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Volvió la izquierda: México, Inglaterra, Francia

La izquierda gana elecciones de importancia: de México a Francia. Estados Unidos desconcierta con Biden, y Europa va a la guerra a ciegas. Milei: subió la inflación, subió el dólar, subió la tensión con Macri. El peronismo ausente. Rugbiers acusados y hacker detenido en Mendoza.

Redacción
13/07/2024 22:55
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Por Roberto Follari, Especial para Jornada

Se creyó que la arrolladora victoria de Sheinbaum en México era una rara avis latinoamericana, propia del barroco tropical. Pero la elección en Inglaterra no dejó dudas: caída frontal de los conservadores, amplia victoria de los laboristas tras casi dos décadas fuera del gobierno. Y la completó Francia: contra todo pronóstico la alianza forjada por Melenchon salió primera en los comicios, relegando a Le Pen al tercer lugar.

  No todo es avance de la derecha en el mundo: así como en su momento Bolsonaro cayó frente a un Lula que tuvo que soportar el oprobio de la cárcel injusta, ahora el caso mexicano mostró que el mapa de Latinoamérica está lejos de ser hegemonizado por la derecha: Chile, Colombia, Brasil, Venezuela -que va este domingo a las urnas-, Guatemala, Honduras, Bolivia y México tienen gobiernos progresistas. El de Cuba también, por supuesto; y el gobierno dictatorial de Nicaragua que está confrontado con Estados Unidos, pero al que difícilmente se pueda computar como popular. En todo caso, las derechas no gobiernan en estos países. Son izquierdas de tipos, estilos y calidades muy diferentes: pero en todo caso, lejanas al predominio absoluto del mercado que escuchamos pregonar en la Argentina. Tan así es, que en la reunión del Mercosur en Asunción a la que no fue Milei, se escucharon múltiples voces de protesta por su ausencia, incluso de sectores ideológicos que no le están tan alejados (como es el caso de los presidentes de Paraguay y Uruguay).

  No faltan los problemas para estos gobiernos del progresismo: en Chile fracasaron con el cambio constitucional, en Colombia Petro no tiene tanto prestigio como al comienzo, en Bolivia la inmadurez de Evo y Arce en su lucha por el liderazgo está llegando a límites inmanejables, en Venezuela no estará fácil con estas elecciones (tras cierta remontada económica luego de la larga crisis de años anteriores). Pero en todo caso, muestran que en América Latina las posiciones de izquierda -dicho esto en sentido amplio- siguen siendo una opción viable y preferida por muchos. Recordemos que fue el caso también de Perú y del Ecuador no hace mucho tiempo (Castillo y Correa, respectivamente).

  En Inglaterra, es la hora del laborismo. Tras gobiernos de derecha extrema (Johnson y May) con un último inexpresivo Sunak, hay hartazgo de crisis económica favorecida por el mal negocio del Brexit. El laborismo renovó propuestas e imagen, y ganó por paliza. Quizás siga el atlantismo pro-guerra contra Rusia pero al menos bajará la beligerancia extrema hacia el Kremlin, que Johnson llevó hasta arruinar un tratado de paz en 2022. En lo interno, se ve venir mejores tiempos para una clase trabajadora fuertemente golpeada por las diversas experiencias neoliberales.

  En Francia, nadie la vio venir. La victoria de Melenchon fue apoteósica. La izquierda vuelve a existir en Francia. Difícilmente Macron les otorgue la dirección del Estado: al actual presidente no le fue mal -salió segundo- y hasta metió un amigo suyo dentro de la amplia alianza que Melenchon ha liderado. Lo cierto es que nuevamente Francia ha mostrado sus resistencias a aceptar a la extrema derecha en el gobierno. Y Macron deberá asociarse de algún modo a la izquierda, si quiere evitar el paisaje de parálisis que sugiere el hecho de que esa izquierda, el centro y la derecha han obtenido cada una un tercio de los votos, y se pueda ir hacia un triple empate legislativo.

La decadencia del imperio americano y el hundimiento de Europa

  El mundo vio con estupor a un Biden confuso en el debate con Trump, que casi asegura a éste su victoria hacia fin de año. Después, en la conferencia de la OTAN, Biden la completó: confundió a Zelenski con Putin, y a Kamala Harris…con Trump!!

  Biden no quiere dejar su candidatura (ya ganó en las primarias), con la que garantizaría una derrota catastrófica de los demócratas. Obama y otros -tras bambalinas, claro- buscan que se baje. Es el único modo de tener alguna chance frente a Trump.

  Biden debe seguir en la presidencia varios meses más. ¿Puede? Es dudoso, pero parece que quieren que pueda. ¿Quiénes? El aparato militar/industrial es lo que sostiene a Biden: el negocio de la guerra en Ucrania es perfecto. No quieren soltar el hueso. Pero el espectáculo de los candidatos muestra a unos Estados Unidos en decadencia, con un mandatario senil y un líder opositor al que le llueven causas judiciales.

  No importa en lo inmediato: la Corte Suprema dictaminó que crímenes cuando se es presidente, pueden no ser crímenes (¡!!), a tal punto manejan esa Corte los integrantes puestos por Trump. Pero a largo plazo el desprestigio es inevitable. Y se agudizará cuando la declinación de Europa sea más patente, y la responsabilidad se descargue sobre quien tiene al viejo continente bajo su égida: los Estados Unidos.

  El gobierno estadounidense no ha sido capaz de parar el genocidio que Israel produce en Gaza, con casi 40.000 muertos en “respuesta” por 1200 muertos propios. Extraña respuesta. Biden no ha podido combinar un apoyo discreto a Israel con la exigencia de parar la matanza. En Ucrania, la furia occidental por la evidente derrota de ese país lleva a involucrar directamente a la OTAN contra Rusia, enviando ahora los aviones caza, sus pilotos -se dice que para adiestrar a los ucranianos-, más la promesa de tropas. La guerra múltiple está a un tris, y para Estados Unidos es negocio: más venta de armas, más dinero por la futura reconstrucción, más deterioro para Rusia: y el trabajo duro lo hace Europa.

  Claro que un triunfo de Trump podría acabar la fiesta: el republicano habla de imponer la paz, y Putin le ha tomado la palabra. En ese caso, Europa quedaría colgada del aire, metida en una confrontación bélica sin suficiente paraguas externo, ni militar ni financiero.

  A la confusa elite dominante de la Comunidad Europea, parece no importarle. Hablan de tener 300.000 nuevos soldados disponibles, y es cierto que no deben enfrentar a una sociedad civil activa. Ni una expresión o manifestación contra la guerra: la opinión pública europea parece narcotizada, como si no se enterara de lo que ocurre.

  “Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. Los europeos podrían imitar lo de Yupanqui: ponen el cuerpo, el peligro, el costo de las ayudas monetarias y la inflación por los problemas de energía. Estados Unidos es quien pone la decisión geopolítica: ahora la OTAN apunta peligrosamente a China, y deja a Europa sin un decisivo proveedor económico.

  La escalada sigue y sigue. El involucramiento de la OTAN cada vez es mayor, y muy pocos se alejan: Moldavia, Eslovaquia, Georgia, Serbia, Hungría y a veces Turquía. Todos los demás, siempre listos contra Rusia, y ahora contra China. El mundo ve con perplejidad cómo el imperio del Norte lleva el planeta a una guerra para tratar de impedir su caída económica ante el Gran Dragón. Poco liderazgo planetario hay -Lula es una excepción- que busque evitarlo.   

Milei: subió la inflación, subió el dólar

  Con su curiosa costumbre de festejar aún sus derrotas, Milei aplaudió que la inflación subió este mes. ¿Por qué el festejo? Porque subió, pero menos de lo esperado. Vaya victoria. Lo cierto es que se cortó en junio la racha de baja inflacionaria, y con la suba del dólar, difícil que ahora los precios dejen de ascender.

  El dólar batió records hacia el día viernes: llegó a los 1500 pesos el blue. La corrida es evidente, y el presidente no consigue dólares en ninguna parte. Ello le impide terminar con el cepo, lo cual a su vez frena la llegada -si la hubiera- de inversiones. Y concita la permanente crítica desde los hombres del stablishment. No en vano el gobierno echó al asesor Spotorno, que venía de ser encumbrado por la tv.

  El Fondo Monetario cargó contra el gobierno nacional, ante la falsa noticia lanzada por Caputo -el ministro, no el de la mesa chica-, que lanzó que estaba renegociando condiciones con el organismo multilateral. Pero el FMI lo negó expresamente, además de defender de modo explícito a su funcionario estrella para el Hemisferio Occidental a  quien Milei había acusado -como hace siempre- de tener ideas colectivistas.                         

  Sigue la tv esparciendo el caso Loan. La cuestión empieza a salpicar políticamente al gobernador Valdez, estrecho aliado del gobierno nacional. Todos mienten: la cadena de encubrimiento es densa e intrincada. Pero es claro que a Laudelina la trasladó un senador provincial en su auto para que fuera a hacer su exótica declaración, aquella que pretendía cerrar pronto el asunto porque “a Loan lo atropellaron”. Y el gobernador salió a celebrar que el caso quedaba resuelto, a lo cual en su momento se adosó Bullrich. Luego esta advirtió el error, y trató de cambiar de discurso. Pero el gobernador quedó pegado, porque su denegación fue tibia y tardía. Igual, para escarnio de muchos, no dudó en ir a firmar en un lugar que es honorífico para la República, como la casa de Tucumán.

  Hasta se habla ahora de un estadounidense que dice ser (o haber sido) agente de la DEA, y que camina por las calles del pequeño pueblo de 9 de julio, como Pedro por su casa. Parece evidente que hay una amplia red por detrás de todo esto, que el caso Loan es sólo uno más entre varios, y que no todos han sido necesariamente en la provincia de Corrientes.

  La desaparición del niño ha llevado ya a diversas manifestaciones en la no pequeña ciudad de Goya, a alguna en la capital de Corrientes, y a otra ahora en el Obelisco, con el padre de Loan presente. La cuestión empieza a ascender hacia la política nacional. Milei no quiso recibir al padre, y lo hizo una Bullrich que, notoriamente, tenía muy poco para ofrecer y exhibir. Las viejas expresiones del actual presidente sobre venta de niños ayudan poco en un momento tan conflictivo, de modo que en el gobierno nacional ruegan -aunque poco han hecho de eficaz- para que el asunto se cierre a corto plazo. Pero ello no parece muy probable.

  Mientras, el trato displicente que el gobierno otorgó a Macri en Tucumán parece traer consecuencias. El ex presidente -acostumbrado a una vida en que no han faltado los halagos y facilidades- tolera mal el ninguneo. Volvió de Europa sólo para pasar frío en la velada tucumana. Se quedó en la calle, no firmó. Sí pudo firmar -sorpresivamente- El Jefe: es decir, Karina Milei. Ante tal desplazamiento hacia la nada, el ex presidente se habría enojado. Las palabras de Milei ante un transigente Trebuq, “rompí el protocolo para ir a saludarlo y decirle al oído, gracias, Presi”, es obvio que no llenan las expectativas del viajero de los más de 20000 kilómetros recorridos para la ocasión. Claro que Macri sigue deshojando la Margarita: “lo apoyo, no lo apoyo”, dado que quiere las mismas leyes que propone Milei (“lo apoyo”), pero entonces su liderazgo -el de Macri- y el PRO, pasan a ser sucursales menores del mileísmo (“no lo apoyo”). Hasta ahora, a Macri no le sale la resolución de este galimatías. Hay oscuridad de ideas frente a la circunstancia, mientras el tiempo pasa y el mileísmo pisa.  

Peronismo, ausente sin aviso

  El gobierno se ve caer lentamente en las encuestas, pero mucho menos de lo que la brutalidad del ajuste permitiría suponer. Es cierto que muchos pusieron su ego en el voto a Milei: si aceptan que este gobierno falla, aceptan su propio fracaso. Como es obvio, intentan no admitirlo. Además, tras el desorden que adscriben al macrismo y al último gobierno peronista, sería caer en un agujero: no sería dejar una opción para tomar otra, sino dejar la que tomaron como última opción. Es esto o el abismo. Aunque para algo más del 50% de los argentinos, el abismo es la recesión extrema que Milei impone.

  Lo cierto es que colabora a que un 45% de la población acepte al gobierno, el hecho de que no hay alternativas visibles. El peronismo está ausente, de una manera que llama la atención en cuanto a su falta de iniciativa.

  Hay vigencia en la calle y en el Congreso, como la hubo de los gobernadores que se negaron al Pacto de julio. Pero casi nula presencia política. Kiciloff tiene que bregar con la administración de la provincia y encima con los ataques de Guillermo Moreno, cuando no con algunos de Máximo: no es la manera de que pueda crecer en la capacidad, que bien ha mostrado, para acercarse a personajes diversos, incluso como Torres o Pullaro, y transformarlos en interlocutores políticos.

  Todos parecen esperar que algún otro comience a moverse, para hacerlo después. Un juego de suma cero. Hay referentes como Llaryora que pintaron bien, y resbalaron al poco rato: avisado de que Milei mide alto en Córdoba, el mandatario terminó cediendo para el 25 de mayo mileísta en su provincia y yendo luego a firmar el pacto, para transformarse en obediente socio menor del gobierno nacional.

  En Mendoza hay peronistas que quieren parecérsele, y hasta tomarlo como conducción estratégica. Lo que se llama vocación de minorías. No sólo Llaryoya ya cedió en su pretensión de pasar por opositor de un gobierno que es claramente antiperonista y que ha empobrecido más a los pobres. Sería una reedición de la frustrada candidatura de Massa: esa ancha avenida del medio que tiene escaso peso hoy a nivel nacional, y por cierto también a nivel mundial. Crecen la izquierda y la extrema derecha, pero en ninguna parte crecen las anodinas pretensiones de lo que no es chicha ni limonada.

 En vacaciones se mira a Mendoza

  Mendoza es una de las  plazas más concurridas nacionalmente en vacaciones, y ahora es el caso. Pero no sólo por eso se nos mira, o por los records de frío en Malargüe: también por dos casos “policiales”. La acusación por abuso sexual a rugbiers de Francia -apresados finalmente en Bs.Aires-, y la detención de un hacker que es alumno de la Facultad de Cs. Políticas.

  La acusadora de los rugbiers mostró huellas corporales de violencia. El defensor de los deportistas -no ayuda que sea hermano del ministro Cúneo Libarona- sostiene que hubo consentimiento de la relación sexual: la acusadora fue por su propia voluntad a la pieza de hotel del rugbier para estar con él. Viene la discusión, dice el letrado, de “cuándo empieza el consentimiento”. Está claro que lo hubo para una relación sexual: habría que ver si hubo adicionales de violencia, y si la acción del segundo rugbier formaba o no parte del consentimiento. Relación con uno, no autoriza relación con dos. Como son delitos que se realizan en lo íntimo, las pruebas son escasas. Se irá viendo en el desarrollo de la investigación, ahora en curso.

  Mientras, se detenía a un joven por hackear un sitio de Direct TV donde se transmite el fútbol a cambio de pago. El permitía que otros lo vieran gratuitamente: algunas empresas auspiciaban este “Fútbol libre”, pero a juzgar por cómo vivía el joven eso no era un negocio importante. Un funcionario del gobierno local llamó “ladrón” por tv al joven, y se ufanó de la detención. En las redes ha cundido la defensa del hacker, a quien hasta Grabois ha reivindicado. Formalmente hay un delito informático, sin dudas. Pero desde Antígona bien sabemos que moral y derecho no siempre coinciden. El joven permitía ver gratis un deporte que algunos privilegiados usufructúan privadamente como negocio, vendiendo la línea a los que pueden pagarla. Y sólo a ellos. El “ladrón” no quitaba un bien que dejaran de gozar los que pagaron: sólo permitía extenderlo a otros. Por eso, la detención ha dado lugar a considerable controversia en todo el país, y ha despertado no pocos llamados a la solidaridad con el detenido.

 

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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