¿Quieres recibir notificaciones de noticias?

Mucho más que un Clásico en Arabia Saudita

¿Quieres recibir notificaciones de noticias?

Publicidad

31° Mendoza

Miércoles, enero 15, 2025

RADIO

ONLINE

19° Mendoza

Miércoles, enero 15, 2025

RADIO

ONLINE

PUBLICIDAD

Mucho más que un Clásico en Arabia Saudita

Este domingo, cuando tengan que definir la Supercopa de España en la ciudad árabe de Yeda, el Real Madrid y el Barcelona dirimirán mucho más que un título debido a un contexto extraño en el que hay demasiadas cosas en juego desde lo político y lo deportivo.

11/01/2025 21:26
PUBLICIDAD

Por Sergio Levinsky, desde Madrid

 

El clásico español, convertido en los últimos años en uno de los partidos más seguidos por el mundo del fútbol, está impregnado por el “Caso Olmo”, que en realidad se refiere a la primera imposibilidad de que el Fútbol Club Barcelona pudiera mantener en su plantel a los jugadores Dani Olmo y Pau Víctor debido a las reglas del Fair Play Financiero de la Liga, aunque luego de varias instancias, consiguió reinscribirlos debido a una rápida medida cautelar aceptada por el Consejo Superior del Deporte (CSD) estatal, que se tomó un máximo de tres meses hasta determinar si la inclusión de estos dos jugadores es válida o no.

Anteriormente, el Barcelona había perdido la chance de inscribir a estos dos jugadores -desinscriptos pasado el 31 de diciembre, cuando se cumplió el plazo para presentar los documentos que avalaran la situación económica del club- en cuatro etapas, dos en la Justicia, otra en su apelación a la Liga -la organizadora de los certámenes-, y la última, en otra apelación pero a la Federación (RFEF), por lo que le quedaban la instancia de una medida cautelar en los tribunales y una “cautelarísima” ante el Estado.

La resolución en favor de que los jugadores fueran reinscriptos (el reglamento dice que una vez desinscriptos ya ese mismo club no puede volver a inscribirlos en la temporada), basada en no perjudicar al jugador como profesional, ni al club, ni a la selección española (en la que juega Olmo) llegó a una hora de la semifinal del miércoles en Yeda ante el Athletic de Bilbao, en la que el Barcelona ganó 2-1, y generó una gran resistencia de la mayoría de los clubes que participan en la Liga y de la propia Liga, personificada en su presidente, el controvertido Javier Tebas.

Todas las entidades que rechazaron la aceptación de la medida cautelar por parte del área de Deportes estatal sostienen que, de esta forma, se vulnera el principio de igualdad en la competencia porque si hay clubes que cumplen con el Fair Play Financiero y cuidan sus finanzas, no puede haber otros que no y que no cumplan con los plazos.

Llamativamente, el club que se mantiene en absoluto silencio es el Real Madrid, gran rival del Barcelona y hasta uno de los grandes acusadores de la entidad catalana, por ejemplo, en el Caso Negreira, por el que el Barcelona es acusado de que, durante el mandato de los últimos cuatro presidentes, pagó a un ex árbitro, José María Enriquez Negreira, y a su hijo, como supuestos “asesores” cuando el primero de ellos era miembro del Comité Técnico de Árbitros y por lo tanto, tenía poder e influencia, y dejó de hacerlo cuando el juez se retiró.

Sin embargo, en este caso, y siendo incluso rival de la final de la Supercopa de España del domingo, el Real Madrid ni se inmutó ni se quejó de la situación, lo que da a entender, por un lado, que fuera de la línea de cal los catalanes son más socios que adversarios, tal como ocurrió cuando los dos se opusieron al acuerdo de venta de derechos de TV a treinta años por parte de la Liga de Tebas al consorcio CVC (lo que a su vez, dio lugar a que el Barcelona se quedara sin los fondos para pagar el contrato de Lionel Messi y motivó su salida al PSG). Y por otro, que el Barcelona es el único aliado actual (aunque como furgón de cola) del proyecto del presidente “merengue”, Florentino Pérez, en la idea de una nueva competencia europea, la llamada “Superliga” por fuera de las que organiza la UEFA (Champions League, Europa League y Conference League).

Es decir que hoy, mientras se define la Superliga de España en Arabia Saudita (un formato de cuatro equipos con dos semifinales y una final, idea del exfutbolista Gerad Piqué), la tensión entre el Real Madrid y el Barcelona está más dentro del campo de juego, en los hinchas y en la prensa de cada ciudad que en los dirigentes.

Sí, en cambio, el “Caso Olmo” derivó a la arena de la política nacional. El opositor Partido Popular (PP) se quejó de la falta de sensibilidad del Gobierno desde el CSD por haber tomado una decisión que rompe con la sustentabilidad de la liga, mientras que el PSOE, oficialista, contratacó ironizando que sus adversarios nada hicieron ni dijeron cuando en diciembre fue electo presidente de la Federación Rafael Louzán-cercano a los populares-, con antecedentes de corrupción, por lo que se está revisado si puede continuar en el cargo.

Mientras todo esto ocurre, y cuando se conoció la denuncia de familiares y amigos de los jugadores del Mallorca (derrotado el jueves por 3-0 en la otra semifinal ante el Real Madrid) acerca de que fueron maltratados y varias mujeres, manoseadas en las plateas en el estadio (a lo que Louzán prometió tomar cartas en el asunto e investigar) -lo que deja entrever que a Arabia Saudita le falta mucho en materia de sensibilidad social para llegar a 2034 como ya oficialmente aceptada como sede del Mundial), hay un gran partido en juego.

Por parte del Barcelona, seguramente con una subida anímica al conocer que ya podría utilizar a Olmo y a Pau Víctor, y con el desafío de recuperar sus mejores días de la temporada (entre septiembre y principios de noviembre), con una gran dinámica, grandes producciones individuales (Cubarsí, Koundé, Casadó, Raphinha, Lewandowski, Lamine Yamal), que lo llevaron a golear a los blancos en el Santiago Bernabeu por la liga con un rotundo 0-4.

Por parte del Real Madrid, la búsqueda del llamado “Septete”, los siete títulos posibles de la temporada, de los que ya ganó los dos primeros (Supercopa de Europa y Copa Intercontinental) y le quedan la Supercopa de España, la Liga, la Copa del Rey, la Champions League y el Mundial de Clubes.

La recuperación de los blancos del último mes y medio, una clara adaptación en la mecánica del equipo por parte del francés Kylian Mbappé, y el peso de sus individualidades, más allá de ausencias significativas por lesión (Carvajal, Alaba y Militao, las más importantes), y el hecho de que el Real Madrid siempre de un plus en las finales, hace de este clásico uno de los más interesantes para seguir.

 

__________________________________________________________________________________________________________________________________________
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD