plagas crece, lo que las convierte en un recurso eficaz.

A diferencia de los métodos químicos, el control biológico no contamina ni altera el ecosistema, y se adapta especialmente a entornos públicos como plazas y parques. Así, se busca crear lugares más saludables para la comunidad y fortalecer la sostenibilidad urbana.

Además de soltar estos insectos benéficos, el equipo del Iscamen monitorea constantemente el nivel de plagas, lo que les permite ajustar la cantidad de huevos y el momento ideal para cada liberación. Todo este trabajo se apoya en la producción masiva que se realiza en los laboratorios ubicados en Guaymallén, Santa Rosa, San Rafael, General Alvear y Tunuyán.

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