Se considera que una alimentación saludable para niños es aquella que les brinda todo lo que necesitan para tener energía, sentirse bien, crecer y mantener su salud. Este tipo de alimentación se compone de una dieta equilibrada en la que se consumen carbohidratos, proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales.
Los beneficios de una alimentación saludable para los niños son amplios y abarcan tanto su salud física como mental
Salud física: La alimentación equilibrada y balanceada a base de proteínas y vitaminas, debe acompañarse de movimiento. Los más chiquitos se mueven bastante, pero si a eso le agregamos caminatas en familia, fomentamos en ellos el contacto con la naturaleza y las actividades al aire libre.
Estado de ánimo: Una dieta saludable ayuda a regular los niveles de serotonina y dopamina, contribuyendo a un mejor estado de ánimo.
Energía: Los alimentos adecuados mantienen los niveles de energía necesarios para las actividades diarias.
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Memoria y funciones cognitivas: Una alimentación balanceada mejora la memoria y el rendimiento cognitivo.
Peso saludable: Una dieta equilibrada ayuda a mantener un peso adecuado.
Prevención de enfermedades: Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes1.
Cuando pensamos en una alimentación competa, buscamos alternativas que contengan nutrientes que ayuden en su crecimiento y óptimo desarrollo.
Nutrientes para el desarrollo
Nutrientes para el crecimiento: Una dieta saludable es esencial para el crecimiento óptimo. La falta de nutrientes puede causar retrasos en el crecimiento y problemas en el desarrollo cognitivo.
Proteínas y tejidos: Las proteínas magras son necesarias para el desarrollo muscular y la reparación de tejidos.
Vitaminas y minerales: Son indispensables para el buen funcionamiento del sistema nervioso y otros procesos vitales1.
En resumen, una alimentación saludable es fundamental para el bienestar físico, emocional y cognitivo de los niños. Fomentar hábitos alimenticios positivos desde temprana edad es crucial para su crecimiento y desarrollo
Una alimentación saludable para niños es fundamental para su crecimiento, desarrollo y bienestar general. Existen una variedad de pautas y recomendaciones a la hora de preparar alimentos que sean ricos y variados Ofrece una amplia variedad de frutas, verduras, cereales integrales, proteínas y productos lácteos o alternativas fortificadas con soja.
Combina diferentes grupos de alimentos para asegurar una ingesta equilibrada de nutrientes.
Frutas y verduras
Anima a los niños a consumir distintas frutas y verduras, ya sean frescas, enlatadas, congeladas o secas. Las frutas y verduras aportan vitaminas, minerales y fibra esenciales para su salud.
Proteínas magras
Incluye mariscos, carnes magras, pollo, pavo, huevos, frijoles, guisantes, productos de soja y frutos secos y semillas sin sal. Las proteínas son fundamentales para el crecimiento y la reparación de tejidos.
Cereales integrales: Opta por pan y cereales integrales en lugar de opciones refinadas. Los cereales integrales proporcionan fibra y energía sostenida.
Lácteos o alternativas fortificadas: Elije productos lácteos bajos en grasa o sin grasa, como leche, yogur y quesos. Si se prefiere una alternativa vegetal, busca opciones fortificadas con calcio y vitamina D.
Hidratación: Asegúrate de que los niños beban suficiente agua durante el día. El agua es esencial para su salud y bienestar.
Limita el azúcar y la grasa saturada: Reduce el consumo de alimentos y bebidas con azúcares añadidos. Limita los alimentos ricos en grasas saturadas como las frituras y los alimentos procesados.
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Recuerda que no hay alimentos “buenos” o “malos”. La clave está en la variedad, la moderación y la calidad de los alimentos que ofrecemos a los niños. ¡Una alimentación saludable es un regalo para toda la vida!