Por Luis Martínez, Redacción Jornada
Ahora bien, de qué hablamos cuando nos referimos a este fenómeno. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) el Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Este fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo.
El ENOS es uno de los patrones más importantes de la llamada variabilidad climática interanual, que incluye modificaciones de la circulación de la atmósfera que pueden durar desde varios meses a pocos años. El Niño y La Niña son los componentes oceánicos, mientras que la Oscilación del Sur es el componente atmosférico, y ambos dan origen al término El Niño/Oscilación del Sur. Este fenómeno comprende tres fases: El Niño, La Niña y una fase neutra.
Los efectos de esta oscilación sobre nuestro país son diversos y varían dependiendo de la fase, la región y la época del año. En particular durante la primavera y verano el noreste argentino tiende a registrar precipitaciones superiores a las normales durante una fase El Niño. Durante la fase La Niña misma zona tiende a registrar precipitaciones por debajo de lo normal.
El fenómeno tiene una periodicidad irregular, usualmente ocurre cada dos a siete años, y se declara una fase El Niño/La Niña cuando las temperaturas del mar en el Pacífico oriental tropical aumentan/disminuyen 0,5°C por encima/por debajo del promedio durante varios meses consecutivos (5 trimestres).
Se cree que el nombre de este fenómeno se originó hace siglos atrás por "El Niño Jesús", cuando en fechas cercanas a la Navidad, los pescadores peruanos, se refirieron al fenómeno meteorológico en honor al recién nacido Niño Jesús.
Acerca de estas incidencias del fenómeno en la vida cotidiana de los mendocinos consultamos a Carlos Bustos de Contingencias Climáticas que en diálogo con “Lado A”, el matinal de radio Jornada (FM 91.9) dijo “venimos con temperaturas superiores a lo normal desde el mes de enero donde los promedios mensuales están superando al histórico y desde hace unos días hemos retomado valores normales”, señaló.
Sobre el otoño de este año que se presentó como uno de los tres más cálidos de la historia nos indicó “por lo que he visto superamos los valores de temperatura máxima, sobre todo en febrero registramos dos grados más que el histórico con una situación de tiempo más cálido y en general la perspectiva climática para parte del invierno es que las temperaturas sean normales o tengamos un invierno ligeramente más cálido porque se va a instalar el fenómeno del Niño. Es decir, lo contrario a lo que se ha registrado el año pasado. Venimos no solo en Mendoza sino en gran parte del país con un déficit hídrico bastante importante y El Niño genera lo opuesto, precipitaciones por encima de lo normal. Así que creo que para el invierno y la primavera deberíamos llegar a tener mayor cantidad de precipitaciones”, señaló.
El SMN indica que el estado actual del fenómeno ENOS corresponde a una transición a una fase Niño. La temperatura del agua del mar en el océano Pacífico ecuatorial se encuentra con valores superiores a los normales en la mayor parte de la región, con el máximo calentamiento cerca de la costa Sudamericana. Los vientos alisios en el Pacífico ecuatorial se encuentran debilitados al oeste de la línea de fecha. El Índice de Oscilación del Sur disminuyó de forma abrupta y se encuentra con valores negativos.
De acuerdo a los modelos dinámicos y estadísticos, en promedio, en el trimestre junio-julio-agosto 2023 (JJA), hay 93% de probabilidad de desarrollo de una fase Niño.
El temporal que se desató hace algunos días en el vecino país de Chile y que provocó severos daños afectando la normal circulación por el corredor internacional es una muestra de la llegada del fenómeno. Las tareas son lentas y se intenta reanudar el normal tránsito lo más rápido posible ante la cantidad de camiones que esperan de uno y otro lado la normalización de la situación.
Y como viene la situación deberemos acostumbrarnos a las precipitaciones de agua o nieve para los próximos meses, con las consabidas complicaciones que nos traerán.