Por Jorge Sosa
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges, de borró dos nombres para ser más comprensible. Era su intención ser comprensible para todos aquellos que se acercaban a la lectura.
Borges está en la cúspide de los escritores de nuestro país, y seguramente, en una de las cúspides de la literatura del mundo. A muy temprana edad comenzó a leer, ya con 4 años leía, motivado por la biblioteca de su padre como el sabía decir, y luego a los 6 años de edad comenzó a tomar clases particulares, para escribir su primer relato en 1906, titulado “La visera fatal”. Con tan solo 11 años de edad tradujo a Oscar Wilde. Aprendió Inglés y Frances, y tomó sus estudios en el Liceo Jean Calvin.
Nació en el Buenos Aires que tanto describió en sus escritos y tal vez tantos disgustos le trajo. Padecía una enfermedad hereditaria, que lo fue dejando ciego con el correr de los años, perdiendo completamente la visión a la edad de 55 años. Se fue a morir a Ginebra, hecho que ocurrió en 1986, tal vez para no despertar estallidos periodísticos con su agonía.
Fue poeta, cuentista, ensayista, su obra trascendió nuestras fronteras Ahí están sus libros dando testimonio de su valor literario y su postura de eminente pensador. “Ficciones”, “El Aleph”,, “Fervor de Buenos Aires”, “El hacedor”, “El libro de arena”. “Inquisiciones”, “Historia Universal de la infamia”, entre otros, todos de igual calidad literaria.
Ha sido traducido a numerosos idiomas y ha provocado innumerables estudios críticos y académicos. Se ha instituido la Fundación Internacional Jorge Luis Borges. El auditorio de la Biblioteca Nacional, de Buenos Aires, lleva su nombre. Supo ser candidato al premio nobel durante unas tres décadas, pero algunas de sus ideas políticas le impidieron obtener la presea.
Fue considerado uno de los eruditos más grandes del siglo XX. La vida, pero toda la vida, lo preocupaba y orientaba su mano hacia los escritos, aún cuando ya no pudo usar sus manos por la ceguera.
…Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso…
A Borges le interesaba lo que somos, la argentinidad plena, desde el gaucho hasta su actualidad. El sentido de patria era una de sus preocupaciones, tal vez por eso escribió.
Nadie es la patria, pero todos debemos
ser dignos del antiguo juramento
que prestaron aquellos caballeros
de ser lo que serían por el hecho
de haber jurado en esa vieja casa.
Somos el porvenir de esos varones,
la justificación de aquellos muertos
nuestro deber es la preciosa carga
que a nuestra sombra legan esas sombras
que debemos salvar.
Nadie es la patria, pero todos lo somos.
Arda en mi pecho, y en el vuestro, incesante
ese límpido fuego misterioso.
“Nadie es la patria pero todos lo somos”, gracias maestro, por enriquecernos con su pensamiento, y por ponerse en la dura tarea de pensar por todos. Gran parte del orgullo de ser argentino le pertenece.