Una resolución de la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual ordenó que la joven de 18 años que denunció abusos sexuales por parte de seis jugadoras del Club Alemán, no pueda referirse públicamente al caso. La causa, iniciada en 2023 cuando la denunciante tenía 16 años, sigue su curso, pero ahora sumó un nuevo capítulo: la imposición de una medida que le impide hablar sobre lo ocurrido.
La disposición fue firmada por el fiscal subrogante Gonzalo Marzal, en reemplazo de la fiscal Mercedes Moya, quien lidera la investigación. En el documento, se instruye a los abogados de ambas partes a que "se abstengan de brindar información vinculada a la causa", bajo el argumento de proteger la investigación y por la etapa procesal en la que se encuentra.
Acusaciones cruzadas entre las defensas
La medida responde a un pedido de la defensa de las jugadoras acusadas, que solicitaron "frenar la difusión de datos en medios y redes sociales". Según sus argumentos, desde hace semanas se estarían divulgando detalles del expediente que permitirían identificar a las implicadas. Denunciaron además que la exposición mediática estaría dañando la imagen de las defendidas.
Por su parte, los abogados de la denunciante, Lucas Lecour y Francisco Machuca, calificaron la medida como "nula, inconstitucional y revictimizante", y señalaron que se pretende "silenciar a la víctima para preservar la imagen de las victimarias". En una presentación formal, argumentaron que la reserva de información en este tipo de causas es para proteger a la víctima, y que ella es quien puede decidir si hablar o no.
"Impedir que la joven hable es un intento de censura", expresaron, y recordaron que en ningún momento se difundieron datos que identificaran a las acusadas, manteniendo una postura respetuosa y cuidadosa.
Qué dice la denuncia
El hecho denunciado ocurrió el 20 de abril de 2023, durante una concentración del equipo femenino de hockey del Club Alemán en Dorrego, Guaymallén, en medio de un torneo regional. Según consta en la denuncia, la joven fue sometida junto a otras menores a un supuesto "ritual de bienvenida" con prácticas que ella describe como humillantes, invasivas y abusivas.
Entre los hechos relatados, la denunciante afirmó que fue obligada a desnudarse parcialmente, a colocarse un “top” improvisado con hojas, y a gatear mientras se le daban órdenes degradantes. También denunció el uso de alimentos como morcilla y yogur, además de la aplicación de ají en los labios pese a que advirtió tener alergia. Todo esto, según su testimonio, fue filmado sin consentimiento.
En otro pasaje, relató que una de las jugadoras le colocó una morcilla entre la ropa interior, y que a pesar de su resistencia, la dinámica siguió. También se realizó un proceso de decoloración de vello corporal que le dejó lesiones, y al final se le arrojó una sustancia blanca junto a un preservativo como parte de una burla.
“Me sentí humillada, no podía decir que me quería ir por miedo”, expresó la joven, que aún permanece bajo tratamiento psicológico.
Pactos de silencio y viralización
Tras lo sucedido, una madre escuchó comentarios en un baño que señalaban que "se les había ido la mano", y con el correr de los días, los videos comenzaron a circular. La víctima pidió que se borraran, pero su solicitud fue ignorada.
Posteriormente, las mayores del equipo habrían convocado una reunión para pedir que lo ocurrido no se comentara fuera del grupo, alegando que era "parte de los códigos del equipo". Sin embargo, fue el propio Club Alemán quien terminó llevando la denuncia a la justicia, dando inicio a la causa que hoy sigue generando debate.
El caso sigue abierto
La causa aún se encuentra en etapa de instrucción. Mientras tanto, la decisión judicial que impide a la víctima hablar públicamente suma tensión y abre el debate sobre los límites entre la protección del proceso y los derechos de la denunciante. El conflicto entre el derecho a hablar y el derecho a la privacidad de los acusados seguirá dando que hablar.