Unicef alertó que en la Argentina 7 de cada 10 niños viven en la pobreza. El organismo internacional estima que si no se modifica la tendencia actual, la pobreza infantil alcanzará el 70% y la indigencia el 34% a finales del primer trimestre.
La implementación de políticas nacionales claves para la infancia muestra “signos de alerta” en lo que va de 2024: “se registra un número importante de iniciativas que muestran niveles de ejecución nulos o casi nulos”, como el fortalecimiento edilicio de jardines de infantes y Plan Nacional de Primera Infancia, entre otros. Son alrededor de 8,6 millones de menores de 18 años que viven en hogares que no alcanzan el umbral mínimo de ingresos económicos o en entornos donde se ven privados de sus derechos.
La indigencia en niños en Argentina aumentó al 14,3% en el primer semestre de 2023, lo que equivale a 1,8 millones de chicas y chicos, 250 mil más en comparación a 2022, según un informe de UNICEF publicado hoy. Más aún, de acuerdo con estimaciones del organismo, el escenario se habría agudizado hacia finales del año pasado hasta alcanzar al 19,4% de la población infantil. Son 630 mil chicos más que viven en hogares que no cubren la canasta básica de alimentos.
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En tanto, la pobreza monetaria afecta al 57% niños, lo que equivale a 7,1 millones chicos. Algunos de ellos se encuentran incluso en situaciones de mayor vulnerabilidad: la pobreza se eleva cuando los referentes del hogar tienen muy bajo clima educativo (83%), en los casos de hogares monomarentales (68%) o cuando residen en barrios populares (84%).
En este contexto, el presupuesto nacional destinado a niñez muestra, al día de hoy, una caída del 75% en términos reales, según tres nuevos informes de UNICEF basados en cifras oficiales que abordan la pobreza monetaria y las privaciones vinculadas a derechos en niñas y niños; el presupuesto destinado a la infancia; y la suficiencia de las políticas de protección de ingresos.
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"El presupuesto constituye una herramienta clave para aportar elementos desde la política fiscal que garanticen el cumplimiento de los derechos de la infancia y la adolescencia”, explicó Luisa Brumana, Representante de UNICEF Argentina, al presentar los informes enmarcados en los monitoreos sobre la situación de la niñez y la adolescencia que realiza la organización de forma continua desde 2016. “Con esta información, buscamos contribuir a la toma de decisiones de los gobiernos, en cumplimiento con los planes de trabajo acordados con el Estado nacional, y a partir del mandato establecido en la Convención de los Derechos del Niño", señaló.
Programas que deben existir para mitigar la situación
Según el informe, la implementación de políticas nacionales claves para la infancia presenta signos de alerta en lo que va de 2024. Por un lado, se registra un número importante de iniciativas que muestran niveles de ejecución nulos o casi nulos (fortalecimiento edilicio de jardines de infantes, Plan Nacional de Primera Infancia, entre otros). Por el otro, la Asignación Universal por Hijo –AUH- y la Prestación Alimentar muestran niveles de ejecución elevados para el momento del año debido a que los montos previstos en el presupuesto actual –prorrogado de 2023- no son suficientes para hacer frente a las necesidades de financiamiento que se requieren para dar cobertura a las familias a lo largo de todo el año.
Las políticas de protección de ingresos resultan centrales para mitigar los niveles de pobreza: sin estos programas alrededor de 270 mil niños más vivirían en la pobreza y más de 1 millón pasarían a ser indigentes.
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Que pasa si se mantienen éstas tendencias
“De mantenerse las tendencias actuales, la prevalencia de la pobreza monetaria en la niñez y la adolescencia para el primer trimestre de 2024 alcanzaría valores en torno al 70%, mientras que la indigencia llegaría al 34%, con repercusiones en el bienestar actual y de largo plazo”, sostuvo Sebastián Waisgrais, Especialista en Inclusión Social y Monitoreo de UNICEF Argentina. “En un contexto de vulnerabilidad social y elevados niveles de pobreza infantil, es importante sostener las partidas presupuestarias destinadas a las políticas de protección de ingresos a los hogares. Si bien hubo señales positivas en este sentido, es clave maximizar los esfuerzos para mejorar la cobertura y suficiencia de las prestaciones”, subrayó.
Los aumentos establecidos a principios del año del 100% en los montos de la AUH y la Prestación Alimentar contribuyeron a mitigar el impacto de los incrementos de precios en los hogares en situación de pobreza. Sin embargo, durante los últimos años, la capacidad de compra de ambas prestaciones evidencia una significativa caída. En la actualidad, la AUH representa el 45% de la Canasta Básica Alimentaria y el 21% de la Canasta Básica Total, y la Tarjeta Alimentar enfrenta una situación similar. Los informes presentados hoy mencionan la necesidad de un nuevo mecanismo de actualización de las prestaciones que integre la variación de precios y replantee el esquema de las condicionalidades vigente para acceder a estos programas.
Los análisis publicados hoy forman parte de una serie de informes generados por UNICEF: en los últimos siete años, presentó a las autoridades nacionales, provinciales, locales y al público en general, siete análisis sobre los niveles y determinantes de la pobreza infantil en Argentina; cinco documentos sobre la inversión social dirigida a la infancia realizada por el Estado argentino y cinco informes de análisis del presupuesto nacional con foco en niños, niñas y adolescentes para el debate parlamentario; cuatro estudios sobre las políticas de protección de ingresos a los hogares con niños con foco en la cobertura y suficiencia de estas políticas; siete encuestas rápidas sobre las condiciones de vida de niñas y niños, entre otros esfuerzos de generación de evidencia robusta y representativa.