La delgada línea que separa lo real con el territorio de la ficción pareciera haber convergido en un punto de contacto entre tres personajes vinculares, aunque disímiles en géneros, contextos y simultaneidades, pero creados y a la vez recreados por el poder mágico donde el trazo del pincel convierte un lienzo en una morada sin llaves en la puerta ni postigos en las ventanas.
Ese universo Toulouse-Lautrec ano, que invita a zambullirse en la temática postimpresionista que se transporta desde fines del siglo XIX, ha desembarcado a metros de la peatonal mendocina y de la emblemática Plaza Independencia, para albergar sentimientos cruzados que despiertan imágenes sensoriales fusionadas desde la hondura del arte plástico con la pluma literaria.
Esta mixtura, que termina gestando mundos paralelos y cuyos límites suelen entrecruzarse hasta producir una síntesis que los contenga, halla en el Espacio La Terra una base para el desembarco de sensaciones que brotan desde el arte plástico pero que parecen conformarse en ramas del gran árbol de las artes.
Y de repente, cual si fuera la hacedora de esta síntesis, asoma el gen artístico de Laura Rincci en un ámbito que se conoce como la sala de arte en la Legislatura, pero que se transforma en un punto de encuentro imaginario entre creadores distantes entre sí aunque cercanos en los mundos que han construido y se prolongan temporalmente.
“Dibujo desde siempre, pinto desde siempre…digamos que lo traigo desde siempre, es más fuerte que mí y no puedo evitarlo. Y es una de las cosas que me hace más feliz en este momento”, expresa como si mostrase el adn de su identidad.
- ¿Cómo surge esa vocación que bien plasmás como artista plástica?
-Es algo muy difícil de explicar…es algo como que uno lo trae. Y si no lo hago, es como si me faltara algo…como que me falta el aire. Lo tengo que plasmar, lo tengo que dar, porque es como un don real que una trae y lo deja como para que los demás lo disfruten.
- ¿Y recordás en qué momento de tu vida, por algún motivo especial, surgió esa necesidad de expresarte a través de la creatividad?
-Sí, lo hice desde muy pequeña con el dibujo, y después, en la adolescencia, que es un momento muy crítico para cualquier ser humano, cuando me aboqué mucho más a la pintura y me pasaba horas dibujando…horas, horas, pintando. Y fue un gran alivio, un gran sostén, para mí el arte.
- ¿Y por qué motivo?
-Siempre digo que el arte salva y yo me considero una persona a quien la ha salvado el arte, no por nada trágico, sino simplemente para transitar la adolescencia de la mejor manera posible, de la manera más hermosa, sublime y maravillosa que la vida te puede dar.
- Llevás el arte debajo de la piel…
- Sí, entre la piel y mi alma, más en mi espíritu…es algo que viene de arriba, porque yo me siento frente a un lienzo, lo veo en blanco y hasta que no lo veo dibujado antes de empezar a dibujar no puedo hacer nada. Por eso digo que es un mensaje que viene de arriba, lo plasmo y una solamente es un puente. Hay algo que nos transita, una lo plasma y lo crea.
- Menudo tema, donde el mundo parece tan mercantilizado, y en el que los algoritmos y los robots parecen empezar a dominar la escena, pero que el factor humano sobrelleva esa situación hasta superarla y bienvenido que así sea.
-Con respecto a eso, mirá…yo tengo una teoría maravillosa que nunca jamás ningún robot, ninguna inteligencia artificial podrá superar en ningún caso. El arte es arte y eso es propio del ser humano. No hay nada que te lo pueda dar…la inteligencia artificial no nos llega ni a los talones…no, jamás lo va a ser. Esto es algo que el arte que la inteligencia artificial o la inteligencia lo que fuere no lo va a poder reemplazar nunca. Así que hay que hacerse artista, de esta manera no nos van a poder reemplazar nunca.
- Qué buena convocatoria, hagámonos artistas… (risas)
-Síii, es que si el mundo tuviera más arte habría menos guerras…los artistas tenemos esa cosa de…amor, y me queda chica la palabra. El arte construye sin destruir nada, así sería. Que vos rompés la belleza como decía Picasso, pero es la realidad sin destruirla porque creás siempre.
- El primer medio de comunicación del ser humano, basta asociarlo con las cavernas…
-Claro, porque antes de escribir dibujamos, antes de caminar bailamos y antes de hablar cantamos…así que somos artistas natos. Acordate que yo considero que somos seres sensibles que razonamos. Somos seres espirituales que razonamos. Somos seres sintientes que razonamos.
- Toda una definición de principios, sin dudas y ahora te consulto ¿cómo surgió esta idea de hacer estas obras que realmente impactan?
- Hago un homenaje a Toulouse Lautrec en el que tomo la mujer en el baño más la mujer payaso, que eran dos bailarinas que, creo, eran del Moulin Rouge, creo…claaarooo, él vivía ahí, así que lo hice. A mí me encanta su obra, me parece maravilloso, me gusta mucho la figura humana. Yo me dedico a copiar…empecé así: copiando a Miguel Ángel, copiando a Da Vinci…el dibujo, para mí, es la figura humana. A Toulouse lo adoro, me encanta, la verdad que me quedo corta con eso. Y bueno, me gustaron las dos pinturas y las hice más grande, porque la verdad son más chicas, pero las hice relevantes. Me inspiré en él. Estaba mirando una vez unos folletos y me parecieron increíbles los colores, las imágenes, las espaldas…por eso he hecho un homenaje a él.
- ¿Caminaste por París alguna vez?
- No, estuve en Barcelona, estuve en el Museo del Prado, en el Reina Sofía…me gusta mucho el arte europeo. Entrar a una galería y encontrarme con un cuadro de pared a pared con tanto detalle, la verdad es que para mí fue impresionante.
- Tu próximo viaje…
- A París, lo sé…(risas).
- Ir al Musée D’Orsay y encontrarte con el impresionismo, con el post impresionismo…el problema es que no te vas a querer ir.
- Seguramente, voy a vivir en el barrio Bohemio, ja ja,
- Barrio Latino, Quartier Latin, un jean, un par de zapatillas y tus pinceles…
- Ja ja…y sí, Van Gogh también me gusta mucho. El amarillo me gusta, como verás…y por algo estas obras se llaman Toulouse I y Toulouse II.
- ¿Algún tema que te gustaría agregar?
- Que en las escuelas deberían ser obligatorias las materias de arte, el ajedrez y tantas otras cosas que se disfrutan por y para siempre…
- Quizás como Borges y Cortázar, a quienes también citaste…
- Es que me gustan los dos y también les destaco su modo de comunicar, desde ya.
- Metafórica y simbólicamente, ¿tal como si El Aleph y Rayuela se comunicaran con Toulouse, quizás?
- Y sí… ¿por qué no?
Edición periodística: Fabián Galdi