Los niños de un jardín de infantes del departamento de Santa Rosa cosecharon las uvas de su propia viña con el fin de experimentar el valioso trabajo en la tierra de Mendoza que realizan a diario decenas de miles de mendocinos.
La Escuela 1-524 Luis Segundo Cremaschi, ubicada en el paraje Los Parrales Mendocinos, del distrito La Dormida, Santa Rosa, realizó una serie de actividades educativas con el fin de abordar los festejos vendimiales, que son parte del folclore popular, vivenciando la vendimia y conociendo el esfuerzo que los viñateros realizan durante un año de trabajo.
La directora de esa institución, Adriana Guevara, contó que la iniciativa surge de la docente Soledad, a cargo de las salitas de 3, 4 y 5 años, con el objetivo de que desde pequeños puedan vivenciar la importancia de la vid en nuestra provincia, para fomentar la construcción colectiva, fortalecer el sentido de pertenencia y aprender jugando.
La actividad comenzó en las aulas y consistió en convocar a las familias para construir, junto a los pequeños, tachitos para las uvas. Luego continuó en un escenario natural, ya que la institución cuenta con un espaldero que ha servido para desplegar diversas actividades a lo largo de los años. Ahí, los niños ─vestidos como vendimiadores─ se convirtieron en cosechadores, cargaron en camioncitos de juguete (llevados de sus hogares) los racimos de uvas que posteriormente depositaron en diversos recipientes ubicados en el patio de la escuela, para luego de deshojar y lavar las uvas extraídas de las parras, y preparar un rico dulce que envasaron y etiquetaron.
Guevara expresó: “Es importante trabajar y fortalecer la identidad y el sentido de pertenencia con los estudiantes desde pequeños, fortaleciendo así nuestra cultura vendimial. Trabajar de manera lúdica en el ámbito escolar con pequeños de 3, 4 y 5 años, y que hayan podido vivenciar y hacer propio el proceso de la vendimia; compartir la alegría de las familias, que cumplieron un rol fundamental acompañando, como también los logros alcanzados que resaltaron experiencias significativas y enriquecedoras en valores y esfuerzo, fortaleciendo vínculos entre la escuela y las familias, llena de satisfacción y orgullo a quienes intervinieron conjuntamente”.
A partir de esta propuesta, la comunidad educativa de la escuela Cremaschi generó un espacio de aprendizajes significativos que contribuyen al desarrollo de capacidades en las niñas y los niños desde los primeros años de escolaridad. De esta manera valora el espíritu del trabajo compartido con responsabilidad y perseverancia, haciendo renacer lúdicamente la importancia del amor y la unidad en la familia y en el mundo que los rodea, estimulando el conocimiento, la confianza en sí mismos y los vínculos sociales, y vivenciando el proceso de la vendimia y la riqueza cultural más representativa de la región.