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“Más rápido que la verdad.”

14/06/2020 00:05
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En estos tiempos viajan más rápidamente por medio de Internet y los satélites, y se difunden por las redes exponencialmente.

No reconocen origen. Pareciera que los iniciadores son desconocidos pero sí se puede rastrear su procedencia y, en algunos casos, conocer las verdaderas intenciones del creador.

Algunos usan nombres apócrifos, pero son autores reales, existen.

Los usuarios de redes sociales, aunque no sepan quién lo hizo o cuáles son las intenciones, lo mismo copian y pegan, comparten, comentan, expanden. Muchas veces los que reproducen se dan cuenta que no son verídicos los datos… pero igual los difunden…por las dudas.

Los que mandan y multiplican no preguntan de dónde salen, ni les interesa.

La mayoría son textos aunque por la sofisticación de las técnicas de los interesados los producen con audios, a veces con voces alteradas y videos de origen no confirmado, de archivos, o realizados prêt-à-porter.

Otras formas sofisticadas de mostrarlo y generar interés es la utilización de imágenes muchas veces con irreconocibles montajes, caras cortadas, personas mutiladas, gráficas sangrientas, morbosas. Algunas tan fuertes que llegan a ser inmirables.

Casi nadie deja comentarios defendiendo el uso de esa técnica, de esta modalidad, empleada para confundir y oscurecer la verdad. Nadie a favor. Muy pocos criticando.

Algunos arriesgan comentario, lo más neutral posible, aunque se tientan y lo reproducen igual aunque sea con la excusa de mostrar el mal ejemplo… lo mismo se reproduce.

Los fanatizados lo multiplican a quemarropa.

Los religiosos como una oración salvadora.

Los místicos como una antigua letanía.

Los ultras, con disimulos de recato, para no ser descubiertos.

Los recoletos, con toques de elegancia.

Los irreflexivos, porque sí.

Los militantes porque está mandado.

Los escépticos para ver si no tenían razón.

Los locos, con estulticia.

Los apasionados a borbotones y los incrédulos,  por las dudas.

Lo trasmiten los inteligentes perezosos y los estúpidos entusiastas.

De todas maneras siempre un rumor es un rumor y una noticia falsa es eso…: falsa y su finalidad es enturbiar las posibilidades de una verdad comprobable.

Un rumor nunca pierde la condición que le dio origen. Siempre es un rumor.

Son datos sobre personas, sobre grupos de personas o situaciones generadas por personas que se difunden sin que se demuestre su veracidad. Porque en general en estos tiempos las personas están más dadas a creer y seguir sus afectos que a pensar y buscar fundamentos comprobables.

Muchas veces los rumores y las noticias falsas son creíbles, porque están asociadas a personas conocidas, de probada historia y credibilidad, personas de profesiones liberales, destacadas en su rubro y ámbito laboral, aunque no se muestre ninguna prueba, simplemente puede esparcir rumores y noticias falsas porque la cantidad de gente que les presta alguna consideración piensa que nada se puede hacer para buscar la verdad, aunque duden de la información contenida piensa que si se reproduce una noticia falsa va a ser reconocida por sus pares y tiene la necesidad de pensar que es una persona destacada por enviar esos mensajes y eso es tener la consideración de mucha gente, y es una manera de sentirse importante, visto, mirado. Casi, piensa, logra el efecto de ser alguien por su mérito personal y visualización y el efecto es inmediato y contagioso. Mientras más lo creen algunos, otros más están dispuestos a creerlo.

Los rumores y las noticias falsas son especulaciones fantaseadas y buscan una reacción concreta como resultado final: que la verdad no se sepa o que si la verdad aflora, no sea tan creíble.

Al anonimato que brindan las comunicaciones en redes sociales informáticas le dan una impronta de velocidad que hace que en muy poco tiempo el alcance sea posible y prácticamente global.

Los rumores son una forma de manipulación. Y las noticias falsas una pausa de la realidad para generar un dato erróneo en medio de millones de datos posiblemente ciertos.

Y se usan distintas plataformas para que se emplee eficazmente. En forma de arte, de opinión, de literatura, de humor, de crónica periodística. Todo es válido para aumentar sus posibilidades de expansión.

Se usa con fines políticos, sectoriales, comerciales, estratégicos, compartiendo el rumor con personas allegadas a su grupo de pertenencia y reproduciéndolo. Todo espacio en donde se publica una noticia falsa es un espacio menos para la información necesaria.

También se usan los rumores en forma individual, para sacar ventaja de otro, para anularlo, para restarle credibilidad, para opacar sus antecedentes.

Hay rumores cuya finalidad original es divertirse, sin importar los efectos negativos que pueda generar en su recorrido. Noticias falsas se expanden sin pensar cómo impactan en los involucrados.

Algunos rumores y noticias falsas son iniciados como broma, para reírse de alguien o de algo y terminan siendo leyendas o mitos sin asidero.

Muchas veces se han realizado pruebas para saber la velocidad con la que viajan rumores y noticias falsas. Y se ha comprobado que se deforman con el paso entre los que difunden.

Cuando hay grupos de personas, frente a las contradicciones que se generan, muchas veces espontánea y naturalmente, es casi imposible que en algún momento no se genere un rumor.

Una empresa puede no tener intranet, o carecer de un medio de comunicación, pero nunca podrá evitar tener rumores.

La manera eficaz de detener un rumor y una noticia falsa es no difundir ninguna información hasta no tener comprobación de su origen, que el emisor sea reconocido, confiable o desinteresado. O las tres cosas juntas. Algo difícil en estos tiempos. Pero posible desde el convencimiento individual de no ser parte de intereses ajenos y desde posiciones solidarias con los que no se pueden defender de las consecuencias.

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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