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Semana clave para el Atlético y el Barcelona

Mucho más que dos partidos. El Atlético de Madrid y el Fútbol Club Barcelona tendrán, en la que viene, una semana crucial no sólo para su presente, sino también para el futuro, en lo deportivo y en lo económico.

09/03/2024 22:22
Atlético y el Barcelona
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Por Sergio Levinsky, desde Barcelona

Cada uno de ellos, y como local, define la serie de octavos de final de la UEFA Champions League y ninguno lo tiene fácil porque, en la ida, no sacaron resultados que les permita ir holgados en la vuelta, y por si fuera poco, el domingo próximo se enfrentan entre sí en el estadio Metropolitano de la capital española en lo que puede ser la última oportunidad de los locales por acercarse a los puestos de vanguardia de la tabla de posiciones de la Liga Española cuando queden apenas diez fechas para su cierre.

Pero, además, el Atlético Madrid y el Barcelona son rivales director por la única plaza que le queda al fútbol español en el primer Mundial de Clubes que se disputará en los Estados Unidos en 2025 y que repartirá millones de euros entre los 32 equipos de los cinco continentes, organizado por la FIFA. De esta forma, tanto lo que suceda en Champions en cada uno de sus partidos, y el choque entre ellos del domingo tiene especial incidencia en esta clasificación al torneo del año próximo.

Nàpoli

El próximo martes por la noche (las 17 de la Argentina), el Barcelona recibirá a un Nàpoli que acaba de cambiar de entrenador hace pocas semanas y por segunda vez en la temporada. La marcha de los italianos del sur, con un tremendo goleador como el nigeriano Víctor Osimhen (que juega enmascarado por una larga lesión) y con un crack pretendido por media Europa como el georgiano Khvicha Kvaratskhelia, no es para nada la misma que la de la temporada pasada, cuando arrasaron en la Serie A para llevarse, por fin, el Scudetto que tantos años se le negara desde los tiempos de Diego Maradona.

Pero se marchó su gran entrenador, Luciano Spalletti, de manera impensada, a la selección italiana por la intempestiva salida de Roberto Mancini, tentado por los petrodólares árabes, y el presidente y empresario cinematográfico Aurelio De Laurentis, que sueña con acompañar al Real Madrid y al Barcelona en la aventura de la Superliga europea, se decidió por un viejo director técnico de la casa, Walter Mazzarri. Éste duró muy poco porque no pudo mantener aquel nivel y enseguida, los celestes quedaron fuera de la lucha por el bicampeonato y se la juegan todo a pasar a los cuartos de final de la Champions, ahora con otro entrenador, Francesco Calzona, por años ayudante de uno de los DT más ofensivos de la península y actual del Lazio, Maurizio Sarri.

 

Estadio Diego Maradona

 

Calzona hizo un trabajo paso a paso, al punto tal de que, en la ida de los octavos de Champions, en el estadio Diego Maradona, ante el Barcelona, su equipo apenas empató 1-1 y sobre el final, cuando parecía que caía inexorablemente ante un rival que, sin jugar bien, había sido superior. La posibilidad de no perder generó ilusiones en el plantel, que comenzó una importante levantada desde ese momento, aunque especialmente sus dos estrellas, las que muy posiblemente abandonen la disciplina del club cuando acabe esta temporada el 30 de junio.

Justamente, esta mejora evidente de los napolitanos fue generando un poco más de dudas en un equipo de Barcelona al que no le sobra nada y que tiene como principal estandarte a dos juveniles surgidos de su cantera y ya completamente instalados entre los titulares, como Lamine Yamal, de apenas 16 años, y Pau Cubarsí, de 17 (recién cumplidos).

Precisamente, Yamal fue el autor de un gol sensacional ante el Mallorca el pasado viernes por la Liga, a falta de catorce minutos y cuando el Barcelona no podía ante el conjunto que dirige el mexicano Javier Aguirre, que solventaba la situación con un oficio ya habitual y que le permitió llegar a la final de la Copa del Rey de Abril en Sevilla ante el Athletic de Bilbao.

Xavi Hernández

Por más que el entrenador del Barcelona, Xavi Hernández, repita a la prensa que desde que anunció que se irá el 30 de junio el equipo ha mejorado, en realidad esto se ha visto poco en el juego y más en los puntos, que le permiten ir tercero, aunque pisándoles los talones a sus vecinos, la gran sorpresa del torneo, el Girona. Pero el andar de los azulgranas es soso, no generan mucho fútbol, y extrañan a horrores a sus lesionados Gavi, Pedri y Frenkie De Jong, y un poco, por la falta de muchos definidores, de Ferrán Torres, que al quedar afuera por una dolencia comenzaba a entrar en una racha positiva en la red contraria.

La gran pregunta que se hace el barcelonismo es si alcanza con lo que hay luego de haber empatado con el Nápoli, o si los italianos llegarán cambiados al frío estadio Olímpico de Montjuic, donde los catalanes ofician de locales hasta que a fines de noviembre reabra un refaccionado Camp Nou, al menos en un 60 por ciento de su aforo.

El Barcelona, además de jugarse ante el Nápoli muchísimo dinero de los premios de la Champions que necesita como el pan para solventar parte de su enorme deuda que supera los 1200 millones de euros, se encuentra hoy a seis puntos del Atlético Madrid en el ranking FIFA de los clubes españoles para clasificarse al Mundial de Estados Unidos, por lo que además, debe rogar para que el Atlético no le gane al Inter y poder empezar a darle alcance, aunque luego deberá llegar también a semifinales si quiere alcanzar el objetivo. Y allí hay todavía más dinero en juego. La otra plaza del gran torneo internacional ya fue ocupada por el Real Madrid, al haber ganado una de las cuatro Champions que se computan entre 2021 y 2024.

 

Diego Simeone

 

El Atlético Madrid, que dirige Diego Simeone, se encuentra, respecto de Europa, en una posición algo más aliviada que el Barcelona porque depende de sí mismo para avanzar a cuartos, pero especialmente para el Mundial de Clubes, al estar seis puntos arriba de su seguidor, pero el miércoles tiene un durísimo partido ante el que es hoy uno de los mejores equipos de Europa, el Inter de Milán, finalista de la edición anterior y que estuvo a punto de empatarle al Manchester City de Josep Guardiola.

Los “colchoneros” resistieron muchísimo en el estadio Giuseppe Meazza en la ida, pero la solidez de los italianos (virtuales campeones de liga en esta temporada) terminó imponiéndose 1-0, si bien este resultado no es una garantía para la vuelta, en un Metropolitano del sur de Madrid acostumbrado a las grandes batallas y que pesará mucho a la hora de generar un clima favorable a los suyos.

El Atlético no pasa por su mejor momento. Fuera de la Copa del Rey y cuarto en la liga a seis puntos del Barcelona y a siete del segundo, Girona, al que debe alcanzar para aspirar a regresar a la Supercopa de España de 2025 en Arabia Saudita, si quiere recaudar esos millones de euros, sabe que para sumar dinero debe tratar de pasar por todos los medios a cuartos de final, con lo que se iría asegurando su pase al Mundial de Clubes y los premios de establecerse en los cuartos de final de la Champions.

Más allá de los resultados y los números, y con un plantel rico en jugadores importantes, el equipo de Simeone no alcanzó la regularidad de otros años y así como puede generar un gran partido, puede caer ante un rival débil en cualquier momento, y recibe muchos más goles que lo habitual.

Pero a su vez, el domingo, otra vez en su estadio Metropolitano, conoce que es, acaso, la última oportunidad de tratar de alcanzar al Barcelona e ir por el Girona cuando reciba a los catalanes, en este momento sus máximos competidores (por Liga, por Champions y por el Mundial de Clubes), en uno de los partidos decisivos de la liga.

Por eso es que para el Atlético de Madrid y para el Barcelona, esta es la Semana clave de la temporada

 

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