El impacto inmediato se reflejó en la caída de los principales índices bursátiles internacionales, mientras que el índice del dólar estadounidense se disparó a niveles máximos en dos años. Al mismo tiempo, los futuros del crudo West Texas Intermediate treparon más del 2%, superando el alza del 1,6% en el índice de referencia Brent.
En Argentina, la incertidumbre global coincide con el inicio de una nueva fase del esquema cambiario del gobierno de Javier Milei. Desde este lunes, el Banco Central implementará una reducción del ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial al 1% mensual, buscando consolidar la desaceleración de la inflación. Según la entidad monetaria, la inflación acumulada en 2024 es del 117,8%, marcando un descenso respecto al 211,4% registrado el año anterior.
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El ministro de Economía, Luis Caputo, se pronunció en redes sociales sobre el escenario global. "Siempre contemplamos la posibilidad de que haya shocks externos, como el que estamos viendo en este momento", escribió en su cuenta de X. Además, aseguró que "el mejor antídoto contra esto es garantizarles a los argentinos que este gobierno nunca se va a mover un centímetro del orden fiscal y monetario". Su mensaje fue respaldado por el presidente del Banco Central, Santiago Bausili.
Desde el equipo económico insisten en que el ritmo al que se movía el dólar se había convertido en un factor inercial más que en un ancla para contener la inflación. En los despachos oficiales sostienen que reducir la devaluación permitirá alinear el tipo de cambio con la menor presión inflacionaria y acelerar el proceso de estabilización. El mercado, sin embargo, estima que la inflación recién perforará el 2% mensual a mediados de año.