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El impacto del uso temprano de tablets en la infancia: ¿un ciclo de frustración y dependencia?

Un estudio reciente destaca cómo la exposición temprana a dispositivos móviles podría estar interfiriendo en el desarrollo emocional de los niños, generando un ciclo difícil de romper entre el uso de pantallas y la gestión de emociones

Redacción
13/08/2024 16:01
Lo que empieza como una solución rápida para mantener a los niños ocupados podría estar contribuyendo a una dependencia emocional en las pantallas
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El uso de tablets y otros dispositivos móviles por parte de niños pequeños se ha convertido en una práctica común en la vida moderna. Sin embargo, lo que muchos padres consideran una herramienta útil para mantener a sus hijos entretenidos podría estar afectando su desarrollo emocional de maneras preocupantes. Un estudio publicado por JAMA Pediatrics ha revelado que la introducción temprana de estas tecnologías podría estar contribuyendo a problemas de autorregulación emocional en los más pequeños.

Las tablets pueden ofrecer soluciones rápidas para los desafíos diarios de la crianza, es fundamental que los padres sean conscientes de los posibles efectos a largo plazo

El incremento en el uso de dispositivos móviles, especialmente entre niños en edad preescolar, ha sido notable en los últimos años. Durante la pandemia de COVID-19, esta tendencia se intensificó aún más, con el tiempo promedio de uso diario de dispositivos pasando de unos minutos en 2020 a casi una hora en 2022. Para muchos padres, las tablets han sido una solución rápida y efectiva para calmar a sus hijos o mantenerlos ocupados mientras realizan otras tareas, pero este recurso aparentemente inofensivo podría estar generando efectos secundarios indeseados.

Hallazgos del estudio: un ciclo bidireccional preocupante

El estudio, realizado en Nueva Escocia, Canadá, observó a 315 niños en tres etapas clave de su desarrollo: a los 3,5, 4,5 y 5,5 años. Los investigadores descubrieron una preocupante relación bidireccional entre el uso de tablets y la manifestación de emociones como el enojo y la frustración. Los datos mostraron que los niños que utilizaban tablets con frecuencia a los 3,5 años tenían más probabilidades de mostrar conductas de enojo y frustración un año después. A su vez, aquellos niños que ya mostraban estas emociones intensificadas a los 4,5 años tendían a recurrir aún más a los dispositivos electrónicos a los 5,5 años.

El incremento en el uso de dispositivos móviles, especialmente entre niños en edad preescolar, ha sido notable en los últimos años

Este ciclo sugiere que el uso de tablets no solo puede estar limitando la capacidad de los niños para manejar sus emociones, sino que también puede convertirse en una herramienta de afrontamiento para aquellos que ya tienen dificultades en este ámbito. Así, lo que empieza como una solución rápida para mantener a los niños ocupados podría estar contribuyendo a una dependencia emocional en las pantallas, creando un ciclo difícil de romper.

Implicaciones para el desarrollo emocional

El desarrollo de habilidades de regulación emocional es fundamental durante los primeros años de vida, un período en el que los niños aprenden a manejar sus emociones y a interactuar efectivamente con su entorno. El estudio señala que el tiempo dedicado al uso de pantallas podría estar restando a los niños oportunidades valiosas para participar en actividades que promuevan estas habilidades, como el juego libre o las interacciones cara a cara con sus cuidadores y compañeros.

Además, la tendencia de los padres a utilizar dispositivos electrónicos para calmar a sus hijos durante episodios de comportamiento disruptivo podría estar reforzando un patrón en el que las pantallas se convierten en la primera línea de defensa contra emociones difíciles. Este enfoque, aunque eficaz a corto plazo, podría estar limitando la capacidad de los niños para desarrollar estrategias internas de regulación emocional, una habilidad crucial para su bienestar a largo plazo.

La influencia del entorno familiar

Otro aspecto destacado por el estudio es el papel que juegan los padres en este ciclo. Las interacciones padre-hijo durante el tiempo de pantalla suelen ser limitadas, lo que reduce las oportunidades para que los niños aprendan a manejar sus emociones a través de la observación y el modelado de comportamientos emocionales saludables por parte de sus padres. Este entorno puede contribuir a que los niños desarrollen una dependencia hacia las pantallas como mecanismo de afrontamiento.

El estudio, realizado en Nueva Escocia, Canadá, observó a 315 niños en tres etapas clave de su desarrollo

¿Hay esperanza para romper el ciclo?

A pesar de los hallazgos preocupantes, el estudio ofrece una nota de optimismo: los patrones de uso de tablets y las manifestaciones emocionales no son fijos y pueden ser susceptibles de cambio. Los investigadores sugieren que, con las intervenciones adecuadas, es posible modificar estos hábitos y mejorar la capacidad de los niños para regular sus emociones. Esto es especialmente relevante en el contexto post-pandemia, donde muchos de los comportamientos observados podrían haber sido exacerbados por el estrés y la interrupción de las rutinas familiares.

En resumen, aunque las tablets pueden ofrecer soluciones rápidas para los desafíos diarios de la crianza, es fundamental que los padres sean conscientes de los posibles efectos a largo plazo y busquen equilibrar el uso de dispositivos electrónicos con actividades que fomenten un desarrollo emocional saludable.

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