Referentes de nuestra provincia concretaron una extensa manifestación sobre Igualdad de género.
Se desarrolló la reunión sobre Igualdad y equidad de género. La misma fue mantenida por las comisiones de Legislación y Asuntos Constitucionales de ambas Cámaras. De esta manera, se avanza en el análisis del proyecto de reforma constitucional impulsada por el Poder Ejecutivo.
Las comisiones presididas por el senador Marcelo Rubio (UCR) y Jorge Difonso (UP-FR), recibieron a la directora de Género de la provincia, Silvina Anfuso. La misma expuso precisamente sobre la necesidad de incorporar en nuestra Carta Magna acciones positivas en este sentido.
“A partir de algunas leyes de discriminación positiva, hemos regulado algo pero no es suficiente. No podemos quedarnos solamente con regular el ámbito de lo público”, necesitamos incorporar en la Constitución, el pleno desarrollo y ejercicio de los derechos. Es el sentido de la democracia, de regular qué sociedad queremos ser”, remarcó.
“Es importante debatir este tema, la incorporación que pretende la reforma respecto a la igualdad de oportunidades entre mujeres y varones y es de destacar que hay muchas provincias argentinas que ya tienen incorporada la igualdad de género”, como la Ciudad de Buenos Aires que es “una de las más avanzadas planteando el tema en el año 96”, que incluyó la igualdad real entre mujeres y varones, el lenguaje no sexista, la no discriminación por orientación sexual, entre otros puntos, manifestó Rubio al inicio de la reunión.
En ese sentido, Anfuso afirmó que incluso la Constitución Nacional “incorpora como rango constitucional muchos tratados internacionales en materia de derechos humanos, muchos de ellos forjados a partir de visibilizar problemáticas en distintos poblaciones. Pero hay una población terriblemente desigualada, como es el de las mujeres y la diversidad sexual”.
CEPAL 1979
La funcionaria provincial, hizo mención a una convención de la CEPAL de 1979, en la que se resaltaba la importancia de la igualdad y la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, que fue luego aprobada por Argentina en 1985, en la que se planteaba también la cuestión cultural y la necesidad de ampliar la responsabilidad del Estado más allá de los límites propios de la esfera pública.
“Pensar cómo opera la desigualdad de género en los múltiples ámbitos de las relaciones interpersonales y particularmente, en los ámbitos privados. Este corrimiento es importantísimo, porque devela la discriminación y la violencia que padecen las mujeres en su vida privada, desde la infancia, conceptualizándola como una problemática de violación a los derechos humanos”, expuso.
En esa línea, declaró que es “injerencia del Estado también regular, por ejemplo, las formas de acceso al trabajo, si existen formas de discriminación, si tienen que haber cuotas o no en las empresas, para lograr la efectiva igualdad. Las inequidades de género se dan en muchísimos ámbitos de participación, pero en el ámbito laboral, existen dos formas de segregación”.
IGUALDAD EN TODOS LOS ÁMBITOS
Por un lado, la segregación vertical, esto es, que “los varones son los que generalmente ocupan los cargos de decisión”, y una segregación horizontal, “que tiene que ver con que las mujeres vamos ocupando distintos trabajos asociados a tareas de cuidado que históricamente se nos ha asignado a las mujeres y que social, política y económicamente son las menos valorizadas. Pensemos en las tareas vinculadas a la salud, la docencia, el trabajo doméstico. Esta convención señala respecto a la discriminación que el Estado tiene que remover”, la incorporación de “de herramientas útiles para equiparar desigualdades históricas”.
Anfuso, invitó a reflexionar que “sin igualdad en la casa, no habrá relaciones igualitarias en el ámbito público, porque la igualdad real de oportunidades no será factible en sociedades que toleren la sobrecarga de tareas de cuidado doméstico, que pesan aún de manera desproporcionada sobre las mujeres”, y resaltó al respecto, que “la sociedad nos está manifestando que la igualdad tiene que ser una realidad y tiene que estar plasmada en nuestra Constitución”.
“Nuestra Constitución nos presenta al mundo y tener una Constitución de 1916 habla de quienes somos hoy”, expresó. Además, mencionó entre otros puntos, la paridad de género, la participación de la mujer en la economía y en la industrialización.
Como último expresó que hay que plasmar en el texto constitucional estos aspectos, “para poder sentarnos con el sector privado para decir ésta es la Mendoza que queremos. Es la habilitación a seguir construyendo la sociedad que necesitamos. Sin dilaciones tiene que quedar plasmado en nuestra Constitución provincial”.
“Estamos entrando a un nuevo mundo y no podemos reformarla. Es impensado que hayan pasado cien años sin poder habernos dado ese debate, con las nuevas realidades presentes. Tenemos que intervenir en el sector privado, en las tareas de cuidado, tenemos que hacerlo en este ámbito y nos tiene que habilitar nuestra Constitución”.