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Las certezas de la Selección a días del debut copero

Las certezas van superando a las pocas dudas que quedaban. La selección argentina ya conoce a sus veintiséis representantes de la lista definitiva, y su entrenador, Lionel Scaloni, junto a su cuerpo técnico, podrá sacar conclusiones definitivas después de los dos partidos amistosos en tierras norteamericanas con miras al debut en la Copa América del próximo jueves ante Canadá, en Atlanta, por el Grupo A.

15/06/2024 21:44
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Por Sergio Levinsky, desde Miami/Jornada

Con 21 jugadores de los 26 que hace un año y medio ganaron la Copa del Mundo en Qatar (apenas estarán ausentes Alejandro “Papu” Gómez, -suspendido por doping y en verdad, también cancelado por el grupo-, Thiago Almada, Paulo Dybala, Juan Foyth y Ángel Correa), está muy claro que, en líneas generales, Scaloni decidió respetar la jerarquía de los campeones, comenzando una muy pequeña renovación que, imaginamos, será algo mayor en el lapso de los dos años que irán desde la Copa América al Mundial de 2026.

Ya se sabe que esta Copa será el “last dance” para Ángel Di María y habrá que ver qué sucede con otros jugadores veteranos como Franco Armani, Nicolás Otamendi y el mismísimo Lionel Messi, quien no asegura llegar al Mundial 2026 en ninguna de las entrevistas que otorgó (todas, con centros para que cabecee, como si nadie se atreviera a apretar el acelerador por miedo a alterarlo).

Apenas quedaron cinco plazas para agregar jugadores no-mundialistas de 2022 y de ellas, en verdad, dos corresponden a integrantes del ciclo anterior que por razones físicas (llámese lesiones) no llegaron a la máxima cita, como Giovani Lo Celso y Nicolás González, fijos en este ciclo desde 2023 hasta hoy, por lo que tampoco se puede decir que ellos representen una auténtica renovación. Por cierto, tampoco Lucas Martínez Quarta, con menos protagonismo, pero que también formó parte del otro ciclo.

Los nuevos verdaderos, los que se agregan al plantel y con visos de futuro, son, sin dudas, Alejandro Garnacho (Manchester United) y Valentín Carboni (Monza) que, aunque distintos, podrían ser llamados como “Europibes”, la nueva categoría de futbolistas de élite que no nacieron en el país pero son hijos de argentinos y que sienten los colores como si hubieran vivido toda la vida en el territorio nacional.

Si Garnacho y Carboni cuentan con una vasta experiencia en ligas como la inglesa y la italiana, respectivamente, puede decirse que como renovación, es muy escasa y a la que podría sumarse Almada, ya campeón del mundo pero abocado a los Juegos Olímpicos, más los excluidos al final como Valentín Barco y Leonardo Balerdi.

Pero todo indica que esta Selección que disputará la Copa América en busca de continuar un ciclo ganador que comenzó con la Copa América de Brasil 2021, siguió con la Finalissima 2022 y el Mundial 2022, no representa una profunda renovación que es lo que, de alguna manera, insinuó Scaloni cada vez que pudo, y entre otros, con nosotros mismos, en una entrevista que le hicimos a solas en París, en enero de 2023, a un mes de consagrarse campeón, y en el contexto de la ceremonia de entrega del Balón de Oro.

En aquella ocasión, un muy seguro Scaloni había advertido que no importa la edad y que si un futbolista tuviera 35 años ó 17, jugaría en la selección nacional en el caso de andar bien en su equipo y, al contrario, no sería convocado un fijo de los campeones del mundo si su realidad no era la que se esperaba.

Con 21 convocados de los 26 que ganaron el Mundial hace un año y medio y con la aparición de tantos jugadores interesantes (Federico Redondo, Leandro Gondou, Matías Soulé, Facundo Bounanotte, Nicolás Paz, Alejo Véliz, Facundo Medina, entre otros), la apuesta por “los de siempre” por parte del director técnico es arriesgada, especialmente por sus propios dichos y porque parte de la crisis que vivió interiormente hace meses, cuando puso en duda su continuidad en el cargo, estuvo relacionada con este mismo hecho.

Parece que hubiera sido en otro siglo pero no lo fue cuando Scaloni dijo, en una absorta sala de conferencias en el estadio Maracaná de Río de Janeiro tras la victoria por 1-0 ante Brasil por la clasificación mundialista para 2026, que tenía que tomarse un tiempo para pensar sobre su situación en el equipo, que quizá la Selección estaba necesitando un entrenador que pudiera entregar el cien por ciento de su energía y que él no sabía si la tenía, y muchos pensaron en el adiós, que luego no se ratificó.

Luego, Scaloni reconoció que pudo reunirse a solas con Messi para definir muchas cosas, y una de ellas pasa por una necesidad de renovación ante algunos jugadores que, al menos en aquel momento, no estaban rindiendo a pleno, aunque ahora varios de ellos han mejorado un porcentaje, acosados por la cercanía de la Copa y acaso, las chances de quedar fuera de la lista definitiva.

Si algunos tuvieron en la pasada temporada rendimientos superlativos como “Dibu” Martínez en el Aston Villa, clasificado para la Champions League, o “Cuti” Romero con el Tottenham (el Real Madrid comenzó a pugnar por su pase), o Alexis Mac Allister en el Liverpool, o también Lautaro Martínez en el Inter, otros no alcanzaron la misma cota, como Nahuel Molina, muy cuestionado en el Atlético Madrid, Gonzalo Montiel, aún en adaptación a la Premier League con el Nottingham Forest, Enzo Fernández acaba de operarse tras un año con muchos problemas en el Chelsea y Julián Álvarez, evidentemente relegado por el noruego Erling Haaland en el Manchester City pese a sus buenos números pero no parece tener mucho interés en salir de la zona de confort.

Por otra parte, si bien se entiende el acto de justicia desde lo humano por parte del entrenador en querer darle una oportunidad a los que perdieron la chance de ser mundialistas por causa de lesiones, como Nicolás González o Lo Celso (como también Martínez Quarta, que no estuvo en Qatar por decisión técnica), ninguno de los tres parece otorgar al equipo un paso hacia arriba en el escalón de la calidad, si bien se nota que forman parte del colectivo desde hace tiempo.

La selección argentina – a la que estaremos siguiendo durante todo el torneo desde Jornada tanto en las versiones de papel y online del diario como en la radio- llega entonces a la Copa América de los Estados Unidos como lógica candidata al ser la campeona del mundo y manteniendo el status en los amistosos, siempre elegidos de manera tal que los rivales no ocupen posiciones altas en el ranking y no sean molestos -algo que no entendemos desde el prestigio y el roce deportivo necesario ante potencias-, con un Lionel Messi que sigue en un buen nivel pese a que no es lo mismo disputar la MLS que una liga europea (y que ante Guatemala acaba de alcanzar a pelé con 56 goles en amistosos con la Selección, a 20 del húngaro Ferenc Puskas, que tiene el récord), y con el signo de pregunta sobre si en lo colectivo se podrá seguir en el nivel alcanzado en los últimos tiempos sin que haya habido casi cambio de figuritas.

Uruguay -que ya venció al equipo argentino en Buenos Aires por la clasificación mundialista, y con una renovación importante desde la llegada como DT de Marcelo Bielsa-, Colombia, que con otro argentino como director técnico, Néstor Lorenzo, cambió mucho y no se parece a la del ciclo anterior, y Brasil, comenzando algo tarde un nuevo ciclo con Dorival Junior luego de la gran crisis que por ahora lo mantiene angustiado en cuanto a su llegada al Mundial 2026 pero con grandes figuras, aparecen en el horizonte como los máximos rivales de la albiceleste, con las posibles sorpresas de Venezuela (con otro argentino, Fernando Batista) y Chile (por lo que puede brindar Ricardo Gareca  como entrenador).

En todo caso, y hasta por encima de la selección argentina, esperamos por el inicio de una nueva Copa América, ahora con el agregado de los seis equipos de la Concacaf, como una verdadera fiesta, en la que los partidos sean divertidos y nuestros jugadores demuestren al mundo la capacidad y el talento que siguen teniendo, más allá del permanente intento de la racionalidad europea de ordenarlo todo. Como decía el gran Eduardo Galeano, somos mendigos del buen fútbol. No nos fallen.

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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