La emoción y las lágrimas me brotan a flor de piel luego del legendario e histórico triunfo de Los Pumas ante los All Blacks 25 a 18 por primera vez en todas las visitas al país de los mejores del mundo en el deporte ovalado.
Durante muchos años me levantaba a la madrugada o sin dormir con una gran ilusión para ver por primera vez un triunfo argentino en Nueva Zelanda y hoy se medió, hoy se le dió a todo el rugby argentino.
Con puntos altos en todas sus líneas, los rugbiers argentinos demostraron que con mente ganadora, concentración durante los 80 minutos de juego les pueden ganar a cualquiera, si, como lo demostraron hoy en Christchurch, la tierra de los Crusaders, los campeones del Super Rugby, ahí mismo donde jugó hace poco el gran Pablo Matera, hoy convertido en emblema y referente del plantel Puma.
Los Pumas y sus momentos... , con la llegada del entrenador australiano Michel Cheika al staff del seleccionado, se renovaron las esperanzas y las ganas de seguir mejorando y demostrar que alguna vez podrían llegar estos dos triunfos seguidos ante dos potencias como los Wallabies y los All Blacks.
Pero lo mas importante es resaltar como se gano, en San Juan fue un festival de tries y demostración de un ataque demoledor ante los sorprendidos australianos y hoy fue la defensa granítica ante los All Blacks.
Los Pumas no claudicaron nunca cuando fueron abajo en el marcador - recibieron dos tries-, los de negro hicieron un try mas que los argentinos pero enfrente estuvo la efectiva patada de Emiliano Boffeli a los palos, que sumó 20 puntos con su pie derecho, desde todos los ángulos,- hoy hizo que no extrañemos a Nico Sánchez, el goleador de Los Pumas-.
La madurez:
De varios jugadores, como por ejemplo la del segunda línea, Tomás Lavanini, que tackleó todo lo que se le puso enfrente y sin que le saquen tarjeta amarilla, solo cometió un penal y no se le cayó ninguna pelota cuando la tocó, lo de Pablo Matera siempre llevando al equipo al frente y hasta el medio scrum mendocino, Gonzálo Bertranou que parece asentarse en la titularidad y haber mejorado su defensa.
El capitán, Julián Montoya, especialista en pescar pelotas y cortar ataques rivales, la hidalguía para bancar embestidas rivales y poner tackles que tirán para atrás de Marcos Kremer, también la defensa de Matías Orlando y el Tute Moroni y el juego aéreo del wing rosarino, Emiliano Boffelli aparte de la ya mencionada patada.
El aire renovador y fresco:
La juventud que brilló en Los Pumitas, como el pilar Tomás Gallo y el tercera línea mendocino Juan Martín González, demuestran que la llegada a Los Pumas no les queda grande, todo lo contrario, los dos son tryman, el tucumano le metió dos a los Wallabies y el mendocino también dos a Australia y el otro hoy a los All Blacks, el único de los argentinos.
La velocidad y el oportunismo de González lo transforman en una pieza valiosísima del seleccionado ya que aporta tantos a favor, garantía que generalmente visitará el ingoal rival.
El objetivo, la regularidad:
Si la logran seguramente pueden llegar lejos, tanto en este torneo como en el próximo Mundial, no es fácil, primero porque los argentinos somos latinos, padecemos de esos altibajos, esa ciclotimia, que un día les ganamos al mejor y al otro perdemos con facilidad y cometemos errores infantiles. En este plantel ya hay jugadores con muchos test encima y la conjunción con los más jóvenes puede traerle muhas alegrías al rugby argentino.
El árbitro:
Hoy el juez del encuentro actuó correctamente, no inclinó la balanza a favor del poderoso- All Blacks- y cobró lo que tenía que cobrar, eso también facilitó el triunfo de Los Pumas porque aprovecharon los penales del rival y lo transformaron en puntos gracias a la efectividad de Boffelli a los palos.
Las sensaciones:
En fin, todavía hay cosas por mejorar, como dijo Cheika, pero quién nos quita lo madrugado, la alegría con la que arrancamos el sábado y sobretodo el valor de esta victoria que quedará en las retinas de todos los que la vimos y en las páginas mas gloriosas del rugby y del deporte nacional.
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