Las conversaciones entre La Libertad Avanza y el PRO para construir un acuerdo político en la provincia de Buenos Aires atraviesan su punto más crítico. Si bien desde la Casa Rosada se busca evitar un enfrentamiento directo con el ex presidente Mauricio Macri, en el oficialismo crece la percepción de que las chances de cerrar un entendimiento real con el PRO se diluyen con el paso de los días.
El malestar se profundizó tras las declaraciones del propio Macri, quien en un acto en Mar del Plata junto al intendente Guillermo Montenegro y dirigentes de la Quinta Sección Electoral lanzó: “Los dirigentes que tenían precio ya fueron comprados. Los que quedamos no tenemos precio, tenemos valores”. Sus palabras, interpretadas como una línea de ruptura definitiva, generaron reacciones inmediatas en los equipos de La Libertad Avanza: “No se puede seguir negociando con alguien que está diciendo constantemente estas cosas”, deslizó un armador del espacio libertario.
Mientras tanto, las reuniones entre Karina Milei y referentes del PRO como Cristian Ritondo y Diego Santilli continúan, pero con una dinámica desgastada. El oficialismo mantiene la estrategia de construir acuerdos con dirigentes individuales, evitando pactos formales entre partidos. Macri, por el contrario, insiste en que sólo aceptará una alianza si se firma entre fuerzas políticas institucionalizadas.
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En los intercambios recientes entre Ritondo y el armador bonaerense de LLA, Sebastián Pareja, quedó claro que no habrá un quiebre en el PRO para facilitar un acuerdo. “Nosotros no cerramos el diálogo con nadie, pero han cambiado las formas”, comentó un operador cercano a la conducción libertaria.
Desde el entorno de Javier Milei aseguran que el Presidente aún apuesta a una convergencia, al menos en términos prácticos. “Él dejó en claro su deseo de que haya un acuerdo”, insisten. Pero las diferencias estratégicas y la tensión política ponen en duda ese objetivo.
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En el ala más pragmática del oficialismo, identificada con Santiago Caputo y el grupo “Las Fuerzas del Cielo”, sostienen que no necesariamente habrá una unidad total. “Las elecciones locales pueden tener dinámicas diferentes de las nacionales”, explican. Aun así, alertan sobre los riesgos de la dispersión: “En la ciudad puede ganar Santoro por no ir juntos. Que no nos pase lo mismo en la provincia”.
Frente a este escenario, una opción empieza a tomar fuerza: que el PRO decline presentar candidatos bonaerenses para evitar dividir el voto no kirchnerista. “Aunque saquen pocos puntos, pueden ser determinantes para que gane el kirchnerismo”, advierten desde LLA.