Los datos de ventas relevados por el INDEC para el mes de febrero exponen una realidad preocupante en el consumo masivo. Tanto las cadenas de supermercados como los autoservicios mayoristas registraron retrocesos que interrumpen la recuperación que se insinuaba en los últimos meses.
En el caso de los supermercados, la caída mensual de 0,3% en términos desestacionalizados marca un retroceso respecto de enero, a pesar de que en la comparación interanual se observa una mejora del 1,5%. Esa tenue alza queda opacada por la pérdida de impulso en un contexto de consumo todavía muy debilitado.
La situación es aún más crítica entre los autoservicios mayoristas, donde la caída interanual alcanzó un 9,1%, y el descenso mensual fue del 1%. Se trata de un sector golpeado por una larga recesión, con cifras negativas en casi todos los meses del último año y medio, y en muchos casos con bajas de dos dígitos.
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El enfriamiento del consumo se ve reflejado también en los rubros que más aumentaron en términos interanuales en supermercados, lo que da cuenta del impacto de la inflación sobre las decisiones de compra. Los grupos de artículos con mayores subas fueron Indumentaria, calzado y textiles para el hogar (+93,7%), Electrónicos y artículos para el hogar (+82,5%), Alimentos preparados y rotisería (+81%) y Carnes (+68,2%).
La dinámica de los precios, sumada a la pérdida de poder adquisitivo, continúa condicionando el repunte del consumo. En este contexto, los especialistas advierten que la estabilidad en la inflación no se traduce aún en una mejora del nivel de actividad del comercio minorista, lo que podría complicar los próximos meses si no se revierte la tendencia.
Así, el mes de febrero dejó en claro que la recuperación no está consolidada y que el consumo masivo sigue en terreno frágil, especialmente en los canales más sensibles a los cambios de precios y al ajuste del bolsillo.